Draghi no cambia su prudencia ni aunque el FMI alerte de burbujas financieras en su política
Cristina Casillas
Si el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que puede haber una nueva burbuja financiera en Europa por la política monetaria del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el pasado miércoles, el italiano aprovechó su discurso en una conferencia en el centro de estudios Peterson Institute for International Economics, en Washington, donde asiste a la asamblea anual conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para lanzar el mensaje de que no iba a cambiar sus planes en política monetaria. Draghi señaló que los tipos de interés seguirían en niveles bajos incluso cuando haya dejado de comprar deuda. Sergio Puente, analista de XTB, asegura que "lo que descarta, salvo sorpresa, una subida de tipos antes de verano del año que viene. En la reuniones del BCE desde aquí a junio de 2018 deberíamos ir conociendo si será esta la fecha elegida para salir de estos tipos bajos o bien se aplaza hasta finales de dicho año".
El FMI, en un informe, señaló de "la complacencia" ante las buenas perspectivas económicas al advertir que el prolongado estímulo monetario está elevando los riesgos financieros, que incluyen un excesivo auge en el valor de los activos y notables incrementos del endeudamiento global. "Aunque las aguas parecen calmadas, se están creando vulnerabilidades bajo la superficie que si no se atienden pueden descarrilar la recuperación global", dijo Tobias Adrian, director del departamento de Asuntos Monetarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), al presentar el informe de estabilidad financiera global.
Advirtió que "hay demasiado dinero en busca de muy pocos activos rentables", lo que provoca que los inversores salgan de su entorno natural y acepten niveles de riesgo más altos. "Existe un cada vez más amplia divergencia entre los ciclos económicos y financieros", remarcó, algo que aumenta las dificultades de los bancos centrales para salirse de sus extraordinarios planes de estímulo.
Sin embargo, el argumento del BCE para mantener su política monetaria es otro. Como recoge José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), en un documento el BCE concluye "que el riesgo de tipos de interés se gestiona de forma adecuada por la mayoría de las entidades de crédito europeas".
Así, una subida de tipos oficiales llevaría a un aumento de los ingresos. Su anticipo por el mercado, también. De hecho, el aumento de la pendiente de la curva de tipos de interés ya beneficia a los bancos cuya actividad crediticia se apoya en una transformación de plazos (tomar a corto y prestar a largo, asumiendo el riesgo que conlleva). Pero, también, una subida de tipos puede suponer un deterioro en la cartera de activos de los bancos llevando en algunos casos a la necesidad de buscar más capital, explica Martínez Campuzano.
Para Puente es pronto para saber si la política del BCE originará nuevas burbujas financieras : "Primero deberíamos evaluar los efectos del final del programa de compras por parte del BCE que aún está por llegar. Más adelante tendríamos que tener en cuenta el horizonte de 2020 cuando las entidades empiecen a devolver los créditos de las operaciones de inyección de liquidez".
El jueves mismo, Draghi volvió a reiterar que el debate en estos momentos dentro de su entidad se centra no tanto en cambios en los tipos de interés como en el QE. Y que en este caso se debate ampliarlo, pero a un menor ritmo de compras mensuales de papel. ¿Y los tipos de interés? Se mantendrían estables en los niveles (nulos) actuales durante más tiempo tras finalizar el QE, explicó el presidente italiano.
La parte positiva, que también nos dice el FMI, es que los bancos son más sólidos. Y según el BCE, más preparados para gestionar el riesgo de tipos de interés. Pero el sector financiero no solo incluye a los bancos.
Lo cierto es que Draghi se ha caracterizado por una prudencia extrema en su toma de decisiones y no parece que cambie esa forma de actuar a petición del FMI. Las previsiones de inflación no contemplan que se logre el objetivo del 2% de manera continua en el tiempo y, por otro lado, aunque la recuperación económica va por buena senda, no está exenta de riesgos.De hecho, el BCE se prepara para reducir el importe mensual de su programa de compras de activos, actualmente fijado en 60.000 millones, aunque a cambio la institución se plantea extender su duración, inicialmente prevista hasta finales de 2017, por otros nueve meses, decisión que la entidad podría anunciar en su próxima reunión de política monetaria, que tendrá lugar el próximo 26 de octubre.
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