Cinco Dias-Madrid
La banca española acaba de pasar el examen de la publicación de las cuentas del primer semestre del año. A falta tan solo de Liberbank y Unicaja, que las anunciarán el próximo lunes, todos los bancos cotizados han revelado ya sus resultados con una misma tónica generalizada. Descenso de provisiones después del intenso esfuerzo de saneamiento del pasado, mejora gradual de la solvencia –que está ya muy lejos de ponerse en duda–, retroceso de la morosidad y reducción continuada de la carga de activos tóxicos.
Solo falta un detalle, aunque de vital importancia, para que la cuenta de resultados de los bancos termine de despegar y, con ello, regrese la rentabilidad perdida durante la crisis. La ansiada subida de tipos es la preciada guinda que requiere la banca española –y en general la del conjunto de la zona euro– para terminar de enderezar su negocio más básico, el de captar y prestar dinero. Sin embargo, la determinación del BCE en mantener los tipos de interés al 0% hasta al menos el verano de 2019 todavía fía para largo la reactivación definitiva de los márgenes y del crédito.
En este escenario, y a pesar de la mejoría progresiva de las cuentas de resultados, las cotizaciones bursátiles de los bancos españoles tampoco remontan. En lo que va de año, y con la excepción de Bankinter –que se apunta un alza de más del 4%–, las caídas en Bolsa de los bancos del Ibex oscilan entre el 18% de Bankia, el más castigado, y el 0,7% de Caixabank, que en el primer semestre sí ha mostrado ya un alza del 3,5% de su margen de intereses.
Después de un intenso rally alcista en el primer mes del año, que prácticamente consumió en unas semanas el potencial de subida previsto por los inversores para el conjunto del año, llegaron los descensos. La banca ha acusado con fuerza la crisis política de Italia en mayo, que resucitó temores que parecían ya superados sobre la viabilidad del euro, y la inquietud sobre el crecimiento económico mundial que ha desatado la amenaza de guerra comercial de Donald Trump.
Las caídas bursátiles hacen atractivo al sector por valoración. Todos, salvo Bankinter, cotizan por debajo de su valor en libros
La inversión en banca ha sufrido por tanto duros altibajos en lo que va de año y presenta aún inciertos desafíos en los próximos meses, en espera de una subida de tipos que el mercado no prevé hasta finales de 2019. Los últimos descensos bursátiles han abaratado en Bolsa al sector, que cotiza con atractivas valoraciones -todos salvo Bankinter lo hacen por debajo de su valor en libros-, y el potencial alcista para quien compre ahora es por tanto un reclamo. Pero ¿es buen momento para invertir ahora en banca o es mejor esperar a que la expectativa de alza de tipos sea más cierta?
Para José Ramón Iturriaga, gestor de fondos de Abante, “comprar bancos ahora mismo es muy buena opción, tienen un potencial de revalorización que nunca antes se había visto”. En su opinión, trimestre arriba o abajo, el alza de tipos llegará, lo que no justifica las valoraciones actuales. Y ante ese horizonte de alza de tipos, su consejo es estar ya posicionado en banca. “Los márgenes y ROE van a dar un salto en cuanto empiece a subir el euríbor y el inversor que espere a que los tipos suban al 0,5% probablemente ya estará entrando tarde para beneficiarse del grueso de la recuperación de los bancos”, asegura.
Su fondo Spanish Opportunities de Bolsa española gana en el año el 5,22%, frente al descenso del 1,8% que acusa el Ibex, con casi un 35% de exposición en banca y posiciones en todos los bancos cotizados. También en Unicaja y Liberbank, que se desmarcan de los bancos del Ibex con ascensos cercanos al 7% en el año.
Mucho más escéptica sobre el potencial de la banca se muestra Lola Jaquotot, que gestiona en Trea Asset Management junto a Alfonso de Gregorio dos de los fondos de Bolsa española más rentables de este año. El Mediolannum Small & Mid Caps España y el Trea Iberian Equity ganan este año el 9% y el 7,5%, respectivamente. Y en la actualidad, sus únicas apuestas bancarias son Liberbank y el portugués BCP.
Liberbank y Unicaja arrojan los mayores ascensos en el año, cercanos al 7%, y son los predilectos de los gestores
“Las cuentas para invertir en banca por valoración salen pero el momento no es positivo. El mercado está sujeto con pinzas y si se pone en cuestión el crecimiento económico, eso golpea a los bancos”, explica Jaquotot, que redujo la exposición al sector tras el fuerte tirón de enero –comenzó el año con un peso de la banca del 17% de la cartera– y la ha reducido al entorno del 5% ante la incertidumbre económica y el enfriamiento en la expectativa de alza de tipos. La gestora asegura estar muy atenta a las señales de cambio a un escenario alcista de tipos para volver a tomar posiciones en banca.
La gran incógnita es cuándo llegará esa señal, clave para acertar con el momento de invertir en banca, ya que hacerlo cuando ya sea demasiado explícita puede ser tarde. Gonzalo Lardiés, gestor de A&G Banca Privada, confía en que el punto de inflexión para los tipos de interés se produzca a finales de año. Su declarada apuesta por la banca española es por el momento deficitaria. Su fondo DIP Spanish Equities acumula una pérdida en el año del 3,9%, con exposición a todos los bancos españoles salvo Bankinter. “Las valoraciones son atractivas, es posible comprar entidades con un PER inferior a las 10 veces y con rentabilidad por dividendo del 4% o el 5%”, defiende.
Lardiés reconoce que lo más determinante para una inversión exitosa en banca es el alza de tipos de interés, para lo que aún hay que tener paciencia. “La solvencia está fuera de toda cuestión y las carteras de activos tóxicos se están vendiendo sin problema porque las provisiones son adecuadas”, añade. “El hotel ya está en orden, ya solo falta que lleguen los clientes”, señala Lardiés aludiendo al alza de tipos de interés.
El impuesto a la banca
Junto a las incertidumbres con las que el sector ya convive desde hace años, como los tipos al cero, o desde los últimos meses, como el enfriamiento en la expectativa de alza del precio del dinero o la amenaza para el crecimiento de una guerra comercial, sobre la banca española planea también el impuesto a la banca que prevé establecer el Gobierno y con el que espera captar alrededor de 1.000 millones.
Los primeros ejecutivos del sector han aprovechado estas semanas las presentaciones de resultados para criticar con dureza la medida, denunciando el impacto que puede tener en sus resultados. Especialmente paradójico es el caso de Bankia, participada por el Estado en un 61% y para la que el impuesto podría ser un obstáculo añadido de cara a su privatización.
Para Lola Jaquotot el impuesto a la banca no es un factor determinante para invertir en el sector y cree que, si llega a implantarse, terminará por repercutir al cliente. Juan Barriobero, responsable de renta variable en DWS, opina en cambio que “sin duda, el impuesto es algo que ya ha penalizado al sector”. Su fondo DWS Acciones Españolas, que renta el 3,37% en el año, tiene alrededor del 15% del patrimonio invertido en bancos, españoles y portugueses. “Nuestra selección de valores ofrece un potencial de revalorización superior al 10%, si bien no estamos invertidos en las acciones que más han caído en el año”, reconoce Barriobero.
Desde Abante, Iturriaga también apunta a otro elemento que contribuirá al despegue bursátil futuro de la banca: las fusiones. “Vamos a ver operaciones nacionales y europeas y eso va a redundar en mayores márgenes para las entidades”, afirma. Aunque las fusiones, como el alza de tipos, aún tendrán que esperar.
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