Cuando el cielo no acompaña -como no está
acompañando a las expectativas turísticas de este julio en Asturias- hay
que echar mano de dos recursos ancestrales: la fe, el refranero y la
coña asturiana. Es lo que ha decidido hacer un hostelero gijonés, que
harto de cielos nublados, lluvias y tormentas, ha colgado en el
escaparate de su establecimiento un expresivo cartel que lo dice todo
con el mejor de los humores sobre una temporada que está llevando casi
hasta la desesperación a muchos de los profesionales del sector,
que aseguran no recordar un verano tan nefasto en el clima... y en las
visitas. Ni corto ni perezoso, el profesional hace un llamamiento
directo a los turistas para que «no se marchen de Gijón», les pide que
«tengan fe» en que el tiempo mejorará. Y añade una perla de sabiduría
popular que esta vez espera que se aplique en sentido literal: les pide
que recuerden que «nunca llovió que no escampara».
De momento, y aunque el anticiclón sigue resistiéndose, el
fin de semana se espera algo de mejoría, pero sin echar exactamente las
campanas al vuelo.
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