• Alcanzarían los 3.566 millones de valor bursátil con los 'Red Devils' de referencia
  • Ocuparía el vigésimo octavo lugar del Ibex 35, por delante de Meliá
Sergio Ramos, capitán del Real Madrid. Reuters.
¡Compra!, ¡vende!, ¡máximos históricos! ¡rebote del gato muerto! Son algunos de los gritos que en un futuro, quizás no tan lejano, podrían sustituir al clásico ¡fuera de juego! en referencia a un equipo de fútbol, ya que los partidos más importantes se podrían jugar sobre el parqué de la bolsa y no en la hierba del estadio.
La suerte de los sorteos ha dejado un calendario en el que el gran Clásico nacional, Madrid-Barça, se repetirá hasta en tres ocasiones en menos de un mes (dos en Copa y una en Liga).
El trono del balompié español puede decidirse, por lo tanto, en las próximas fechas; sin embargo, financieramente, el Real Madrid ya ha recuperado el reinado, no solo a nivel nacional sino internacional y es que, según el último informe de Deloitte (Football Money League), el Real Madrid ingresó la temporada pasada casi 751 millones de euros, algo que no ha logrado alcanzar nunca ningún otro equipo. Merced a este dato, que supone un incremento de más del 11% respecto a la temporada anterior, los madrileños han superado tanto a su eterno rival, el FC Barcelona como al Manchester United, que han caído al segundo y al tercer lugar, respectivamente.
En el informe de la consultora, también se incluye al Atlético de Madrid, en el puesto 13, con unos ingresos de 304 millones, y al Sevilla, cuya facturación de 165 millones lo sitúa en vigesimoséptimo puesto del mundo. sto supondría que, si los clubes españoles salieran a cotizar al mercado, como ya hacen otros como el Manchester United o la Juventus de Turín, serían la primera y la segunda empresa del sector por valoración bursátil.
Utilizando como herramienta el multiplicador de beneficios del Manchester United, el club más comparable con el duopolio español por historia y prestigio a nivel mundial, el club madrileño debería alcanzar una capitalización de 3.566 millones de euros, situándola en el vigésimo octavo lugar del Ibex. El Barcelona, por su parte, valdría cerca de 3.280 millones y quedaría justo por detrás del club blanco. El Atlético de Madrid también podría estar listado en el selectivo, ya que su capitalización superaría a Técnicas Reunidas, la más pequeña del índice. El Sevilla, por último, se quedaría por debajo de los 800 millones.
En abril del año pasado, Javier Tebas aseguró en una entrevista para la revista Actualidad Económica que veríamos a clubes españoles cotizando en bolsa en menos de dos años y que ya estaban asesorando a algunos en ese sentido. Casi un año después, no hay noticias de que esto vaya a ocurrir pero, por supuesto, no se puede descartar. La primera condición que tendrían que cumplir los dos grandes del fútbol español es cambiar su forma jurídica y convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas. Y "tendrían que cumplir con ciertos estándares de transparencia financiera, por lo que tendrían que mejorar mucho en este aspecto", explica Ángel Pérez, analista de Renta 4.

Poco representado

También el presidente de LaLiga de Fútbol Profesional explicaba a comienzos de años que se estaba realizando un estudio sobre el impacto, directo o indirecto, de la actividad futbolística en la economía española, arguyendo que ya supone el 1,37% del PIB español. Precisamente, este sería uno de los argumentos que sostienen que este sector debería estar representado en el mercado de renta variable.
"Si la renta variable de nuestro país es, como estudiábamos en los 70, el termómetro de una economía, el fútbol es lo suficientemente relevante como para estar representado en ese indicador", apunta Francisco Isidro, Director del Master Bolsa y Mercados Financieros de la EAE Business School.
"Sería normal que el deporte, y el fútbol en concreto, se articulase y se racionalizase de esta forma, aunque sería necesario, primero, un reparto más justo entre los distintos clubes, porque ahora hay muchas diferencias", añade Cándido Muñoz, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense.
"Aunque no suceda de forma inmediata y sea más a medio plazo, creo que cuando lo haga uno de los grandes habrá efecto contagio", añade Isidro, que además cree que "para los menos top podría ser una posible solución de supervivencia".
No obstante, el mercado les exigiría a estos clubes que cumplieran también los requisitos de transparencia y buen gobierno que el resto de cotizadas deben respetar, "por lo que estas compañías suelen valorar otras opciones antes de salir a bolsa, además de los costes que supone y el riesgo de pérdida de control, ya que indirectamente los accionistas se convertirían en propietarios del club", explica Victoria Torre, de Self Bank. "Tendrían que mejorar mucho en este aspecto", se lamenta el analista de Renta 4.
Por el contrario, también hay efectos muy positivos, "como ampliar sus fondos propios y con ello estar mucho mejor posicionada para apalancarse", explica Francisco Isidro.

Rival a batir

Uno de los principales males, financieramente hablando, es la deuda que contraen los clubes para intentar financiar las plantillas necesarias para cumplir sus objetivos y aunque una mayor inversión, sin duda, ayuda a traer mejor futbolistas, no existe ninguna garantía de éxito. "Cotizarían y estarían valoradas, sobre todo, por la capacidad que tengan de generar ingresos en el corto o medio plazo", explica Muñoz, que reconoce que "la deuda, obviamente, pesará en su valoración y deberían de dejar de estar financiados y soportados por organismos públicos como sucede ahora en muchos casos".
De hecho, estos clubes "incluso podrían emitir bonos para financiarse, aprovechando el apetito inversor movido por la pasión de sus seguidores", especula Muñoz. Todo es poco para ayudar al equipo de tu vida a fichar a tu ídolo o a cambiar el asiento del estadio donde pasas 90 minutos cada dos semanas. Pues ha pasado. El martes pasado la bolsa Euronext de Dublín informaba que la Juventus emitirá bonos no convertibles a cinco años por un total de 175 millones de euros y pagará un cupón del 3,375%, una rentabilidad menor a la que se le exige a países como Grecia, Islandia, Rumanía o Turquía.

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