Unicaja sopesa vender una gran cartera inmobiliaria en 2019
La entidad acelera el saneamiento de su balance y ya roza en 2018 el objetivo fijado para 2020.
Unicaja ha acelerado el saneamiento de su balance a lo largo de 2018. La entidad malagueña rebajó un 22% su volumen de activos improductivos, de forma que ya roza el objetivo de reducción comprometido en su último plan estratégico para el año 2020. Así lo reflejan las cifras aportadas por el propio banco durante la presentación de resultados correspondientes al ejercicio pasado.
La entidad presidida por Manuel Azuaga finalizó 2018 con un volumen de activos improductivos (NPA, por sus siglas en inglés) de 3.600 millones de euros, de los que 1.700 millones son adjudicados y 1.900 millones son préstamos morosos.
En cinco años, el banco ha reducido más de 3.800 millones, un 51%, su legado tóxico. El compromiso de Unicaja con los inversores era situar la exposición problemática por debajo de los 3.500 millones antes de finales de 2020. El ritmo de ventas de pequeñas carteras de NPA ha permitido ir por delante del calendario fijado en el plan estratégico. Pero la entidad continuará con su saneamiento.
Los responsables de Unicaja han informado de su intención de proseguir con las ventas de carteras de pequeño volumen en 2019. Además, no descartan llevar a cabo la venta de una gran cartera con la que segregar una parte mayoritaria de la exposición improductiva, de forma similar a como lo han venido haciendo la mayor parte de los bancos españoles durante los dos últimos años.
La decisión de realizar una venta masiva del ladrillo de Unicaja dependerá, como en otros casos, de los descuentos que tenga que aplicar la entidad a su cartera. Los NPA del banco malagueño registran unos niveles de cobertura medios del 57%, lo que se traduce en que se podría aplicar un descuento de un porcentaje similar respecto al valor en libros sin que ello ocasionara pérdidas contables a la entidad en este ejercicio.
Más calidad de los activos
Unicaja es, junto con Abanca, la única entidad bancaria española que todavía mantiene en propiedad su servicer, la filial inmobiliaria con la que venden sus pisos y locales comerciales.
La reciente decisión de Sabadell de traspasar un 80% de Solvia a Intrum se unió a otras operaciones anteriores en las que los bancos españoles han ido deshaciendo sus posiciones en el negocio del ladrillo, como la venta de Servihabitat a Lone Star, por parte de CaixaBank, o de Aliseda a Blackstone, por parte de Santander.
Más allá de los planes de Unicaja respecto a su ladrillo, la entidad acumula años con una tendencia positiva en la calidad de sus activos. Las entradas netas de préstamos problemáticos acumulan ocho trimestres consecutivos de caídas, y entre septiembre y diciembre sumaron el mayor descenso en la serie histórica del banco.
Desde 2014, la ratio de préstamos morosos de Unicaja casi se ha reducido a la mitad: del 12,6% registrado en diciembre de 2014, la entidad malagueña ha logrado sanear su balance hasta situar la tasa de créditos tóxicos en apenas un 6,7%.
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