Santander se convierte en el primer banco europeo en no amortizar sus CoCos
La entidad decide no recomprar la emisión de 1.500 millones que emitió en 2014. La decisión puede tener consecuencias sobre el mercado global de CoCos, de 310.000 millones, y sobre la curva de deuda del banco.
Llegó el momento. El mercado estaba expectante y Santander se enfrentaba a una decisión importante. En un lado de la balanza se encontraban los inversores que adquirieron el papel de sus bonos contingentes convertibles (los famosos CoCos) por 1.500 millones de euros en marzo de 2014 y esperaban ahora, tras años de elevados cupones, el repago del nominal. En el otro, el deseo de la entidad de mantener estable su nivel de recursos anticrisis y contener los costes de financiación, que se han elevado en todo el sector como consecuencia de las exigencias del supervisor.
La decisión ha sido difícil y se ha hecho esperar hasta prácticamente última hora, pero Santander, tras un largo estudio y tiempo de debate, se ha inclinado por mirar hacia su balance y no amortizar la emisión, que seguirá viva a la espera de la próxima oportunidades. La entidad cántabra se convierte así en el primer banco de Europa que no amortiza una emisión de CoCos a la primera oportunidad hábil para ello desde la creación de este instrumento en 2013.
Los agentes del mercado consideran que la decisión de Santander de no repagar el principal de la emisión de CoCos tendrá un coste tanto para el propio banco como para este tipo de deuda en general. El mercado de CoCos suma alrededor de 340.000 millones de dólares (unos 309.000 millones de euros) que ahora pueden sufrir serias turbulencias.
Los CoCos (también conocidos como bonos AT1 porque computan como capital Tier 1 adicional a ojos del supervisor) son perpetuos, lo que significa que cotizarán hasta que el emisor decida repagarlos. Para ello, se fijan ventanas de amortización -tradicionalmente a cinco años- que hasta ahora siempre se habían ejecutado. Esta postura había llevado a los inversores a tratar estas emisiones como deuda con un vencimiento casi definido en sus cálculos de rentabilidades, una postura que ahora puede saltar por los aires.
Sin embargo, el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, ya había advertido que nada debía ser dado por sentado. "Amortizamos o no amortizamos basándonos puramente en términos económicos", señaló, a preguntas de los analistas en la presentación de los resultados anuales del banco, a finales de enero.
La advertencia de Álvarez se ha consumado. Tras la actuación de Santander, se espera que los inversores exijan una mayor prima por la característica de la perpetuidad del bono, en consonancia con la incertidumbre de si será o no amortizado en el plazo indicado. Los inversores en CoCos se encuentran siempre en la categoría de profesionales, pues en la mayoría de regiones su venta está incluso prohibida a los particulares por su elevado riesgo.
"Alguno tenía que ser el primero, aunque nadie quería serlo porque es de quien se acordarán los inversores en el futuro. Esto ocurrirá incluso aunque después otras entidades vayan por el mismo camino después", señalan fuentes de la banca de inversión. A su juicio, los inversores pueden castigar particularmente las emisiones de Santander, que ha decidido no repagar la colocación incluso aunque desde el punto de vista financiero la situación no era crítica.
BBVA fue el otro banco español que pasó por esta situación (hasta en dos ocasiones), pero optó por retirar la emisión de circulación y contentar a los inversores. El momento de mercado, eso sí, era diferente y hacía que económicamente resultase muy atractiva la amortización de las emisiones antiguas. El resto de entidades españolas no se enfrentará a las ventanas de amortización de sus CoCos este ejercicio porque tardaron más en debutar en este mercado.
Esperanza en balde
Santander elevó las esperanzas del mercado en la posibilidad de recompar su emisión de CoCos cuando la semana pasada acudió al mercado para emitir 1.200 millones de dólares en este tipo de deuda. Por momentos, el precio de la emisión a amortizar cotizó en el mercado secundario al 100%, es decir, a su valor nominal, descontando que sería descontada. Ahora, sin embargo, toda la curva del banco puede sufrir turbulencias.
Según los expertos, esto podría ser especialmente notorio de cara a la emisión de CoCos de 1.500 millones de dólares cuya fecha de potencial amortización llega en mayo. "Si no ha recomprado ésta, teniendo oportunidad, la probabilidad de que lo haga con la siguiente se reduce y, además, quién sabe en qué nivel estará el mercado entonces", señala un gestor.
Pese a que los inversores tenían el foco totalmente puesto en si Santander se convertía o no en el primer banco en lanzar la piedra de la no amortización en el mundo de los CoCos, la decisión, recuerdan fuentes financieras, no es el fin del mundo. El folleto de la emisión, y esto es algo común en la mayoría de colocaciones de este tipo de deuda, abre nuevas ventanas de amortización cada tres meses, por lo que el banco podría tranquilizar los ánimos lanzando el mensaje de que podría revertir la situación a lo largo del año.
"A la hora de decidir si canjear o no un bono, tenemos la obligación de evaluar el precio y equilibrar los intereses de todos los inversores. Continuaremos monitorizando el mercado para canjear las emisiones cuando se den las condiciones adecuadas", ha señalado el banco sobre la decisión tomada.
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