La guerra desatada por Abanca sobre Liberbank ha acabado con un claro vencedor tras la retirada en falso de la entidad gallega controlada por el venezolano Juan Carlos Escotet. Se trata de la propia Liberbank,que el pasado viernes vendió gran parte de las acciones que tenía en autocartera, aprovechando la revalorización provocada por el anuncio de la antigua CaixaGalicia de intentar adquirir el banco asturiano.
Según han confirmado fuentes del mercado, el director financiero de Liberbank dio orden de colocar 10 millones de acciones del propio banco cuando la cotización se disparó un 20% después de que Abanca reconociese su interés por la entidad, adelantado por el diario ‘Expansión’. La operación se hizo a través de Ahorro Corporación, el antiguo bróker de las cajas de ahorros, ahora en manos del fondo StormHarbour desde su adquisición entre finales de 2016 y mediados de 2017.
La acción de Liberbank acabó la jornada a 0,47 euros, tras revalorizarse un 19,9%. Esa sesión tuvo un volumen de negocio de 52,3 millones de títulos, el mayor movimiento sobre Liberbank desde junio de 2017, cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) prohibió a los accionistas especuladores ponerse corto contra el valor. Aquel día, el banco subió un 41% en bolsa tras dos jornadas aciagas, con un volumen de contratación de más de 130 millones de títulos.
La última comunicación a la CNMV de la entidad presidida por Manuel Menéndez sobre su autocartera data del 30 de octubre del pasado año, cuando admitió que tenía en su balance 27 millones de acciones, representantivas del 0,88% del capital. El banco había estado comprando a precios que oscilaban entre los 0,44 y los 0,51 euros por título, por lo que, pese a aprovechar el 'rally' del pasado viernes, es probable que no obtenga grandes plusvalías con la desinversión.
Liberbank, que debutó en bolsa en mayo de 2013 a 0,40 euros por acción, capitaliza actualmente 1.295,9 millones de euros. El banco acumula tres años de caídas consecutivas en bolsa, con retrocesos del 19,6, 43,59 y 13,91% en 2016, 2017 y 2018, respectivamente. En lo que va de año, se deja un 3,95%, pese a la gran subida puntual que tuvo en la jornada del pasado viernes al calor del interés de Abanca.
Ahora, la entidad resultante de la integración de Cajastur, Caja Cantabria, Caja Extremadura y Caja Castilla-La Mancha va a acelerar los planes para fusionarse con Unicaja, el proyecto liderado por el consejo de administración. Las conversaciones con la entidad andaluza deberían culminar en las próximas semanas con el reparto de los poderes ejecutivos y la fijación de una ecuación de canje que de momento impide sellar el acuerdo inicial. En otras palabras, decidir quién manda, tanto en el capital como en el consejo de administración.
Unicaja, que salió a bolsa en el verano de 2017, cotiza a un euro por acción y capitaliza 1.607 millones. La integración, no obstante, apenas permitirá un ahorro de costes significativo, dadas las diferencias geográficas de las redes de oficinas de ambos grupos. Unicaja tiene 1.153 sucursales y Liberbank cuenta con 679.
Durante el año pasado, como el resto de la banca, ambas continuaron adelgazando su red. Aun así, el último anuario publicado de la CECA, con datos de 2017, refleja que solo hay un solapamiento significativo en Castilla-La Mancha y en Madrid, además de que el margen fuerte está en servicios centrales. Unicaja acabó 2018 con 6.920 empleados y Liberbank, con 3.798.
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