Roma y Bruselas vuelven a chocar, pero quien lo sufrirá de fondo será el contribuyente italiano. El ejecutivo comunitario ha activado el primer paso para sancionar a Italia, que puede conllevar una multa de hasta 3.500 millones. Pero, sobre todo, pone el foco una vez más en las dudas del mercado sobre la sostenibilidad financiera de la tercera economía del euro, cuya deuda ya cotiza casi tan cara como la de Grecia.
Desde que la crisis hizo famoso el concepto de 'prima de riesgo', el diferencial entre los bonos a 10 años —los más comerciantes— de Italia y Grecia nunca había sido tan bajo como ahora, con menos de 50 puntos básicos. Hay dos razones que explican esto. La política económica de Atenas, pese a los intentos iniciales de Tsipras, ha acabado en el redil de lo que quiere la 'troika' y el mercado. Y lo contrario pasa con el Ejecutivo de Roma, liderado por el Movimiento 5 Estrellas y La Liga.
El entramado comunitario de Bruselas está harto de Italia, que cerró el año pasado con una deuda pública en el 132,2% del PIB, y alcanzará según sus previsiones el 133,7% este año y el 135,2% el próximo, en un contexto de crecimiento débil —de hecho, Italia sufrió una recesión técnica en la segunda mitad de 2019—. Este argumento ha "justificado" el expediente por el excesivo endeudamiento, según la Comisión Europea, que también analiza a Francia, Bélgica y Chipre.
De esta forma, Bruselas ha amargado el primer aniversario del Gobierno italiano, que se formó el 1 de junio de 2018 por una coalición populista y euroescéptica y una formación nacionalista. La rentabilidad con la que cotiza el bono de Italia ha descendido un 23% en los últimos 12 meses, mientras que la del español desciende un 62% y la del griego un 40%. La prima de riesgo italiana con el bono alemán, que está en mínimos históricos como gran parte de la deuda de la eurozona, ha aumentado más del 10% en un año.
Dopaje del BCE
La respuesta del mercado está influida por el dopaje del Banco Central Europeo (BCE), que ha prolongado el periodo de tipos bajos y compras de deuda de vencimientos al menos hasta el primer semestre del año que viene. Las adquisiciones de activos desde Fráncfort distorsionan el precio de los bonos, en un contexto de desaceleración económica en el que muchos inversores reducen su exposición a la renta variable para refugiarse en la renta fija. Pero discriminando a la deuda italiana.
Lo anterior se traduce en que Italia se beneficia menos que otros países de la artillería de Mario Draghi. El italiano, precisamente, ha liderado una política que fue clave para el cambio de ciclo y que ha reducido los costes del endeudamiento de familias, empresas y estados. Sin embargo, Italia sigue aumentado su deuda y esta no se abarata como el resto.
El Tesoro italiano tiene que acudir al mercado este año para colocar 226.000 millones de euros, según 'Financial Times'. Cada punto básico que no reduce el coste de la deuda en sus diferentes tramos supone un golpe de 22,6 millones de euros. La prima de riesgo de casi 200 puntos básicos respecto a España se traduce en un diferencial de 4.500 millones para estas emisiones.
Hay que tener en cuenta que Italia, donde ha crecido el euroescepticismo a costa de la ralentización económica y los problemas de desigualdad interna, fue uno de los países más beneficiados por los estímulos del BCE entre 2014 y 2016. La economía italiana se ahorró el 1,3% del PIB en intereses de la deuda en ese periodo por los tipos bajos, el mayor impacto positivo en la eurozona, por encima del 0,9% de España, según cálculos del Banco de España que incluyó en el informe anual de 2016.
No obstante, Italia está en un rango medio entre los estados europeos beneficiados de las compras de activos en cuanto a impacto en inflación y crecimiento, según un estudio publicado por el Banco de España de los economistas Pablo Buriel y Alessandro Galesi ('Descubriendo los efectos heterogéneos de la política no convencional del BCE a lo largo de los países de la eurozona').
La investigación notó que también España estaba entre los países más beneficiados por los tipos bajos pero entre los que menos se beneficiaban del 'bazooka' de Draghi. El nexo común que encontraron los investigadores es que hay elementos que limitan los efectos positivos ('spillovers', en la jerga) de estas compras: niveles reducidos de capital en la banca, alta cifra de paro y un elevado endeudamiento de los agentes privados. Es decir, pecados en Italia y España, aunque la economía italiana sigue en el radar del mercado y la española crecerá al doble que la eurozona en 2019.
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