La AEB no ve la criptomoneda de Facebook como una amenaza para la banca
El presidente de la patronal bancaria asegura que supone una competencia más directa para las 'fintech' en la medida en la que afecta a la actividad de los pagos online.
La AEB mira con escepticismo el anuncio de una moneda virtual por parte de Facebook. "Me llama la atención que esté respaldada por activos porque eso hará más cara y compleja su gestión, tengo dudas sobre sus supuestos efectos positivos sobre la inclusión financiera y cómo cumplirá con la normativa sobre blanqueo de capitales", sostiene su presidente, José María Roldán.
Sin embargo, la patronal no lo considera una amenaza directa para su negocio. "Afectará al mundo de los pagos online y, por tanto, a las fintech", ha señalado Roldán, que ha participado en un curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie) en Santander.
En respuesta al mensaje del BCE, que considera que de manera global el bajo precio del dinero ha tenido un efecto positivo para la banca, Roldán ha subrayado el daño que los tipos negativos hacen al negocio. "Son un contradiós, porque penalizan el ahorro y perjudican los márgenes bancarios", ha explicado.
La AEB da por hecho que el Banco de España activará antes de que acabe el año el llamado colchón contracíclico, una herramienta que previene los riesgos sistémicos, por efecto imitación de lo que ya ha hecho la mayoría de los países europeos. No porque exista una situación de alarma que lo exija. "Las familias y las empresas siguen desapalancándose en España", ha argumentado.
En relación con las advertencias del BCE sobre la sobrevaloración de precios inmobiliarios en algunos países, incluido España, Roldán ha asegurado que no hay "en absoluto" evidencias de recalentamiento de precios. Ha limitado los problemas a "tensiones de precios" en ciertas zonas de Madrid y Barcelona. "No nos planteamos ninguna restricción hipotecaria", ha dicho.
Roldán se ha mostrado a favor de que los riesgos del cambio climático sea una variable que se incluya en los próximos test de estrés de la banca europea, si bien ha advertido de que todavía no hay medidores claros para evaluarlos.
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