Nadal y la suerte de vivir algo histórico
Nadie dudaba de que Rafa Nadal es el mejor tenista de la historia sobre tierra batida y es que echando la vista atrás, difícilmente se va a poder ver a un jugador con un dominio tan abrumador sobre una superficie como el que ejerce el manacorí en la arcilla. El hambre de triunfo le hace superar todas las adversidades, y en un año complicado en forma de lesiones para él, vuelve a triunfar en París.
¿Hay alguien que pueda hacerle frente en un partido a cinco sets en la Philippe Chatrier? La respuesta a día de hoy es que el jugador que parece destinado a recoger el testigo en el Grand Slam parisino, Dominic Thiem, volvió a chocarse contra el muro que teje el español sobre la línea de fondo. En Monte Carlo, cuando arrancaba la temporada de polvo de ladrillo, Nadal demostraba que es humano y que los problemas físicos no siempre son fáciles de superar. En París ha rebatido esa afirmación ya que, si creíamos que era mortal, estábamos totalmente equivocados. Ha vuelto a conquistar el título en Roland-Garros y ya van 12.
No hay temporada en la que no se plantee si va a ser en la que Nadal no domine con autoridad el segundo ‘major’ y, aunque ya perdió en 2009 y en 2015, y tuvo que retirarse a mitad de torneo en 2016, la sensación de que es invencible es cada vez más acusada sobre sus rivales, que no saben realmente qué tienen que hacer para poder superar a un mito viviente de la tierra batida.
Pero este torneo es más especial si cabe porque las dificultades que ha tenido que superar para llegar nuevamente a levantar el trofeo no han sido pocas. La temporada comenzaba bien en Australia, llegando a la final, pero nuevamente la rodilla volvía a aparecer en escena y le obligaba a retirarse en Indian Wells. El inicio en tierra batida no fue bueno y ha tenido que construir desde más abajo que en años anteriores, lo que da más lustre a las victorias en Roma y sobre todo en Roland-Garros.
Solo el tiempo dirá cuánto puede durar el dominio de Nadal en la Philippe Chatrier, en un torneo en el que únicamente conoce dos derrotas a lo largo de toda su carrera, pero la gesta ya conseguida es tan increíble que le dejan como el mejor de la historia en títulos en un Grand Slam, superando los once de la gran Margaret Court en su casa, el Open de Australia. El hogar tenístico de Rafa es Roland-Garros, un torneo que le vio estrenarse como ganador de un ‘major’ y que le tiene en lo más alto del Olimpo de ganadores en París.
La próxima cita de Nadal será en Wimbledon, el momento culmen de la corta e intensa temporada de hierba, donde por preservar su físico volverá a acudir sin hacer ningún torneo previo sobre el verde, aunque ya demostró el año pasado que no lo necesita, peleando de tú a tú contra Novak Djokovic en semifinales. La lucha por ser el jugador con más títulos de Grand Slam en categoría masculina de la historia está más abierta que nunca, hoy Rafa está más cerca de los veinte de Roger.
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