La firma adquiere el hotel Robledo en Gijón para apartamentos turísticos de lujo
La empresa gestionará a través de un alquiler el hotel Hernán Cortés, con 75 habitaciones y cuatro estrelles, colindante con el Casino de Asturias
Comansa entra con fuerza en el sector de la hotelería no solo en Oviedo. La empresa de construcciones y promociones fundada por Miguel Ángel Menéndez del Fueyo, que ha gestionado algunos de los principales aparcamientos de la capital y promovido áreas comerciales como el conocido como Centro Cívico, busca su hueco en la oferta hotelera también en Gijón. Lo ha hecho con la compra del edificio del antiguo Hotel Robledoy con el alquiler del céntrico y conocido Hernán Cortés.
Tal y como adelantó EL COMERCIO, Sensia Hoteles, creada en 2016, será desde el próximo 1 de julio la gestora del cuatro estrellas gijonés, dirigido durante casi cinco décadas por su copropietario, Javier Vidal. Él y su socio poseen el 51% del edificio que se divide entre las 75 habitaciones, la mayoría con tamaño cinco estrellas, y el Casino de Asturias, en manos del Grupo Díaz Carbajosa.
A ese alquiler suma Sensia Hoteles la compra de un edificio. El del antiguo Hotel Robledo, hoy gestionado por el grupo hotelero cangués Acebos Azabache. Según ha podido saber este periódico, los propietarios del inmueble, la familia Fernández Álvarez, han llegado a un acuerdo con Comansa para la compra del de toda la finca, que cuenta con 138 habitaciones y capacidad para 235 personas. Suma, además, seis apartamentos.
Pese a que ni la antigua propiedad ni el actual arrendatario han querido hacer declaraciones, EL COMERCIO ha podido saber que el comprador respeta el contrato de alquiler en vigor con Acebos Azabache, que continuará explotando el hotel, de categoría tres estrellas, durante la vigencia del acuerdo sellado en 2014.
En aquel momento, la empresa canguesa asumió la gestión del hotel después de la espantada de Domus, arrendataria desde 2009. Con contrato por veinte años, Domus solo se mantuvo cinco años debido a problemas en la gestión que llegó al impago de nóminas a la plantilla, formada por once trabajadores.
La idea de la nueva propiedad es explotar el hotel en la modalidad de apartamentos turísticos de lujo, lo que implicará la realización de varias obras. De hecho, los actuales arrendatarios realizaron ya una reforma integral en 2014, en la que participó con financiación la familia propietaria. Los Fernández Álvarez ya estaban vinculados con la propiedad de Acebos Azabache desde 1987. Aquel año, los cangueses compraron a los gijoneses unos terrenos en el Oriente asturiano para levantar el primero de sus hoteles. El grupo Acebos Azabache llegó a acumular cuatro hoteles en Cangas de Onís y Arriondas.
Con Hernán Cortés y Robledo/Acebos Azabache, Comansa irrumpe a lo grande en la plaza hotelera gijonesa. Lo hace con una empresa creada en 2016 con un capital social de 3.000 euros. Hasta el momento, su única creación visible en el sector turístico era, y aún es hoy, la gestión del Aparthotel Campus, en Oviedo.
Entremado societario
Para llegar a ella, además, hay que hacer un recorrido por un entramado de empresas que nacen de Comansa. De ese tronco sale Torre Cerredo Inversiones, Inmobiliaria Robledo y, finalmente, Sensia Hoteles. En todas ellas figuran los nombres de dos hijos del fundador de Comansa: Miguel Ángel y Mónica Menéndez Pascual.
Con la compra del antiguo Robledo, explotado por Acebos Azabache, Comansa sigue la senda de los constructores que giran hacia la gestión hotelera ante la caída de su sector. En Gijón serán suyas 213 habitaciones y 385 de las 4.432 plazas hoteleras de la ciudad, lo que supone casi el 9% del total. Será la responsable del céntrico cuatro estrellas que decidió no dar el salto a la máxima categoría, las cinco estrellas que aún le faltan a Gijón, cuando en 2007 vio que la crisis estaba apunto de llegar. Un hotel que entró (cuando no provocó) y salió indemne de la guerra de tarifas que llevó a la hotelería gijonesa a su 'annus horribilis' en 2012 y que ha cerrado los últimos ejercicios con beneficios del 30% y liderando en ventas según la central de reservas Booking.
En cuanto al antiguo Robledo, Comansa se lleva con su compra un inmueble en el que vivieron, a su paso por la ciudad, Lina Morgan o Lola Flores. Un edificio de 14 plantas utilizado tanto para turismo de larga estancia como para turistas ocasionales y, sobre todo, grupos familiares. Con la llegada del nuevo propietario, lo previsto es que las Lina y Lola del futuro se alojen en apartamentos turísticos de lujo.
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