domingo, 16 de junio de 2019

Fuera tutelas....

Ni tutelas, ni tutías: en qué va a cambiar que España deje de estar supervisada

Si se cumple el guión, la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea cerrará este viernes el procedimiento de déficit excesivo contra España.

AGENCIA EFE
Ni tutelas, ni tutías: Bruselas dejará por fin de controlar de manera exhaustiva a España después de 10 años. Si cumple el guión, la reunión de ministros de Economía y Finanzas de los 28 países de la Unión Europea (Ecofin) aprobará este viernes el cierre del procedimiento de déficit excesivo en el que el país estaba inmerso desde 2009. Dicho de otra manera, Bruselas ya no mirará con lupa la economía española cada minuto, porque se fía de ella.
El viaje hasta aquí ha sido tortuoso, lleno de recortes y subidas de impuestos. Ahora llega el último paso previsto en ese largo camino. Antes vino la luz verde de la oficina estadística Eurostat en abril. Después, la recomendación de la Comisión Europa la semana pasada. “Quiero felicitar a España”, dijo entonces el vicepresidente Valdis Dombrovskis viendo cómo habían cambiado las cuentas públicas españolas. Unas palabras que hubieran sonado marcianas hace unos años en plena crisis económica viniendo de Bruselas.

Y, ahora, ¿qué ocurre? 

La salida de este procedimiento no implica que el Gobierno tenga las manos totalmente libres en política económica. “España deja de tener una vigilancia especial, pero sigue sujeta a la vigilancia ordinaria como cualquier otro país miembro”, explica Álvaro Anchuelo, catedrático de economía aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares. “Es una buena noticia porque España cumple con sus compromisos, pero no es una justificación para hacer lo que se quiera”, coincide Alicia Coronil, directora de economía del Círculo de Empresarios.
Lo que va a pasar a partir de ahora es que las cuentas públicas dejarán de estar sometidas al examen exhaustivo. En su lugar, pasan a uno preventivo. Este es un control más suave, que tiene como objetivo evitar que haya un nuevo desequilibrio en las cuentas. “España deja la unidad de cuidados intensivos y pasa a planta”, ejemplificaba Pablo R. Suanzes, corresponsal de El Mundo en Bruselas, en su crónica
En la práctica supone que el Ejecutivo podrá elaborar los presupuestos con menos restricciones y sin temer a la espada de Damocles de las sanciones. “El procedimiento de déficit excesivo tiene sobre todo un carácter sancionador y de control frecuente (de tres a seis meses) de las finanzas públicas para vigilar la implementación de las recomendaciones de la Comisión. Al salir, se suavizan estos controles y las recomendaciones, pero no se elimina por completo esa vigilancia”, apunta Jorge Uxó, profesor de economía en la Universidad de Castilla - La Mancha.
A partir de ahora, los controles por parte de la Comisión Europea serán los ordinarios del resto de miembros de la UE. “Todos los países tienen que presentar en abril sus programas de estabilidad y las líneas principales de su presupuesto en octubre”, recuerda Uxó. 

El último alumno en aprobar

La UE ha necesitado 10 años para que todos los alumnos con problemas aprueben este difícil examen. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento obliga a los países europeos a situar el déficit público —la diferencia entre los ingresos y los gastos— por debajo del 3% del producto interior bruto (PIB). Hace 8 años, en 2011, había 24 países bajo supervisión. Poco a poco han ido abandonándola.
España era el último país que quedaba en la lista negra y ha logrado salir gracias a que esa diferencia entre ingresos y gastos se ha situado en 29.982 millones de euros el año pasado, el 2,48% del PIB. Una reducción muy grande desde el nivel del 11% que alcanzó durante la crisis económica. 

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