martes, 4 de junio de 2019

El Rivi...Caminante si hay camino!

«Me voy como entré, ligero de equipaje. Con una mano delante y otra detrás»

Rivi deja la primera línea de la política municipal ovetense tras 28 años como concejal

Roberto Sánchaez Ramos, «Rivi»
Roberto Sánchaez Ramos, «Rivi»

OVIEDO 
Roberto Sánchez Ramos es el concejal más mediático del Ayuntamiento de Oviedo. Rivi, como le conoce todo el mundo, no para de saludar a gente por la calle. Lleva 28 años como edil y considera que ha llegado el momento de dejarlo. Tiene pensado dedicarse a cavilar y a caminar, pero antes de dar un paso al lado repasa su trayectoria. Presume de irse «con una mano delante y otra detrás», deja claro que IU tiene futuro en Oviedo a pesar de los malos resultados del 26M y lanza un recado a Ciudadanossobre su hipotético apoyo a un gobierno con el PP: «Sería su hundimiento». 
-Empecemos por lo último. ¿Qué tal ha ido La Ascensión?
-Estoy muy satisfecho porque los trabajadores de la Fundación de Cultura realizaron un trabajo extraordinario. La Ascensión cada año va ganando en calidad, en diseño, en sensibilidad y está cumpliendo otra labor que es recoger elementos culturales de otras comunidades. Este año le tocó a Cataluña con los Castellers y, además, aprovechamos para que ellos mostrasen su apoyo a la sidra como Patrimonio de la Humanidad. Ellos ya lo son desde el año 2010.
-¿No se podía haber hecho más para que se celebrase la feria de ganado?
-Desgraciadamente, no. Quien nos criticó fue quien la desapareció de Oviedo hace 15 años. Nosotros la recuperamos hace tres y al caer la fiesta tan tarde no pudimos contar con los ganaderos. En Asturias, los ganaderos la última semana de mayo suben el ganado al monte. Pero Olloniego tiene un gran futuro, es un espacio para eventos de esas características.
-Pone fin a una trayectoria de casi tres décadas en la política municipal. ¿Ha conseguido sus objetivos?
-Son 28 años en política municipal. Desde el 1 de enero de 1975, cuando me dieron el carné del Partido Comunista, que me dieron en un piso en Avilés. Desde entonces hasta ahora, sin parar. 28 años de representante del pueblo de Oviedo, no de político, porque políticos somos todos los que vivimos en la polis. De esos 28, 24 estuve, en palabras de José Martín, «en las entrañas del monstruo». Y conozco el monstruo perfectamente.
-¿Qué se lleva de todos estos años?
-Por encima de todo, me llevo la satisfacción de defender a la mayoría de la población. Aprendí el siete por cuatro. Siete oposiciones, a cuatro años, 28 años. Yo me presenté a las elecciones 7 veces, el IBEX 35 no lo hace. Determinadas instituciones en nuestro municipio no se presentan jamás a las elecciones. Para mí el hecho de que la gente me haya posibilitado ser su representante es lo mejor que me llevo. Me voy como entré, ligero de equipaje, en palabras de Miguel Hernández. Como se suele decir en el pueblo de Grao del que soy, me voy con una mano delante y otra detrás.
«Teníamos el gobierno pero no el poder. Yo era consciente»
-Siempre en la oposición hasta 2015. ¿Se ha encontrado lo que se esperaba?
-Teníamos el gobierno pero no el poder. Yo era consciente. Además en los peores cuatro años de los ayuntamientos de España, incluido 1979, con las primeras elecciones democráticas y una ley franquista. Ha habido una recentralización de los poderes económicos y políticos y, por tanto, eso quitó gran parte de la autonomía municipal. La falsa llamada crisis de 2008 provocó una recentralización del estado frente a los municipios. Los capó, les quitó autonomía. Y uno de los elementos más graves es que nos ha privado de dirigir gasto público a la gente para destinarlo a los bancos. Y luego otra ley, la de la tasa de reposición. De cada diez jubilados solo permitieron meter a dos, y eso es gravísimo porque acaba con la autonomía. Espero que esto entre en la agenda del próximo gobierno. No ha sido fácil, pero sabíamos perfectamente a lo que nos enfrentábamos.
-Tras años denunciando los excesos del gabinismo ha sido el tripartito el que ha pagado los pufos de aquella época. ¿Ironía de la vida?
-Sí. Pagamos 104 millones de los pufos de la derecha. De los Calatrava, Villa Magdalena… Dinero que ha ido destinado a las empresas y a todo el cartel económico y empresarial que se formó en esos 24 años. Insoportable. Por eso teníamos el gobierno y no el poder.
«La oposición en Festejos se opuso porque eliminamos el cartel económico y político que había montado»
- La concejalía de Cultura y Festejos ha sido una de las áreas más criticadas por la oposición. ¿Defiende su gestión?
-Hay que diferenciar. La oposición en Cultura votó el 98% de las actividades a favor. La oposición en Festejos se opuso porque eliminamos el cartel económico y político que habían montado. Una fracción del PP de Oviedo, que era la que estaba relacionada con el cartel, era la que montó la bronca. De repente el empresario, prácticamente uno, se quedó fuera de todo. Vamos por el buen camino en el momento en el que el cartel, perfectamente estructurado y organizado, protesta al quedarse sin negocio.
-¿En qué ha mejorado la cultura ovetense durante la última legislatura?
-No en todo lo que yo quería, pero ha mejorado. Ahora hay una programación más diversa, abierta a otros públicos, incluido el teatro Campoamor, que antes estaba para tres actos y poco más. Una cultura que se disfruta en los barrios. Pero en los barrios hay un déficit tremendo de infraestructuras. Lo hacemos en la calle, pero Oviedo debe apostar por las infraestructuras culturales en los barrios. Se hicieron 50 centros sociales pero en muchos de ellos se puede jugar a las cartas y poco más.
-En todos estos años IU de Oviedo ha sufrido altibajos. ¿Cuál ha sido su momento más delicado?
-Lógicamente, cuando se produjo una ruptura que acabó con una separación de militantes en las elecciones. Unos en IU y otros Ciudadanos por la Izquierda, que finalmente conseguimos representación. Ahí se dio un hecho paradójico que me dijo una sociológica de Castilla La Mancha. Fue la única vez en una capital de provincia que una fracción de una fuerza política sacó más votos que la matriz.
-¿Cómo se recondujo aquella situación?
-Con el diálogo, argumentos y mucha paciencia revolucionaria. Eso fue lo faltó antes de la ruptura.
-En las últimas elecciones han perdido sus tres concejales. ¿Ya ha analizado los motivos?
-Todavía no. No va a ser fácil porque es el compendio de varias cosas. Es el voto útil pero es la situación propia de IU, en unos sitios con Podemos, en otros no… Es un tema que hay que analizar con paciencia, reflexión y datos. Nos faltó un puñado de votos para el 5% y fue una sorpresa para todos. Yo soy un optimista histórico, en palabras de Vázquez Montalván, y confío en que aunque no hay representación en la institución, la tengamos en la calle. Teníamos una pata en cada sitio, ahora las dos en la calle.
«Unos se dedican a llevar dinero a Suiza o hacer negocio con las empresas y nosotros recogemos las lágrimas de la gente»
-El otro día hablaba del cariño de la gente. ¿Si les quieren, por qué no les votan?
-Hay gente que va a llorar al grupo municipal, físicamente. Estos tres días estuve dedicado exclusivamente a la feria, imagínate la cantidad de gente que pasó por allí. Eso es lo entrañable de la política. Unos se dedican a llevar dinero a Suiza o hacer negocio con las empresas y nosotros recogemos las lágrimas de la gente.
-¿Tiene futuro IU de Oviedo?
-Totalmente. Para que tenga futuro hacen falta tres cosas: ideas, gente y ganas. Las tres concurren en el caso de Oviedo. Estoy absolutamente convencido de que si lo hacemos tras una reflexión, volveremos con más fuerza. Siempre pongo el mismo ejemplo. El año de más socios del Atlético de Madrid fue el de segunda división. Nosotros ahora estamos en segunda división, así que a ser modestos, prudentes y a trabajar por la gente. Tenemos una gran diferencia con la derecha política. Para ellos, la política es defender sus intereses, para nosotros los de la inmensa mayoría. Eso siempre tiene futuro.
-¿Qué le habría gustado hacer que no ha podido?
-Oviedo necesita recuperar la Vega. Hablamos de un espacio de 120.000 metros cuadrados en el corazón de la ciudad. De ellos, 50.000 están techados y el resto son parques y jardines. Ahí hay un futuro de infraestructuras que en Oviedo no existen. La posibilidad de una sala de exposiciones, de un lugar de ensayos para nuestras orquestas… Oviedo necesita estos equipamientos que no ha hecho el municipalismo en los últimos años porque era más importante poner a la gente a jugar a las cartas en los 50 centros sociales y comprarle los muebles a un colega. Además, es todavía más importante sabiendo como sabemos que va a costarle al pueblo de Oviedo menos de la mitad que Villa Magdalena, que son 3.000 metros cuadrados y un pequeño palacete. El futuro de Oviedo pasa también por la operación del HUCA.
«Un acuerdo con el PP sería el hundimiento de Ciudadanos»
-La opción más probable es un acuerdo PP-Ciudadanos. ¿Ve alguna alternativa real?
-No lo sé. Creo que sería el hundimiento de Ciudadanos si se mete en la candidatura del Centro Asturiano. La candidatura del PP, aunque lleve sus siglas, no es del PP, es del Centro Asturiano. Creo que lo loable es tener un gobierno decente que pasaría por PSOE-Ciudadanos con el apoyo a la alcaldía de Somos. El cabeza de lista del PP, persona que tiene mis respetos personales, no conoce Oviedo políticamente. Entonces creo que Ciudadanos se lo está pensando y espero que se lo piense bien, como ha hecho Juan Vázquez en la Junta General. Sé las presiones empresariales y mediáticas que están sufriendo los concejales electos de Ciudadanos. Las presiones para apoyar un gobierno de esas características son de un pequeño grupo. El propio cabeza de lista ha dicho que a él lo propusieron los empresarios. Creo que a Ciudadanos avalar o sofitar ese gobierno le crearía serios problemas.
«Sé las presiones empresariales y mediáticas que están sufriendo los concejales electos de Ciudadanos»
-Usted conoce a Somos de estos últimos cuatro años. ¿Cree que respaldaría un gobierno del PSOE con Ciudadanos?
-No tengo ninguna duda de que votarían a Wenceslao como alcalde. Harían bien, sería una posición inteligente, comprensiva por la ciudadanía. Otra cosa es que al día siguiente a ese nuevo gobierno, Somos queda exonerado de responsabilidades. Pero lo inteligente, y la gente de Somos lo es, sería votarlo. Luego seguirían siendo necesarios en las votaciones importantes, y ahí entra en juego la dialéctica del gobierno.
«Canteli puede ser un imitador de Gabino, pero esa zarzuela se convertiría en una ópera bufa»
-¿Es lo mismo Alfredo Canteli que Gabino de Lorenzo?
- No. Gabino es irrepetible. Canteli no tiene las características de Gabino ni ha vivido su historia. Es imposible repetir. Ya sé que Canteli adora a Gabino y a Mario Conde, pero no es Conde ni puede ser Gabino. Primero porque la historia de España ha cambiado radicalmente, aunque él no lo sepa. Puede ser un imitador, pero esa zarzuela se convertiría en una ópera bufa. Por eso cuando alguien con esa edad busca referentes de ese tipo significa que está perdido.
-¿Qué va a ser de Rivi a partir de ahora?
-Voy a hacer cosas tan primarias como dedicarme a cavilar. También a ver más a mi familia. Llevo 15 años sin ir, por ejemplo, al Reina Sofía, al Prado, quiero volver al museo de Dalí…Esas cosas. Quiero caminar, porque la utopía sirve para caminar.

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