La recuperación del conjunto de Olloniego comenzará con 250.000 euros para el puente
«El equipo de gobierno tiene que hacer suyo el proyecto y ejecutarlo», defiende el arquitecto responsable José Ramón Fernández Molina
Con la próxima aprobación en el Pleno municipal del plan especial de protección y conservación del conjunto histórico de Olloniego se pone punto y final a seis años de trabajos del arquitecto José Ramón Fernández Molina. Para verlo culminado, se necesitan otros seis y diez millones de euros de inversión en un espacio que considera único por su dimensión histórica y patrimonial, pero también a escala socioeconómica como revulsivo urbanístico para la parroquia de entrada a la capital del Principado desde su principal vía de conexión con la meseta.
Con el documento director a punto de ver la luz, una vez tuvo el visto bueno en la pasada comisión de Urbanismo, Fernández Molina afirma que «el equipo de gobierno tiene que hacerlo suyo para ejecutarlo». Si la tramitación ha sido compleja desde que se comenzara a redactar, su puesta en marcha, que el responsable defiende que «puede ser inmediata», necesita de suplementación presupuestaria.
El próximo miércoles está prevista una reunión en el Consistorio para abordar el desarrollo del plan con el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, y técnicos municipales. Si todo marcha bien, la primera de las líneas de actuación podría tener financiación en el presupuesto de 2021.
Cuesta sostuvo ayer que, dada la flexibilidad de las ocho fases de las que consta el plan, la dotación económica se discutirá por la «urgencia» de cada una de ellas. «La actuación urgente que nos planteamos es la del puente que podría tener presupuesto el próximo ejercicio. Ahora que tenemos el documento, atendiendo a las disponibilidades podemos ir definiendo actuaciones». La citada, según el desglose ofrecido en el plan, rondaría los 250.000 euros contando con los estudios previos, limpieza, arqueología, levantamientos planimétricos, la redacción y ejecución de las obras propiamente dichas.
Con esta alteración en las fases, la primera, que se eleva a 2,3 millones y que contempla la planificación y recuperación de la torre y el palacio y la puesta en marcha de un huerto ecológico, quedaría pospuesta. Para el citado conjunto monumental el plan define usos culturales y hosteleros en concesión.
Para más adelante quedaría la configuración del espacio como parque con vocación regional dado el tamaño y la ubicación con un presupuesto de 461.200 euros. La urbanización del conjunto, construcción de edificio de servicios múltiples, la ampliación de la zona deportiva, donde se integran el campo de fútbol y las piscinas, la apertura de una zona de balneario y la construcción de un edificio de gestión de estos servicios, serían fases ulteriores por un montante de 1,1 millones. También se planea abrir un nuevo vial desde la localidad y la construcción de un aparcamiento (2,5 millones).
Por último, se acometería la adecuación del perímetro y la reforma del cementerio y su capilla para integrarlo en el conjunto hasta llegar a los cerca de diez millones de euros.
Asimismo, Fernández Molina ve factible establecer una relación con el eje que forma el conjunto monumental de Olloniego con el castillo de Tudela, de origen prerrománico, dada su vinculación en la historia de la ciudad como bastión defensivo, primero, y aduana y control de viajeros y peregrinos después. El motivo de la existencia de este conjunto histórico, cuya importancia creció en la época medieval, no es otro que establecer el cobro por cruzar el río a través del puente. Funcionaba como una especie de aduana para quien llegaba al área central asturiana. La internacionalización de las rutas peregrinas le confieren aún más relevancia a esta construcción que inicialmente dependía del castillo de Tudela, luego del Obispado de Oviedo y, en tiempos de Felipe II, fue adquirido por la casa de Quirós.
De hecho, como puerta de entrada, Olloniego sigue funcionado actualmente por la antigua ruta del Padrún al atravesarlo el Camino de Santiago por su Ruta de la Plata y, pese a que la nueva autovía desvió el tráfico por los túneles, kilómetros arriba sigue existiendo peaje.
Revitalizar la zona minera
En su vertiente socioeconómica, el plan, defiende Fernández Molina en la memoria del documento, es la de dotar a la puerta de entrada a Oviedo de la importancia histórica que se merece y revitalizar la economía de la localidad. «Para Olloniego, el cierre de las minas de carbón supuso la decadencia de la villa, carente hoy día de los dos referentes principales que han marcado su pasado: el tránsito de personas y mercancías y la actividad minera».
El plan pretende hacerlo parada obligada de nuevo.
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