Las térmicas de Lada y Soto de la Barca quedan fuera del sistema sin presentar alternativas
Los sindicatos y los alcaldes de Tineo y Langreo critican que no haya planes concretos de futuro para las comarcas tras el cierre
Una gran parte de las térmicas del carbón en España tienen sus horas contadas en el sentido más literal de la frase. Hoy llega el límite establecido por la Unión Europea para aquellas cuyas compañías no realizaron las inversiones necesarias para rebajar sus emisiones. En el caso de Asturias son dos las centrales que se encuentran en esta tesitura, la de Soto de la Barca (Tineo) –propiedad de Naturgy–y la de Lada (Langreo) –de Iberdrola–. Sin embargo, ninguna de las dos compañías ha presentado proyectos concretos para reactivar las comarcas, como exige el Gobierno dentro de su planteamiento de transición justa. Sin estas dos térmicas, solo seguirán en funcionamiento las de Aboño y Soto de Ribera, propiedad de EdP, quien sí realizó las inversiones necesarias y, de hecho, a medio plazo, parece que serán las únicas que sigan en España.
Fuentes de Naturgy confirmaron a este periódico que hoy «deja de funcionar» la central de Tineo, aunque la compañía aún no tiene la autorización del Gobierno central para iniciar el cierre formal, solicitado en 2018. Desde la energética estiman que el desmantelamiento tendrá una duración de entre 3 y 5 años, y para ello necesitarán a solo una decena de trabajadores. Actualmente, la plantilla cuenta con entre 30 y 40 empleados, que están siendo recolocados en otras áreas y algunos se han jubilado.
Por su parte, la térmica de Lada cerrará «cuando el Ministerio de Transición Ecológica se lo notifique», según Iberdrola. Fue a finales de 2017 cuando la eléctrica solicitó la autorización de cierre de sus últimas térmicas, la de Lada y la de Velilla, en Palencia. Así, durante el año, la central asturiana ha funcionado «unas semanas», únicamente con el fin de realizar una gestión eficiente del 'stock' de carbón que mantenía en las instalaciones. De este modo, la central mantiene cierta cantidad de seguridad, pero «no se prevé que se ponga en funcionamiento». Fuentes del Ministerio de Transición Ecológica explicaron a este periódico que estas centrales no inyectarán ya electricidad a la red.
Así, aunque desde un punto de vista operativo dejen de aportar luz, técnicamente no serán clausuradas hasta que el Gobierno de luz verde a los procesos administrativos que están en vigor. Solo en ese momento las eléctricas comenzarían los trabajos de desmantelamiento.
Al cierre de hoy de la térmica de Soto de la Barca se suman otras seis centrales: Compostilla II (en León) y Andorra (en Teruel), ambas propiedad de Endesa; La Robla (León) y Meirama (La Coruña), ambas de Naturgy; Puente Nuevo (Córdoba), de Viesgo; y Velilla (Palencia), de Iberdrola. De las otras siete, solo parecen tener cierto futuro las dos asturianas de EdP, con planes en el caso de la de Aboño para transformar el grupo 1 para reutilizar los gases de Arcelor, y en Soto de Ribera con un grupo de carbón y dos ciclos combinados.
La preocupación, tanto en Tineo como en Langreo, va más allá del cese de actividad de las térmicas. La inquietud viene dada, ahora que llega el momento, por la falta de planes claros y concretos de futuro para estas comarcas.
José Ramón Feito, alcalde de Tineo, reconoce que esto afecta a todo el occidente asturiano, no solo a su municipio. «Desde el Ayuntamiento pedimos que se compensen esos puestos con otras actividades alternativas», indica. Existen posibilidades, algunas de las cuales implicarían no tener que desmantelar toda la térmica, pero todo está en la Dirección General de Minería. «Hay interés pero se necesitarían ayudas», apunta.
Más negativa es María Luisa Valdés, portavoz de la plataforma contra el cierre de Soto de la Barca, que advierte de que «es la muerte del municipio». «A día de hoy nadie ha querido hacer nada por la comarca», lamenta.
Por su parte, la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, recuerda que mantuvo hace tiempo una reunión con Iberdrola, en la que la empresa le trasladó su intención de cerrar, «pero nada más». «Nosotros les pedimos compromiso con Langreo y con el territorio, porque entendemos que debe ser así», indica.
Más críticos se muestran los sindicatos. Damián Manzano, secretario general de Industria de CC OO señaló que «ahora mismo» ni Naturgy ni Iberdrola «tienen proyectos» ni el Gobierno «está consiguiendo que los pongan encima de la mesa». El secretario general del SOMA Fitag-UGT, José Luis Alperi, reclama a Iberdrola que de los 8.000 millones que tiene previsto invertir en España, una parte vaya a las instalaciones de Langreo. «Tendrá que explicar muy bien que no va a poner un euro de inversión en Lada. No se puede permitir», afirmó.
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