sábado, 4 de diciembre de 2021
De casta le viene al Galgo...
Amalio Telenti, investigador: «Este virus ya no se va a marchar e infectará a toda persona sin vacunar»
CARMEN LIEDO
REDACCION
ASTURIAS
El experto en Genómica Amalio TelentiEl experto en Genómica Amalio Telenti
Amalio Telenti, experto en Genómica y profesor adjunto en el Scripps Research Instituto de San Diego, advierte de que «es una posibilidad real que necesitemos una vacuna anual contra la Covid como para la gripe»
04 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.
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Amalio Telenti (Oviedo, 1959) estudió medicina en Oviedo y realizó su formación como especialista en enfermedades infecciosas en la Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota (Estados Unidos). Entre 1991 y 2014, desarrolla su carrera científica en Suiza con descubrimientos notables en la tuberculosis y el SIDA. Desde 2014, dirige su actividad a la industria, primero como jefe científico al lado de Craig Venter (Premio Príncipe de Asturias 2001) en una empresa pionera en la secuenciación masiva de genomas, y en los últimos 3 años, como jefe de ciencias de datos en la compañía farmacéutica Vir. En esta última compañía, Amalio Telenti detenta la patente del agente sotrovimab, uno de los anticuerpos monoclonales en uso en el mundo para tratar el Covid-19. Su carrera está distinguida por múltiples premios, los más significativos incluyen el prestigioso Premio Cloetta de investigación biomédica de Suiza, la nominación a la Academia de ciencias biomédicas de Suiza y a la Real Academia de Medicina y Cirugía del Principado de Asturias. Recientemente, ha sido incluido en la lista mundial Clarivate, que recopila a los científicos más citados e influyentes de los últimos 10 años. Como conocedor de la genética del virus que ocasiona la infección de la Covid-19, el mismo Amalio Telenti advierte que es un virus que «se adapta a la población humana» y que «tarde o temprano infectará a toda persona que esté sin vacunar» porque «es un virus que ya no se va a marchar». Tal es así, que en la entrevista concedida a La Voz de Asturias apunta a la «posibilidad real» de que se necesite una vacuna anual para hacer frente a este coronavirus, como ya sucede con la gripe.
-En los primeros meses de 2020 se desata la pandemia de la Covid-19. ¿Qué se les pasa por la cabeza a los expertos e investigadores que como usted se dedican a la Genómica?
-El día 4 de enero de 2020 intercambiamos correos de preocupación sobre las noticias de un nuevo virus en China. Nos pusimos en marcha y ya en febrero de 2020 teníamos indicios de haber generado un anticuerpo monoclonal, un tipo de medicina que hoy está en uso en el mundo para prevenir la enfermedad más severa.
-¿Cómo afrontó profesionalmente aquellas primeras semanas de expansión del SARS-CoV-2? ¿Sintió que tenía que hacer algo para dar solución a una enfermedad que se propagaba por todo el mundo?
-Hablé con mis hermanos y les exprese mi preocupación, aunque la pandemia era todavía un concepto lejano en España. Les tuve que pedir que enviaran mascarilla a Estados Unidos. Lo que más me sorprendió fue que la rapidez de expansión del virus era superior a lo que habíamos visto en epidemias previas como el primer SARS en 2002 y la gripe del cerdo de 2009.
-¿Cuál ha sido la información más importante que se ha obtenido hasta ahora la secuenciación del coronavirus SARS-CoV-2? -¿Hasta que punto ha sido la genómica clave en la batalla contra la pandemia de la Covid-19?
-Lo más notable es la coordinación internacional para establecer una base de datos de secuencias de casi 5 millones de virus SARS-CoV-2. Esta base de datos está en el centro de muchas decisiones de salud pública y del desarrollo de vacunas.
«Es difícil conseguir una vacuna profiláctica, el virus debe encontrar los anticuerpos generados por la vacuna»
-El virus no afecta a todas las personas por igual. Mientras que unas pasan la enfermedad totalmente asintomáticas, otras la padecen con tanta gravedad que fallecen. ¿En qué medida influye la genética en que así sea?
-Se conocen hoy las bases genéticas de la enfermedad severa en unos 10% de pacientes graves. En general, estas personas carecen de una serie de proteínas que detectan y responden a la invasión viral.
-Una de las cuestiones más discutidas sobre el coronavirus SARS-CoV-2 es su origen y aunque las primeras investigaciones apuntaban a un posible origen animal también surgieron teorías de que había sido creado en un laboratorio. Desde el punto de vista de la genómica, ¿se puede clarificar a ciencia cierta cómo surgió?
-La genética ha determinado que el primer virus del Covid-19 apareció hacia noviembre de 2019. Es un virus con similaridad con virus naturales que infectan murciélagos en el sur de China. La ciencia nos ha llevado hasta este punto.
-En un año y medio el virus ha ido mutando y han surgido variantes. ¿Complica eso su estudio y que se pueda dar una solución definitiva?
-Una pandemia es un experimento de evolución viral masivo. Y las consecuencias son visibles: la propagación de la variante delta, y hoy, la alerta de la variante hipermutada omicron. Son virus que se adaptan a la población humana, y que aún no han alcanzado el status-quo. Lo que queda por delante es: vacunas y refuerzos de estas, una serie de tratamientos eficaces, y, desafortunadamente, la evidencia de que el virus infectara tarde o temprano a toda persona sin vacunar. En julio escribí en la revista Nature las perspectivas para un virus que ya no se va a marchar.
«La rapidez de expansión de este virus ha sido superior a lo que habíamos visto en epidemias previas»
-¿Cómo de determinantes han sido los estudios de genómica en la consecución de las vacunas?
-Esenciales. Las vacunas son un resultado inmediato de la secuenciación del virus en enero de 2020.
-Las vacunas actuales protegen de la severidad de la enfermedad pero no del contagio. Con un mayor conocimiento de la genética del virus, ¿se podría conseguir una vacuna que realmente sea profiláctica?
-Difícil, el virus debe encontrar los anticuerpos generados por la vacuna. Este proceso no es siempre eficaz en las mucosas (ejemplo, nariz, garganta, árbol respiratorio). En cierto modo, los anticuerpos («soldados») tienden a quedarse dentro del cuerpo («la fortaleza») y no siempre se aventuran fuera aún cuando protegen tal fortaleza.
-En muchos países se está aplicando ya una tercera dosis de la vacuna a parte de la población tras comprobarse que con el paso del tiempo pierde eficacia. ¿Va a ser la Covid un virus estacional y, por tanto, habrá que poner a la población una vacuna cada cierto tiempo para contener la transmisión y la virulencia?
-Es una posibilidad real que necesitemos una vacuna anual como para la gripe.
«Las personas con Covid grave carecen de una serie de proteínas que detectan y responden a la invasión viral»
-La investigación de esta enfermedad y de una vacuna fue contrarreloj. ¿Por qué no se hace lo mismo ante otras enfermedades graves?
-Requiere una atención sin descanso de los poderes políticos, académicos e industriales y una inversión masiva. Solo en vacunas y terapias los gobiernos han gastado cerca de 100.000 millones, aunque es aún menos de lo que el mundo ha gastado en cáncer en 2020. Hay pocas situaciones que generen tal dinámica. Pero es una prueba de lo que el ser humano puede conseguir cuando pone toda su capacidad para solucionar un problema.
-Para concluir, ¿debemos estar prevenidos a partir de ahora de que otros virus como este nos pueden afectar?
-Desde que acabé la carrera en Oviedo, he visto llegar el sida, la identificación del virus de la hepatitis C, el SARS, el MERS, la gripe aviar, la gripe porcina, la amenaza del ébola, y muchos otros virus que han permanecido bajo el radar de la atención pública. Quizás esta vez, los estados reconocerán en sus presupuestos la necesidad de inversión a título de seguridad nacional, como la inversión en el ejército.
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