miércoles, 12 de junio de 2024
Esta saliónos GALLEGA in véritas....
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
© AFP
«No me voy, me quedo». Con estas palabras Yolanda Díaz zanjó la interpretación unánime de que su dimisión como coordinadora general de Sumar ponía fin a su etapa en el partido para dedicarse tan sólo a su tarea al frente de la Vicepresidencia Segunda y el Ministerio de Trabajo. No habrá sucesión en Sumar, pues no hay nada que suceder. Ella se mantendrá como líder política del espacio, continuará coordinando al socio minoritario en el Gobierno de coalición, será la interlocutora ante Pedro Sánchez y, además, diversas fuentes la sitúan aún como la candidata más probable para cuando haya elecciones.
En resumidas cuentas. Que poco o nada cambia en Sumar más allá de que a partir de este jueves la dirección nacional establecerá un «reparto de tareas» a la interna para que otra u otras personas asuman las labores más estrictamente orgánicas y centradas en la construcción del nuevo partido. Díaz se libera de esa carga, aunque de facto ya la asumían dirigentes más vinculados al aparato y a las negociaciones.
El giro de los acontecimientos reduce a la nada la dimisión de Díaz después del varapalo de las elecciones europeas, aunque fuera presentada por ella misma como una asunción de responsabilidades en primera persona. El asunto es que mantendrá el control político de Sumar y que seguirá ejerciendo de ese modo como referencia para el espacio y los votantes. «Yolanda Díaz es nuestro mayor activo político y electoral, yo creo que con eso se lo estoy diciendo todo», dijo ayer el portavoz, Íñigo Errejón.
Esta continuidad no borra los problemas evidentes de liderazgo que han surgido en Sumar después de encadenar hasta cuatro varapalos electorales consecutivos en apenas cinco meses y la prueba más evidente es la rebelión de los partidos más importantes que forman parte del espacio y que han dado por «superado» el proyecto en el que Sumar lideraba y controlaba todo. Ese melón se va a abrir y en función de la resistencia que ponga Sumar podrá generar más o menos confrontación, pero los socios han visto claro que los resultados electorales han reforzado su posición y han debilitado completamente la idea de un partido «aglutinador» que los dirija.
Este jueves Sumar tiene una cita muy relevante. Se reúne el Grupo de Coordinación -su máxima dirección entre congresos- con las 80 personas que forman parte de él. Ahí afrontarán un primer análisis de la situación y concretarán en qué va a consistir ese periodo de «reflexión» para repensar el proyecto. Fuentes de la dirección apuntan que es posible que salga una hoja de ruta sobre la que trabajar y que no necesariamente tiene por qué elegirse un coordinador general -el puesto vacante dejado por Díaz-. De hecho, se pueden buscar «fórmulas creativas» para salir de la crisis. Una opción que se plantea es idear un modelo como el PNV, en la que haya un líder político fuerte -en este caso Díaz- y que otro haga de coordinador de las estructuras.
Sobre la dimisión, Díaz llamó a Sánchez antes de comparecer el lunes. Mantuvieron una breve conversación. En La Moncloa siguen considerando que es, al menos de momento, su interlocutora. Eso sí, fuentes del Gobierno recuerdan que su pacto contempla una Vicepresidencia para Sumar y que es esta formación quien decide la persona que la ocupa. «Ahora está claro quién es la interlocutora, pero si deciden otra cosa lo respetaremos. Eso no afectará a la coalición». Lo que si trasladan desde el complejo presidencial es su propósito de que la situación en Sumar no altere la hoja de ruta de Sánchez.
Nuevo modelo de relación
Aparcando a un lado la no dimisión de Yolanda Díaz como líder política, la gran consecuencia del resultado de las elecciones europeas para Sumar está en el futuro del espacio. Los principales socios de la alianza entierran el proyecto de Sumar como un partido «aglutinador» de todos ellos y decretan que hay que crear un nuevo modelo de relación entre las fuerzas políticas que sea «más horizontal», democrático y en el que la vicepresidenta segunda y Sumar sean «uno más». En definitiva, regresar al origen de todo: una coalición con fines electorales y sin la pretensión de desarrollarse después como una organización propia. Estaríamos, pues, ante una etapa distinta o, tal y como definió el lunes IU, en un momento «post Sumar».
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IU y Más Madrid, dos de los socios más importantes que se han involucrado en la construcción de Sumar, establecen «un antes y un después» y el punto y final de que un solo partido lidere y monopolice los movimientos de la izquierda alternativa al PSOE. Tal es así que ambos detienen cualquier participación interna en los órganos del partido Sumar. Fuentes de ambas fuerzas aseguran que renuncian a designar la cuota de dirigentes a la que tienen derecho en el Grupo de Coordinación de Sumar. Díaz había reservado a los partidos políticos un 30% de ese órgano. El restante 70% se eligió en unas primarias que acabaron el 23 de marzo.
El coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, entierra ese modelo «como espacio aglutinador» de todos y apela a abrir una «nueva fase» en la que el «protagonismo» lo tengan ahora «las formaciones que integran la coalición». De igual modo, la Equipo Coordinador de Más Madrid sentencia que la apuesta por «un rumbo sin las organizaciones políticas se ha demostrado fallida» y que «es tiempo de dejar atrás las hipótesis que no funcionan y, con humildad y responsabilidad, comenzar una nueva etapa».
¿Eso qué significa? Que los dos proponen transitar hacia un frente amplio de partidos en el que se genere un espacio de consenso y acuerdo sin hiperliderazgos y sin que uno mande sobre los demás. En el que se tenga muy en cuenta el «arraigo territorial» de las fuerzas involucradas.
Para IU y Más Madrid, Díaz habría perdido la legitimidad para imponer unas dinámicas. Pues el partido Sumar habría quedado «superado». «Empieza una nueva etapa sin duda», subrayó Maíllo en la Ser. «Ella [Díaz] ha sido la inspiradora de ese proyecto y ahora quizás el protagonismo lo vamos a tener las formaciones que integramos esa coalición. Hasta ahora no pasaba», dijo. Admitió que la «personalidad» de Díaz había «condicionado» el desarrollo del proyecto de Sumar y que, a su juicio, había cosas que eran «mejorables» como «la necesidad de crear un espacio mucho más horizontal y de igualdad» entre los partidos políticos.
Por su parte, Más Madrid llama ya a convocar una «Mesa de la Coalición» para que los movimientos y las organizaciones políticas se sienten «a debatir y definir desde la autonomía y la horizontalidad el sentido y rumbo». El partido liderado por la ministra Mónica García subraya la importancia de tener en cuenta el «arraigo territorial» para ese futuro. Un asunto que, a su juicio, no se respetaba y que llevó a choques recientes por el afán de Díaz de querer implantar Sumar en todas las comunidades salvo Cataluña.
Compromís, que se relaciona con Sumar de manera bilateral y no participa dentro, mantiene su discurso: colaborará electoralmente con lo que haya pero que nadie se meta en su área de influencia
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