domingo, 16 de junio de 2024

Será durante un tiempo la canción de moda....

Y ahora... Catalunya nos roba Historia de Lola García • 5 h • 4 minutos de lectura Un acuerdo sobre financiación autonómica. Ése es el meollo que puede desbloquear la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat o hacerla descarrilar y llevar Catalunya a una repetición electoral. ERC quiere una financiación “singular”, aunque no se sabe muy bien ahora mismo qué es lo que eso significa, más allá de disponer de la facultad para recaudar la mayor cuantía posible de impuestos desde el Govern de la Generalitat. La política catalana vuelve así al punto desde el que partió rumbo al procés hace más de una década, cuando se escuchó por primera vez en el Parlament, allá por 2011, la expresión “España nos roba” por parte de algún dirigente independentista. De ahí se pasó rápidamente al “expolio fiscal” para subrayar la diferencia entre la cantidad que el Estado ingresa por los impuestos recaudados en Catalunya y lo que reciben los ciudadanos de esta comunidad en forma de servicios públicos. Pese a las discrepancias de criterio por parte de los expertos al calcular esa diferencia (la Generalitat habla de 16.000 millones que se van y no retornan), todos los especialistas coinciden en que Catalunya aporta más de lo que recibe, una premisa lógica teniendo en cuenta que es una comunidad que genera riqueza y que, como en todos los países de nuestro entorno, aporta a la solidaridad estatal. Sin embargo, en Catalunya se ha enquistado el sentimiento de agravio, ahondado por el hecho de que la población no ha dejado de aumentar: de aquellos anuncios de la época de Jordi Pujol que pregonaban “Som sis milions” a los ocho millones de ahora. Catalunya es la tercera comunidad en el ranking de aportaciones –según datos de la Generalitat– y la decimo primera en recibir. Castilla-La Mancha ocupa el puesto catorce en ambos casos, es decir, lo que aportan sus ciudadanos en impuestos es lo que ingresan en servicios. ¿Por qué cito Castilla-La Mancha? Por la respuesta de su presidente, Emiliano García-Page, del PSOE, ha dado a la afirmación de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de que se trabajará por una financiación singular para Catalunya. “Solo faltaría que encima toda la fiesta independentista la terminemos pagando entre todos”, espetó Page, a pesar de ser conocedor de que su comunidad no es precisamente de las que aporta a la solidaridad interterritorial. TOLEDO, 30/05/2024.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, asiste este jueves al festejo taurino del Corpus celebrado en la Plaza de Toros de Toledo, con toros de Juan Pedro Domecq para los diestros Morante de la Puebla, Roca Rey y Tomás Rulfo. EFE/ Ismael Herrero TOLEDO, 30/05/2024.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, asiste este jueves al festejo taurino del Corpus celebrado en la Plaza de Toros de Toledo, con toros de Juan Pedro Domecq para los diestros Morante de la Puebla, Roca Rey y Tomás Rulfo. EFE/ Ismael Herrero © Ismael Herrero / EFE El presidente de Castilla-La Mancha ya ha advertido es un “precio” muy alto por “un puesto” En todos los países con fuertes identidades territoriales se discute sobre todo esto, por ejemplo en Alemania. Pero quizá no con las dosis de demagogia que se emplean aquí. Lo de Page forma parte de las servidumbres electorales. El líder castellanomanchego tiene las suyas y ha acostumbrado a sus votantes a responder a este tipo de mensajes. Los independentistas y Pedro Sánchez tienen otras. ERC necesita un logro para convencer a sus militantes de que voten a favor de la investidura de Salvador Illa, evitar así elecciones y pasar a la oposición con ciertas opciones de mantenerse vivos en su competición eterna con Junts. Los republicanos abominan de la una negociación de tú a tú con el PSC y prefieren hacerlo con el PSOE. Además, todo aquello que acuerden, tendrá que escenificarse como un logro propio y no de los socialistas. Es decir, si Catalunya mejora su financiación, ERC quiere que Sánchez deje claro que ellos lo han conseguido y no Illa. Así que Sánchez se ha puesto manos a la obra para conseguirlo y, en la entrevista que hoy publica La Vanguardia, no solo admite que se puede acordar una financiación singular para Catalunya, sino que no escatima elogios hacia ERC hasta el punto de afirmar que “el futuro de Catalunya y en buena parte de España dependerá de la relación estratégica entre los socialistas y Esquerra”. ¿Qué quiere decir el presidente con esa afirmación? Sánchez está tratando de convencer a los republicanos de que, en un mundo en el que las mayorías absolutas ya no existen, ERC y los socialistas son aliados naturales. Intenta transmitir a los republicanos que su relación con Junts siempre será subalterna, es decir, los postconvergentes apelarán a la unidad independentista cuando necesiten el apoyo de Esquerra, pero no actuarán de manera recíproca si son los de ERC quienes precisan de los votos de Junts. Sánchez trata de convencer a ERC de que Junts nunca les volverá a dar la presidencia Lo cierto es que, consciente de que el resultado electoral sería insuficiente por bueno que fuera, Illa había tendido la mano durante los últimos dos años tanto a Esquerra como a Junts, pero ha acabado por tirar la toalla con estos últimos. Y, aunque Sánchez intentará arrancar el apoyo de Carles Puigdemont a los presupuestos en otoño, es consciente de que esa alianza tendrá poco recorrido. Sánchez cree que ERC puede adquirir el papel que en su día tuvo CiU en Madrid si se alinea a la izquierda, ya que la sociedad catalana, expresada en las últimas elecciones, evidencia poca simpatía hacia un gobierno del PP con Vox. La tesis del presidente del gobierno es que el PSC y ERC están condenados a entenderse durante bastante tiempo. Lo ven así una parte de los dirigentes de Esquerra, pero no otros. De momento, la negociación para la investidura de Illa pasará por el ministerio de Hacienda y provocará mucho ruido político. Por parte del PP, que olvida que la llegada de José María Aznar a la Moncloa estuvo precedida de una negociación semejante, pero también de algunos como Page, que advertía que la financiación singular sería “un precio demasiado caro por mantener un puesto”. Sánchez cree que puede asumir ese desgaste, puesto que no piensa adelantar las elecciones. De hecho, cuanto más grite la oposición el “Catalunya nos roba”, más fácil lo tendrá ERC para convencer a los suyos. La política es correlación de fuerzas... aderezada con algunas miserias.

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