Crece el número de osos en la Cornisa Cantábrica.
BIODIVERSIDAD | Último censo
Aumenta la población de oso pardo en el Cantábrico
M. Tristán | Madrid
El último censo de la población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica tiene datos esperanzadores para la zona occidental. Un total de 19 osas pardas ha logrado crían a 37 cachorros de esta especie durante el pasado año, según refleja el censo que realizan, conjuntamente, los gobiernos autonómicos de Asturias, Cantabria y Castilla y León y la Fundación Oso Pardo.
Los datos ponen de manifiesto que sigue aumentando el número de crias que salen adelante desde que se han una tendencia al alza en el número de reproducciones de estos ejemplares desde mediados de los 90, según informa Efe.
El director general de Medio Natural de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, reconoce que la situación entre las provincia de Palencia y la Comunidad cántabra, es "más preocupante".
Precisamente en esta área se están ampliando algunas pistas causando un gran destrozo medioambiental. Es el caso de la senda que se ha ampliado entre el municipio de Lamedo (Cantabria) y el Valle de Poblaciones, ahora una pista de varios metros de ancho por la que pueden subir vehículos a gran velocidad, una situación que afecta gravemente a la fauna salvaje de esta área, en la que habita también el oso pardo.
Durante al año 2008, los expertos confirmaron que habían sido criados 34 oseznos en la zona occidental por 17 osas. En la oriental, por contra, sólo dos osas lograron sacar adelante a tres crías.
El promedio de crías por hembra en el occidente ha pasado de 1,8 en el periodo 1989-2004 a ¡dos entre 2005 y 2008, mientras que en la región oriental sigue practicamente igual. Esta presentación conjunta se realizó por vez primera en Asturias en 2008 y el año próximo tendrá lugar en Cantabria, aunque la colaboración entre estas administraciones se desarrolla desde 1989.
Las autoridades que han presentado el informe destacaron la concienciación de la importancia del oso pardo que está extendiendose en los municipios de las zonas montañosas, aunque reconocieron que aún queda mucho por hacer, sobre todo para eliminar las trampas de acero que se ponen para cazar jabalíes, pero que acaban por afectar también a los osos.
Los representantes de los ejecutivos regionales señalaron que para realizar este seguimiento es necesaria la coordinación entre las administraciones dado que los animales "no entienden de límites jurisdiccionales".
Uno de los objetivos perseguidos es conseguir la conexión de los miembros de las poblaciones occidental y oriental, algo que se ha producido con ejemplares machos jóvenes, pero que es más difícil con las hembras por su actitud "más sedentaria".
Guillermo Palormero, presidente de la Fundación Oso Pardo, reconoce que "sería necesario que hubiera un mayor trasvase genético entre ambas zonas, lo que se facilitaría haciendo más permeables las infraestructuras".
También sería fundamental que en las zonas orientales se respetara su entorno, evitando nuevas vías para vehículos que se están realizando en zonas protegidas, como ha podido saber elmundo.es
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