I+D+I en estado puro.
Escalada asturiana para el mundo
Top30 se ha convertido en referente en el mundo de la escalada. Sus rocódromos están desde China hasta Arabia Saudí, pasando por el Polo Norte.
Del rocódromo a los aviones
Guillermo López Pastor - 24/07/2009
Hacer de una afición un medio de vida es para muchos un sueño a veces difícil de conseguir. Pero, si además esa afición se convierte con el paso de los años en un grupo empresarial que da trabajo a cerca de 150 personas, la cosa se convierte en algo mucho más serio. Eso es precisamente lo que les pasó a los fundadores de Top30, una empresa asturiana con sede en Avilés dedicada a la fabricación y montaje de rocódromos y paredes artificiales para la escalada.
Los inicios de esta empresa se remontan a 1992, cuando tres amigos aficionados a la escalada buscaron una solución para poder entrenar en invierno. Se fijaron en algunas ideas ya existentes en otros países, como Francia, donde ya se estaba haciendo algo parecido, y decidieron fabricar su propio rocódromo en un polideportivo de Avilés.
"Diseñamos todo de forma artesanal, con nuestras propias manos y mucha ilusión, y la cosa gustó", recuerda Alberto Marcos, uno de los fundadores de Top30 y actualmente consejero delegado de la empresa asturiana. "Otros ayuntamientos vecinos vieron el trabajo y pensaron que sería interesante instalar algo parecido en sus polideportivos. El aluvión de peticiones nos dio la idea de crear una empresa y ganarnos la vida con esto", asegura Marcos.
Pero con lo que no pensaron estos deportistas entonces fue con que el interés se extendiera por Asturias primero, por España después y por Europa y el resto del mundo ahora. "Siempre decimos que nuestra intención no era crear una empresa, sino que nos la encontramos de repente", explica Alberto Marcos.
Hoy, Top30 es un grupo empresarial compuesto por cinco compañías que se dedican a la fabricación e instalación de rocódromos (Top30, SL), la gestión de centros deportivos especializados en la escalada (Salas de Escalada, SL), la distribución de sus productos en el norte de Europa (Top30 Norte AS), la organización de eventos y marketing promocional (Outdoorxtrm, SL) y la fabricación de piezas de poliéster para uso industrial (Fercomposites, SL).
El grupo facturó ocho millones de euros en 2008, lo que supuso un crecimiento anual del 25%. Para llegar a estos números sus responsables reconocen que el secreto ha sido trabajar duro. "Quizá uno de los momentos clave en nuestra corta historia se encuentra en el año 2004, cuando Banesto se pone en contacto con nosotros para informarnos de la creación de un fondo de capital riesgo", recuerda uno de los fundadores del grupo. La intención de la entidad financiera, junto con Enisa y Sepides, era comenzar a trabajar con empresas que tuvieran una clara voluntad innovadora, que estuvieran en expansión y Top30 encajaba a la perfección. "Supuso un auténtico cambio de ritmo en la compañía. Podemos decir que profesionalizamos la empresa en un fin de semana", puntúa Alberto Marcos.
Desde ese momento, la empresa ha ido a más. Top30 ha instalado rocódromos en Dubai, Arabia Saudí, China e incluso en una isla cercana al Polo Norte. Actualmente, está trabajando en Jordania en el que será el rocódromo más grande de Oriente Próximo y uno de los más grandes del mundo, con una superficie de pared escalable de 1.600 metros cuadrados.
"Desde el principio tuvimos claro que no queríamos ponernos fronteras. Creemos que si piensas en grande nunca te quedarás corto, de ahí que nuestro mercado sea internacional", asegura el consejero delegado de la empresa asturiana. Un dato significativo de esta filosofía internacional del grupo empresarial es el hecho de que toda su información está en inglés, tanto su web como toda la información que manejan sus empleados en la intranet. "Aquí todos hablamos castellano, pero queremos que nuestra información no tenga fronteras", señala Marcos.
Y parece cierto lo que aseguran los responsables de Top30, ya que aproximadamente el 50% de las facturación de la empresa procede del mercado exterior. El hecho de que la empresa de Avilés opere en tantos países es también una ayuda en estos difíciles tiempos económicos. "Atravesamos un momento de incertidumbre económica, eso es cierto, pero también es verdad que, cuando tu empresa no tiene fronteras, tu planteamiento es distinto. La situación económica no es la misma en todos los países. Este año, por ejemplo, vamos a entregar el rocódromo más caro de los que hemos fabricado hasta la fecha, en plena crisis económica", asegura Marcos.
No obstante, los responsables de Top30 reconocen que las previsiones para este año son más conservadoras tras el crecimiento del 25% en 2008. Ahora los esfuerzos se centran en la innovación y en rentabilizar y optimizar sistemas y procesos. "Momentos como el actual son buenos para reflexionar y mejorar procesos internos", opina el ejecutivo.
Apuesta por la I+D
Desde sus inicios, los fundadores de Top30 decidieron fabricar ellos mismo todos los elementos de sus rocódromos. La que era una labor meramente artesanal ha dado paso hoy a un departamento de I+D en el que se destina el 4% de la facturación anual. "Absolutamente todo se diseña y fabrica en nuestras instalaciones de Avilés, donde contamos con una planta de producción de 3.000 metros cuadrados", explica Marcos.
Hoy, las nuevas tecnologías y el 3D permiten mejorar y ahorrar muchos procesos a la hora de crear una pared artificial. De hecho, con el ordenador se obtienen datos técnicos esenciales que se volcarán directamente a la maquinaria de producción.
Sin embargo, hay un hecho que llama poderosamente la atención en la forma de trabajar de Top30. Una firma pionera y referente en este pequeño sector deportivo debería gozar de un buen número de patentes e ideas registradas para proteger su desarrollo, pero no es así.
"Al principio nos obsesionamos con la idea de proteger y patentar todas las ideas que salían de nuestra fábrica. Pero, en un sector como el nuestro, no merece la pena. Hablamos de escalada, no de automoción", explica el consejero delegado de Top30, quien reconoce que la mejor manera de protegerse ante la competencia es ir siempre por delante.
"Nuestra filosofía es ir creando siempre cosas nuevas y mejores. No nos importa que una empresa china nos copie una pieza. Para cuando eso suceda nosotros ya tendremos una mejor", asegura el directivo de Top30, quien reconoce que no es rentable gastar dinero y esfuerzos en un departamento de patentes para un sector como el suyo.
Del rocódromo a los aviones
Si algo caracteriza a Top30 y a sus responsables es que nunca dicen que no a un buen proyecto, siempre y cuando puedan darle respuesta de forma profesional y seria. Esta filosofía llevó a la empresa de rocódromos a trabajar en 2006 en parte del proyecto aeronáutico europeo Airbus 380.
La tarea de la empresa consistía en fabricar a escala real una parte del avión para los ensayos con las pasarelas de embarque de los distintos aeropuertos del mundo. Los responsables del proyecto aeronáutico precisaban realizar ensayos reales sin la necesidad de trasladar el gigante aéreo a los distintos países. Una maqueta a escala 1:1 en fibra de vidrio se convirtió en la opción ideal.
La propuesta llegó a través de la multinacional alemana Thyssen. "El proyecto Airbus 380 supuso un reto para toda la estructura de Top30, ya que los márgenes de error y maniobra eran muy pequeños", dice Alberto Marcos. Actualmente, una de estas maquetas sigue estando operativa en el aeropuerto internacional de Dubai.
No hay comentarios:
Publicar un comentario