Tomen buena nota, hasta el gran Sarko mete la pata.
El deporte extra a partir de los 40 es malo para la salud
La lipotimia de Sarkozy ha reavivado la polémica. Los médicos piden prudencia a los hombres de mediana edad.
Patricia Rubio / Marta Matute - Madrid - 29/07/2009
El hiperpresidente se desmayó el domingo y sonaron las alarmas. Ruido de sirenas, traslado urgente al hospital militar Val-de Grace, movilización general en el servicio de cardiología y foto triunfal un día después, con Carla Bruni a su lado, sonriendo como siempre. Sakorzy está fresco como una lechuga, dijeron los médicos. El hiperpresidente, de 54 años, deportista amateur, sólo había cometido un error de principiante: correr con una carga de estrés adicional y 30 grados de temperatura a las espaldas. Una verdadera imprudencia, a buen seguro que pensó José María Aznar, que ayer mismo mostró al mundo un físico "bestial", en palabras de la prensa italiana. Y es verdad, la lipotimia podía haberse convertido en tragedia.
"En condiciones extremas no es descartable que se desencadene una angina de pecho. A partir de cierta edad todos tenemos pequeñas lesiones en las arterias coronarias, que no se delatan en condiciones normales, pero que en momentos de sobreesfuerzo pueden ser mortales", advierte la cardióloga Nieves Tarín, miembro de la Sociedad Española del Corazón.
Los médicos recomiendan practicar ejercicio físico a cualquier edad. "El deporte es salud", es su frase. Pero esta sentencia tiene un matiz muy importante: la actividad física debe hacerse de manera controlada si queremos evitar sustos. Como el que se llevó el presidente francés, Nicolás Sarkozy, al sufrir un desfallecimiento mientras corría. "El mejor termómetro de una actividad cardiosaludable es la conversación, cualquier esfuerzo que impida mantener un diálogo con el compañero es muy poco recomendable", dice Tarín. "Hacer deporte supone una recarga mental, mejora la autoestima, reduce el estrés y ayuda a conciliar el sueño", asegura César Flores, especialista en medicina deportiva de la Clínica Cemtro. Sin embargo, los beneficios pueden transformarse en desventajas cuando la actividad se practica con una intensidad desmesurada. "A nivel cardiaco existe riesgo de muerte súbita o infarto de miocardio", señala este médico. Y luego están las lesiones articulares.
Los pilares de la salud
"Para los menos avezados lo recomendable es caminar, nadar, montar en bicicleta y bailar. Un individuo entrenado puede correr o jugar al paddle, pero siempre tras un periodo de calentamiento, y por supuesto a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde", anuncia Tarín. El traumatólogo César Flores insiste en este punto: "son mucho más beneficiosos los deportes aeróbicos que los anaeróbicos, como la musculación, que elevan el riesgo de tensión arterial".
Los pilares de la salud son la alimentación, el ejercicio y el descanso y los tres son igual de importantes", enumera Fátima Gómez, entrenadora personal del gimnasio Reebok Sports Club. Esta profesional aconseja un programa con tres días de ejercicio intenso "y nunca seguidos" a los individuos que acrediten un historial de práctica deportiva. "Los menos preparados se tienen que conformar con una jornada de alta intensidad, un día de descanso y cuatro o cinco días de paseo, carrera ligera o natación".
Para evitar sustos
Los expertos recomiendan someterse a controles médicos para conocer las condiciones físicas. Una fórmula muy sencilla para saber a que frecuencia cardiaca debemos trabajar es restar a 220 la edad del deportista, "una persona de 40 años, por ejemplo, no debería pasar de 180 pulsaciones por minuto", señala César Flores.
Plan de entrenamiento personal
Antes de hacer deporte es conveniente realizar una prueba de capacidad para valorar la función cardiocirculatoria. "Sometemos el corazón a un esfuerzo y vemos si está preparado o no para hacer deporte", afirma César Flores. Otra prueba interesante es el ecocardiograma, que nos da información estructural del órgano motor. Y, por último, sería bueno conocer nuestra capacidad pulmonar a través de una espirometría, ya que en función de la cantidad de aire que entra en los pulmones se debe adecuar la intensidad de la actividad física . "Algunas personas sufren de asma inducido por el esfuerzo y necesitan utilizar medicación".
Los principiantes deben evitar deportes de choque o alta potencia. Su plan de entrenamiento debe iniciarse con ejercicios respiratorios y Pilates. La actividad deportiva se debe prolongar a lo largo de la semana, pero no siempre ha de practicarse con la misma intensidad. Pasados unos meses conviene alternar la caminata con la carrera ligera. "Pero en cualquier caso los ejercicios más recomendables son aquellos que permiten mover varios grupos de músculos al mismo tiempo: caminar, nadar y hacer bicicleta".
Los deportistas amateur pueden alternar las jornadas de mucha actividad (tenis, paddle, carrera) con las clases de relajación. Los ejercicios de esfuerzo nunca deben hacerse en días consecutivos. "Dos o tres días de trabajo duro y después baja intensidad".
El cuidado de la alimentación es determinante cuando uno se embarca en una aventura deportiva, aunque ésta sólo tenga como motivación el bienestar físico: "si la gimnasia se realiza a primera hora de la mañana conviene tomar un par de horas antes de comenzar yogur y fruta", aconseja la entrenadora personal Fátima Gómez. "Los hidratos de carbono son recomendables cuando la práctica se realiza al mediodía o a última hora de la tarde, pero siempre dos horas antes de ponerse las zapatillas".
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