La catástrofe nipona tendrá escaso efecto sobre la economía mundial
Hernando F. Calleja19/03/2011 - 9:05
La catástrofe sufrida por Japón ha introducido una variable nueva y ha ampliado el margen de incertidumbre sobre el curso económico mundial en los próximos meses. Los expertos coinciden en que todavía es un poco pronto para cifrar los efectos de la hecatombre, tanto en la dimensión de la destrucción física sufrida por el país, como en las consecuencias económicas, financieras y monetarias que puede suponer la reconstrucción. | Japón: "Fukushima será controlada en breve". | Alarma nivel 5 | Vea los vídeos del desastre
Todos los expertos consultados por elEconomista optan por separar el problema de las centrales nucleares afectadas e nmayor o menor medida, porque se desconoce su desenlace.
No será lo mismo si se consiguen superar las dificultades actuales que si se agravan las circunstancias.
Dejando al lado este factor (que tiene una importancia objetiva enorme, pero es por el momento inevaluable), los economistas consideran que la situación creada tiene una consecuencias en el corto plazo y otras de signo distinto en el medio y largo plazo.
Para Juan Iranzo, director general del Instituto deEstudios Económicos, hay unos efectos ?positivos? a corto plazo sobre la demanda internacional, puesto que la reconstrucción obligará a importar bienes y servicios.
Los problemas, sin embargo se plantean en términos de financiación. Japón está superendeudado (cerca del 200 por cien del PIB de deuda pública) y tiene nulo margen de política monetaria porque los tipos de interés están próximos a cero.
Si apela a endeudarse en el exterior, puede generar tensiones en los tipos de interés. En cuanto al crecimiento internacional, subraya Iranzo, puede verse afectado en los primeros meses hasta que el país se reorganice y empiece la reconstrucción. Para María Jesús Fernández, de Funcas, el efecto internacional no será muy acusado.
"Acaso contribuya a reducir la cantidad de recursos que demandan otras economías, pero la mayor parte la absorberá la enorme capacidad de ahorro de los japoneses. Las reservas niponas son muy elevadas y el Banco de Japón ya ha dado señales de que ofrecerá toda la liquidez que se requiera". En cuanto a la proproducción, el efecto interno será grande, pero en el exterior las consecuencias se limitarán a pequeñas economías asiáticas".
Antonio Cortina, director adjunto del Servicio de Estudios del Banco Santander, considera que en el segundo trimestre el PIB japonés puede reducirse de manera significativa, para remontar ya a partir del tercer trimestre. Con la repatriación de fondos para afrontar las inversiones el yen se refuerza, pero este efecto puede ser pasajero.
En cuanto a los tipos de interés, no parece que se vayan a producir tensiones fuertes. Javier Díaz-Giménez, profesor del IESE, tiene una versión algo más pesimista.
"Japón -argumenta- es una partemuyimportante de la cadena de valor mundial. Es una economía muy grande y un país muyrico, que supone el 8,7 por ciento del PIB mundial. En la medida que Japón no aporte ese producto a la economía global, ésta se resentirá en su crecimiento. En estas ocasiones se recurre con frecuencia a la que yo denomino la falacia del escaparate roto".
El catedrático JuanVelarde aporta otra visión. ?A escala internacional -asegura- el tráfico transpacífico ya es mayor que el tráfico transatlántico. Los efectos económicos de la retracción del consumo y de la demanda del exterior japonesa se sufrirá en Latinoamérica y en Estados Unidos y en menor medida en Europa.
Hasta que se aclare la situación real de la producción energética, Japón tendrá que entrar en compras más fuertes, (especialmente de gas) y eso tensará los precios energéticos, que ya estaban altos y en cuanto a los mercados financieros, como el ahorro mundial no es ilimitado, un incremento de la demanda de financiación por un país que no la demanda habitualmente, contribuirá a reducir la oferta y a subir los tipos de interés".
Movimientos migratorios
Un aspecto que pone en consideración el catedrático Ramón Tamames es el efecto migratorio interno que la catástrofe provocará en Japón en busca de nuevos trabajos y huyendo de la zona que puede sufrir contaminación.
Sin duda alguna esto va a afectar al crecimiento japonés de manera importante en el corto plazo, ya que la zona devastada representa cerca del 4 por ciento del PIB nacional.
"Por otra parte, a pesar de la destrucción gravísima del stock de riqueza, el flujo de rentas puede subir en cuanto comience la reconstrucción. En este sentido, el desastre puede ser una percha para crecer muy rápidamente, más de lo que es su lento ritmo habitual. En cuanto al impacto internacional, Japón tiene la ventaja de que la inmensa mayor parte de la deuda pública está en manos de japoneses y, además, tienen un amplio superávit corriente, por lo que los efectos no serán importantes".
También Rafael Pampillón, catedrático del CEU, cree que la destrucción de aparato productivo frenará el crecimiento y las exportaciones, lo que, en parte, se compensará con una reducción del turismo al extranjero. Pero la robustez del ahorro interno (1 billón de dólares de reservas) permitirá al país financiarse con facilidad.
Hacia el exterior tendrá que importar sobre todo productos alimentarios, lo que favorecerá a sus proveedores de estos productos.
Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research, cree que lo ocurrido es devastador para las finanzas de Japón, pero se ve paliado por la enorme capacidad de ahorro del país, que hace que entre el 78 y el 80 por ciento de la deuda pública esté en manos de residentes. Un aspecto positivo, señala, será que habrá muchísimo trabajo para todos.
El impacto internacional se notará en que importará menos de algunos productos, aunque tendrán que elevar enormemente sus importaciones de gas, hasta que se conozca la situación real de la producción energética. Si, además, la psicosis surgida con las centrales nucleares cunde en muchos países se puede dar una tensión en los precios energéticos.
En cuanto a los mercados financieros internacionales, el impacto será muy relativo porque el Banco de Japón está dispuesto a monetizar el déficit, como acaba de demostrar con las facilidades monetarias que ha proporcionado en los primeros días.
De la Dehesa señala un efecto colateral: los japoneses tienen una enorme cantidad de seguros para todo, lo que quiere decir que las compañías internacionales van a tener que hacer grandes desembolsos por estas póliza, lo que ayudará a la reconstrucción
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