domingo, 20 de marzo de 2011

Manualillos de Inversión ( 1 )

Los retos de los asesores de ricos y famosos (y exigentes)

Por Veronica Dagher

Proporcionar orientación financiera a un inversionista con US$200.000, una familia y una casa, puede ser un reto, dicen muchos asesores. Entonces, ¿qué se siente al gestionar las finanzas de un famoso con US$20 millones, cinco casas y un séquito? Es complicado, reconocen los que atienden a este tipo de clientes.

Gestionar la fortuna de una celebridad a veces viene con extras, como una invitación a una fiesta privada de una gran estrella. Pero la tarea normalmente implica trabajar más horas, atender peticiones de última hora y a veces tener que decir "no" a personas que no están acostumbradas a escuchar esa palabra.

Por ejemplo, mientras que la mayoría de los clientes—incluso los no famosos—quiere saber que pueden localizar a sus asesores cuando los necesitan, algunas estrellas llevan esa necesidad al extremo.

Darell Krasnoff, un asesor en Los Ángeles, dice que pone un empeño especial en estar disponible para sus clientes, poniéndose en contacto con su oficina los fines de semana y dando a sus clientes el número de teléfono de su casa. Sin embargo, no comparte el teléfono de su refugio de fin de semana. Si lo necesitan durante el fin de semana, los clientes deben llamar a su oficina, que a su vez lo contacta, y luego Krasnoff les devuelve la llamada.

No obstante, la asistente personal de un cliente famoso hace poco lo llamó y le dijo que necesitaba obtener el número de teléfono de su casa de descanso o sino perdería su empleo, porque su jefe quería tener el número de Krasnoff "en todo momento", comenta el asesor.

Como no quería poner en riesgo a la asistente, Krasnoff le dio el número pero insistió en que era sólo para emergencias. "Me prometió que el cliente nunca lo usaría", explica.

Ese sábado por la mañana, poco después de que Krasnoff llegó a su casa de fin de semana, el cliente lo llamó diciendo que "sólo quería saludar", recuerda Krasnoff. "Es una persona maravillosa, pero puso de manifiesto su necesidad de tenerme disponible en cualquier momento y en cualquier lugar".

Las apretadas agendas de viaje de los famosos también suman otro ingrediente de dificultad para los asesores financieros.


Tony Lucas, un asesor en Beverly Hills, California, cuenta que una vez tuvo un cliente famoso que cuando se encontraba de vacaciones en Jamaica quiso comprar una casa en Malibú con dinero en efectivo y necesitaba transferir inmediatamente el dinero a la compañía fideicomiso. Lucas tuvo que enviar por fax todos los documentos necesarios para la transferencia a un hotel cercano porque en el que se hospedaba su cliente no había teléfonos.

La gestión de ingresos inconstantes y una tendencia a gastar en exceso es otro de los desafíos que puede surgir cuando se manejan las finanzas de una celebridad, sostienen los expertos.

Asegurarse de que un atleta profesional tenga suficiente cobertura de seguro en caso de lesión es una consideración para Rob Wolfe, un asesor financiero en el sur de la Florida, entre cuyos clientes se encuentran algunos jugadores de la NBA.

Debido a que muchos de estos atletas no califican para los seguros tradicionales de discapacidad temporal, Wolfe los ayuda a recibir cobertura a través de reaseguradoras.

Tim Speiss trabaja para una destacada modelo cuyo contrato multianual está a punto de expirar. El contador dice que su cliente no sabe cuál será su remuneración durante los próximos tres años ni si obtendrá un nuevo contrato. En un momento dado, la modelo pagaba múltiples residencias y a ocho empleados.

Jeff Fishman, un asesor financiero de Los Ángeles, dice que la afinidad de las celebridades por las propiedades inmobiliarias puede ser un peligro. Él recomienda que se lo piensen dos veces cuando quieren comprar otra casa. "Si sólo van a estar en casa dos veces al año, probablemente no valga la pena".

Luego están los famosos que rara vez oyen la palabra "no". Margaret Black-Scott, asesora financiera en Beverly Hills, recuerda una anécdota sobre un conocido boxeador que quería retirar dinero de su cuenta y no podía entender por qué su asesor no podía darle US$2 millones en efectivo de forma inmediata. "Cuando se le dijo que la institución no tenía el dinero, amenazó con arrojar al asesor por la ventana".

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