Mortier impone su ley
El director artístico presenta su primera temporada completa, que califica como «exigente» y en la que no hace concesiones
susana gaviña / madrid
Día 16/03/2011 - 10.29h
Gerard Mortier no es hombre de mediocridades. Cuando hace las cosas las hace a conciencia. Así, la próxima temporada, la primera que firma él solo, no es más que un fiel reflejo del discurso al que nos tiene acostumbrados desde hace dos años, cuando fue fichado por el Teatro Real, y que ha venido desarrollando a lo largo de más de 30 años de carrera. En el próximo curso del Real —decir lírico, sería mucho decir—, no habrá ni gran repertorio, ni ópera española ni grandes voces —desaparece también el ciclo—, con el permiso, claro está de Plácido Domingo, que por el momento se mantiene en el cartel.
Mortier defiende el carácter político del teatro occidental, en el aspecto de que debe reflexionar sobre la condición humana. «Un teatro que hable de aquellos aspectos que no pueden abordar las leyes. El teatro puede responder a las cuestiones del amor y de la muerte, algo que no pueden hacer las leyes», afirmó ayer durante la presentación de la programación, que el mismo calificó como «exigente. Y lo digo yo antes de que lo digan ustedes». Para evitar preguntas incómodas, el director belga, de antemano, fue justificando una por una sus elecciones poco ortodoxas o que no se ajustan a los parámetros habituales del teatro madrileño. Si por primera vez en 14 años el Real no programaba una ópera española —los estatutos del Real exponen que uno de los fines de la institución es promover y difundir nuestro repertorio—, Mortier saca un as de la manga que lo desmienta: el compositor italiano Saverio Mercadante, cuya ópera «I due Figaro» llegará bajo la batuta de Muti —en su debut en el foso del Real— y con dirección de escena de Emilio Sagi. «Mercadante vivió mucho tiempo en Madrid y escribió su ópera en España».
Patrimonio español
«¿Qué es el patrimonio español? Éste no se puede reducir a la lengua. Usted me tiene que demostrar lo contrario», inquirió el director belga a ABC, que le hizo la pregunta. «No debemos reducir el patrimonio español a una idea nacionalista». A continuación enumeró algunos de los encargos realizados por él a compositores españoles —Posadas, Mendoza, Sotelo— para demostrar su apoyo a nuestra creación. El presidente de la Fundación del teatro, Gregorio Marañón, le echó un capote al afirmar que «el Real también es patrimonio español y que su orquesta salga fuera de España es ayudar a su difusión» (la temporada que viene irá con «Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny» a Rusia).
Esta no fue la única crítica que tuvo que superar ayer Mortier. La escasez de intérpretes españoles la resolvió con un simple «hay buenos cantantes pero les falta estilo. Cantan un aria de Verdi como si fuera de Puccini. Habría que crear una academia para enseñarles».
Pero dejando a un lado estos puntos que tienen que ver con lo nuestro, vayamos ahora con lo suyo. Con la temporada de Mortier, que responde a tres líneas de trabajo. Para abrir boca, tres grandes óperas del siglo XX (que sigue imperando sobre el resto de la programación, con un 70% de presencia. Esto es, nueve títulos de los trece programados). «Elektra» de Richard Strauss, que se programa por tercera vez en el Real y que abrirá la temporada (viajará a Madrid en una producción alquilada al Teatro San Carlos de Napoles, firmada por Gruber, con dirección musical de Bychko. Y contará con la voz de Henschel); «Pelléas y Mélisande» de Debussy, coproducción antigua de París y Salzburgo, con dirección de escena de Bob Wilson —«ha creado para mí una de las mejores producciones», se enorgulleció Mortier— y la batuta de Cambreling; y «Lady Macbeth de Mtsensk» de Shostakovich.
La segunda línea se refiere a las obras de «repertorio, pero que son menos conocidas». Ahí entra la ópera de Mercadante, «un compositor tan genial como Rossini»; «Cyrano de Bergerac» de Alfano, «cercano a Puccini», y que protagonizará Plácido Domingo; «La clemenza de Tito», en «una de las mejores producciones que he hecho», volvió a poner énfasis Mortier, procedente del Festival de Salzburgo; «Iolanta», la última ópera de Chaikovski y «Perséphone» de Stravinsky, que se presentan en programa doble y en una nueva producción de Peter Sellars (que también firma el montaje de «Ainadmar»). El capítulo operístico lo completan tres títulos en concierto: «La finta giadiniera» de Mozart, «Don Quichotte» de Massenet y «Rienzi», la primera ópera de Wagner.
Nuevos caminos
La tercera línea es la de abrir «nuevos caminos» con dos propuestas dirigidas a los jóvenes. «Vida y muerte de Marina Abramovich», creada por la propia artista y Bob Wilson, con música de Antony and the Johnsons —«el canto es más que bel canto», matizó Mortier—, y la participación, entre otros, del actor Williem Defoe; «Poppea e Nerone», una versión del alemán Philippe Boesmans de «L'incoronazione di Poppea» de Monteverdi; y «Ainadamar», de Osvaldo Golijov, a quien la OCNE acaba de dedicar su Carta blanca, y que aborda las figuras de García Lorca y Margarita Xirgú. Otro de los puentes que Mortier tiende a los jóvenes es el espectáculo de ballet «Chorus», un proyecto de Alain Platel con música de Verdi y Wagner.
Para sobrellevar la aridez de esta programación, el director artístico del Real fue intercalando anuncios sobre proximos proyectos que aliviaran un poco la tensión —a más de uno le debió de subir—, como la presentación en España de «Il Postino» de Catán, protagonizada por Plácido Domingo, para la temporada 2012/13; y el fichaje de Simon Rattle y la Filarmónica de Berlín durante tres temporadas (2013, 2014 y 2015), que presentará en Madrid tres producciones realizadas para el festival de Pentecostes de Salzburgo: «Parsifal», «Salomé» y «Carmen».
Sin repertorio español
«Elektra», de R. Strauss (30/9)
«Pelléas et Mélisande» de Debussy. (31/11)
«Lady Macbeth de Mtsensk», de Shostakovich (3/12)
«Iolanta» de Chaikovski/«Perséphone» de Stravinski (14/1)
«La clemenza de Tito» de Mozart (14/2)
«I due Figaro» de Mercadante (27 /3)
«Vida y muerte de Marina Abramovich», con música de Antony and the Jonhsons (11/4)
«Poppea e Neroe» (12 de junio)
«Ainadamar» de Golijov (8/7)
«La finta giardiniera» de Mozart (4 y 5/10) versión concierto
«Don Quichotte» de Massenet (19 y 22/12) v.c
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