Telefónica tomará Canal+ con 430.000 abonados menos que al inicio de la crisis
El presidente de Telefónica, César Alierta, tiene un auténtico tour de forcepor delante con Canal+. Y no sólo por las restricciones a su compra que pueden imponer las autoridades de Competencia, sino por el deterioro de la cifra de abonados que acumula la plataforma de pago en los últimos ejercicios. Según los resultados del primer trimestre publicados ayer por el Grupo Prisa,el número de suscriptores alcanzó a 31 de marzo los 1.631.607, muy lejos de los 2.065.000 que llegó a atesorar la televisión de pago antes de que se esbozara la crisis económica, allá por el año 2007. Esto es, la aventura de la teleco arranca con 433.393 abonados menos.
Todo a pesar de que Canal+ ha frenado entre enero y marzo su imparable descenso a los infiernos, al sumar a sus filas 10.975 nuevos abonados. Un ligero respiro después de que su evolución en estos años no pueda ser más inquietante. La plataforma, que perdió en 2009 el umbral de los dos millones de usuarios –bajó hasta 1.845.805–, no ha dejado de caer en prosélitos desde entonces. La cifra descendió de nuevo hasta los 1.772.856 clientes en 2010 y a 31 de diciembre de 2013 se perdía incluso el listón de los 1,7 millones, con un contingente de apenas 1.620.632 abonados.
Por otra parte, Canal+ registró pérdidas operativas (ebit) de 19,2 millones en el primer trimestre, un 122,8% más que en el mismo periodo del año anterior, incapaz de rentabilizar los costes del fútbol. En conjunto, Prisa cuadruplicó pérdidas, con un agujero de 47,57 millones, elevándose el nivel de deuda por encima de los 3.500 millones si se incluyen los gastos de formalización de su deuda financiera. Llama la atención la mala evolución de su buque insignia, el diario El País, que se anotó un ebit negativo de 9,91 millones en tres meses, frente a los 1,3 del mismo trimestre en 2013. El grupo explica esa evolución por las indemnizaciones abonadas por ajustes de personal, que se elevaron a 8,74 millones.
En parte por toda esa situación, Prisa aceptaba la semana pasada la oferta de Telefónica para adquirir el 56% de Canal+ por 725 millones de euros. De cerrarse la transacción, la multinacional española alcanzará el 78% de la plataforma de pago, de la que ya poseía el 22%. La operación implica una valoración del activo en torno a los 1.300 millones de euros. Aunque el precio parece elevado en tanto supone 26 veces el ebitda de casi 50 millones que prevé el consenso de analistas para 2014, el nuevo propietario tendrá margen para mejorar los ratios. Primero, metiendo en cintura los derechos del fútbol. Y segundo, con ofertas convergentes para aumentar la base de clientes.
El presidente ejecutivo del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. (Reuters).
El estancamiento en usuarios de Canal+ contrasta con el optimismo mostrado por Telefónica respecto a MovistarTV, su apuesta por internet. Semanas antes de hacer pública su oferta por el activo de Prisa, el director general de Contenidos de Televisión de la teleco, Luis Velo, aseguraba que la intención de la compañía era superar la barrera de los 1,5 millones de abonados en un año y llegar a los tres millones a medio plazo, según se vayan incorporando derechos deportivos al pago. Todo dentro de ofertas que incluyan fijo, móvil e internet. Si esa evolución se cumple, superar el menguante número de abonados de Canal+ estaría claramente a su alcance.
El estancamiento en usuarios de Canal+ contrasta con el optimismo mostrado por Telefónica respecto a MovistarTV, su apuesta por internet. Semanas antes de hacer pública su oferta por el activo de Prisa, el director general de Contenidos de Televisión de la teleco, Luis Velo, aseguraba que la intención de la compañía era superar la barrera de los 1,5 millones de abonados en un año y llegar a los tres millones a medio plazo, según se vayan incorporando derechos deportivos al pago. Todo dentro de ofertas que incluyan fijo, móvil e internet. Si esa evolución se cumple, superar el menguante número de abonados de Canal+ estaría claramente a su alcance.
Un agujero inasumible
Hasta ahora, el declive de la sociedad ha sido un auténtico martirio para las cuentas de Prisa, obligada a reconocer deterioro tras deterioro del activo en cada presentación trimestral. Sólo en 2013, la corrección del valor de la plataforma lastraba el balance de la firma en la friolera de 844 millones. Un escenario motivado por la dificultad de la editora de El País para rentabilizar el contrato del fútbol firmado con Mediapro y, paradójicamente, por la irrupción de Telefónica en el mercado de los derechos premium para MovistarTV. Esto es, la propia teleco ha llevado a cabo una demolición controlada del activo que pretendía adquirir.
“Durante el segundo semestre del ejercicio se han producido cambios en la estrategia de ciertos competidores en cuanto a la adquisición de contenidos y a la integración y subvención de la televisión de pago en su oferta de servicios, lo que ha impactado de manera negativa en la evolución de los indicadores operativos del negocio de televisión de pago del grupo y, por tanto, en la implementación de los objetivos previstos –explicaba la sociedad en el informe a sus cuentas anuales–. La Dirección asume que esta nueva posición competitiva puede tener efectos más allá del corto plazo. Por todo ello, a diciembre de 2013 se ha registrado un deterioro adicional en la cuenta de resultados de 639,8 millones de euros, ascendiendo el total del deterioro registrado (…) a 844 millones de euros”.
El iceberg ya asomaba en la presentación de los resultados de 2012. Entonces Prisa registraba unas pérdidas de 255,03 millones, motivadas por la provisión de otros 294 millones efectuada por la devaluación del fondo de comercio de Digital+. Es decir, en dos años se han esfumado 1.138 millones. Y podría ser peor si no se cierra la transacción con Telefónica. No en vano, las proyecciones efectuadas por Prisa en sus test de deterioro alertaban de queuna caída de los abonados o del dinero que pagan, por pequeña que fuera, podría provocar un agujero adicional en el valor de la plataforma de pago superior a los 380 millones de euros. Como para vender a la carrera.
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