Martino: "Si me avisan de lo que pasaba por aquí, no hubiera venido al Barcelona"
El Tata Martino dirá adiós el próximo sábado y se puede marchar del Barcelona en campeón. Los deslices rojiblancos y madridistas, han posibilitado que el argentino y su equipo lleguen al último partido ante el Atlético con el título de Liga al alcance de la mano pese a la anunciada renuncia de jugadores y técnico tras el partido ante el Getafe. El todavía entrenador azulgrana tenía muy claro que su futuro no pasaba por el Camp Nou. Lo tenía decidido desde el mes de diciembre, algo que ratificó a los jugadores el pasado mes de marzo.
"Si alguien me avisa de lo que pasaba por aquí, no hubiera venido", ha repetido Martino en diferentes ocasiones y en distintos foros, incluidos algunos de sus jugadores, a los que en el mes de marzo confirmó que su futuro no pasaba por el Barcelona. Lo tenía muy claro. La llamada del club azulgrana cautivó al de Rosario. Lógico, pero poco duró ese embelesamiento de los primeros días. Muy pronto se dio cuenta de que tenía muchas cosas en contra, empezando por una plantilla que no pretendía cambiar de estilo y siguiendo por un club que tampoco le recibió como esperaba.
La decisión de no seguir se perfiló en diciembre y la tomó en enero, pero la salida de Rosell, el fichaje fue una decisión del expresidente, ayudó a que su adiós se tornara en algo definitivo, sin marcha atrás. Lo que nadie esperaba,ni el propio Martino cuando dijo que no se merecía una segunda oportunidad, es la posibilidad de despedirse con el título de Liga en el bolsillo. ¿Se imaginan que el campeón de Liga se sienta en otro banquillo del campeonato español? No lo descarten.
Martino ha sido un caballero en la más amplia extensión de la palabra. No ha tirado de cláusula para agarrarse a un contrato que le posibilitaba seguir en el Camp Nou. Tal y como confiesa a su círculo. "Más cosas no podrían pasarme". Y es que el Tata no ha encontrado un ambiente tranquilo en momento alguno. Ni en su llegada, ni en el adiós. Aterrizó por el enfermedad del fallecido Tito Vilanova y se marcha con un vestuario sumido en despedidas y con uno de sus integrantes en Ausburgo, dando la espalda a la posible conquista de la Liga.
El técnico quiso ser sincero con sus jugadores y en el pasado mes de marzo les confesó que su decisión de marcharse era definitiva. Gesto que el vestuario agradeció, por lo poco habitual que es en el mundo del fútbol. Pese a ello el equipo no reaccionó, excepción hecha de algunos partidos puntuales como el del Bernabéu. La alicaída figura de Messi es algo que Martino jamás ha entendido, aunque sí agradece la respuesta de otros muchos jugadores, con los que en teoría menos tenía en común que con el argentino.
Gane o pierda, Martino escribirá el sábado su última página como azulgrana. Lo que se inició como poco menos que una luna de miel, ha terminado por ser un camino de espinas, muchas de ellas colocadas por el amigo y no por el enemigo, algo que el entrenador nunca ha logrado entender. Repasen. Frialdad del entorno, críticas de los jugadores a la manera de jugar, deudas de Messi con Hacienda, problemas de Neymar con su fichaje, salida de Rosell de la presidencia, fallecimiento de Vilanova... Si le avisan, no hubiera venido. No lo duden. Y es que Martino ni es holandés ni ha pasado por La Masía.
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