Ya hay 19 ochomiles
El Gobierno de Nepal reconoce cinco nuevas montañas con más de 8.000 metros
El reto de los 14 grandes, conseguido por 33 alpinistas, se queda obsoleto
Nepal admite como principales Kangchenjunga Sur, Kangchenjunga Central, Lhotse Central y Lhotse Shar.
Malas noticias para los peregrinos de los 14 ochomiles. El grupo de alpinistas que ha subido, o pretende subir, a todos los picos cuya altura sobrepasa los ocho mil metros sobre el nivel del mar no están de enhorabuena. Todo lo contrario, pues de la noche a la mañana su reto se ha visto considerablemente aumentado. El gobierno nepalés ha reconocido oficialmente la existencia dentro de su territorio del primero de los cinco 'nuevos'ochomiles que admite tener en su territorio, lo que eleva la mítica cifra hasta 19.
El 'nuevo' ochomil es el Yalung Kang Oeste, 8.505 metros, muy separado del Kangchenjunga principal (8.586 metros) por una larga arista, teniendo entre medias al Yalung Kang principal. Dada la cercanía de esta última con el Kang principal, junto con el aislamiento del Oeste y su ruta de ascenso diferente, las autoridades de Nepal han elegido a la más baja. Desde los años 70, en que se produjo la primera escalada, la montaña ha sido objeto de numerosas expediciones, como si un ochomil principal se tratase. Junto con el Yalung Kang, Nepal admite como principales Kangchenjunga Sur(8.476 m), Kangchenjunga Central (8.473 m), Lhotse Central(8.413 m) y Lhotse Shar (8.400 m).
China también hace su lista
La decisión del Gobierno Nepal sigue la senda de la decisión tomada por las autoridades de la República Popular China, quienes en 2013 y atendiendo los laboriosos estudios del doctor Mi Desheng, profesor del Instituto de Investigaciones de las Regiones Frías y Áridas de la Academia de las Ciencias china, elevaban a 17 los ochomiles principales al considerar como tales a Broad peak Central (8.011 m), Annapurna Este (8.013 m) y Shisha Pangma Central (8.008 m), hasta ese momento consideradas secundarias.
La entidad de la primera de ellas la ha convertido de facto en ochomil principal desde hace varios años. Separado por más de un kilómetro y un profundo collado del principal, existe un amplio consenso en el mundo del alpinismo, para considerarlo cima principal. Respecto al Annapurna Este, las opiniones no son tan unánimes. Fue subido por vez primera en 1973 por los catalanes Josep Manuel Anglada, Emili Civis y Jordi Pons y en su día se 'vendió' como un ochomil principal. Está igualmente alejado de la cima principal, siendo sus rutas de ascensión diferentes, esto le otorga fuerza para subir de categoría. Por el contrario el Shisha Central, a pesar de estar separado de una larga arista, su escasa entidad ha hecho que nadie, excepto el estudio chino, le consideren una cima principal.
Aunque las decisiones de Nepal y China obedecen a criterios estrictamente económicos y buscan mayor rentabilidad a los permisos para subir sus montañas, quiere acabar con la arbitrariedad de la declaración de los ochomiles principales. Dan valor oficial a algo que hace tiempo se admite por alpinistas y principales instancias del montañismo y la geografía, donde desde hace años se considera estrecha la cifra de 14 para acotar los ochomiles realmente existentes.
Los más rigurosos estudios realizados hasta la fecha, donde se han utilizado tantos técnicas clásicas de triangulación como modernas mediciones GPS, señalan la existencia de 39 eminencias que superan los ochomil metros de altura. Ocurre que muchas de ellas son simples puntas muy cercanas a otra más alta y que carecen de entidad suficiente. Así ocurre con la cima Sur del Everest, la Norte del K2, la Este del Manaslu o la Sureste del Makalu, entre otras.
Criterios caprichosos
El problema aparece según sean aplicados los criterios que deciden si una cima es principal o secundaria. Lo determina un concepto que se llama prominencia. Collados, altura de las vertientes y distancia respecto a otra cumbre más alta son los parámetros que lo deciden. La forma en que se aplican estos valores es, sin embargo, aleatoria y caprichosa.
En el hecho de que se estableciera en 14 el número de ochomiles fue determinante la opinión del influyente alpinista italiano Reinhold Messner, quien a mediados de los pasados ochenta, se empeñó en una carrera con el polaco Jerzy Kukuczka por ser el primero en la cima de todos ellos. Lo consiguió en 1986, eliminando montes como el Broad Central, el Yalung Kang, el Annapurna Este y el Lhotse Shar, que ya por aquel entonces sonaban como ochomiles principales. Prolongar la batalla con más montañas habría sido demasiado largo, poniendo en peligro su primer puesto, dada la pujanza del polaco.
Lhotse
Resulta singular el caso del Lhotse. Con 8.516 metros, técnicamente debería considerarse cima secundaria. Las poblaciones locales así lo consideran; su nombre significa la cumbre del Sur. Les separa una brecha de 566 metros, el collado Sur. Sin embargo está considerado ochomil principal, tal vez por su temprano primer ascenso en 1956 por una expedición nacional suiza, nación que se quedó sin ser la primera en el Everest y tuvo que contentarse con la primera de la que se señaló como cuarta montaña más alta de la Tierra.
No ocurre lo mismo con el citado Lhotse Shar, cima del mismo macizo que el Everest, pero mucho más alejada que el Lhotse principal y con una ruta de ascenso separada por completo. Se eleva al otro lado de una larga y quebrada cresta de más de un kilómetro de la cima principal y en la que hay otras dos cumbres de más ocho mil metros, una de las cuales también acaban de ascender de categoría las autoridades de Nepal.
Sumadas las nuevas montañas que proclaman Nepal y China, la cifra se acerca mucho más a la realidad geográfica de las montañas más elevadas de la Tierra, elevando hasta 21 cimas el número de ochomiles. De momento solo Nepal ha movido ficha declarando el primero de sus cinco nuevos ochomiles, pero nadie duda de que China hará lo propio durante los próximos meses.
El problema se plantea desde el punto de vista deportivo. La challenge de los 14 ha quedado superada. Aunque no parecen dispuesto a admitirlo los escaladores, quienes siguen empeñados en subir exclusivamente a estas cimas, dando la espalda a los recién subidos a la división de honor de las montañas. Ningún alpinista actual parece dispuesto a afrontar el nuevo reto, que se antoja mayúsculo y solo posible para un futuro no demasiado inmediato. Aunque és lógico pensar que los hasta ahora 31 catorceochomilistas y la docena de aspirantes a quienes les faltan entre una y tres montañas para ingresar en tan selecto clan, y entre los que hay algunos españoles como Óscar Cadiach, Jorge Egocheaga y Carlos Soria, deberán replantearse un reto que han visto como se les ha prolongado de manera inesperada.
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