Kerpen Riesling: navegando los blancos del Mosela
El vino fabricado por la familia Kerpen es una excelente iniciación en los vinos fabricados con la variedad de uva blanca más apasionante
Sábado20 de septiembre de 2014
Mosela Riesling Kerpen: no os asustéis que no es el nombre de un vino, pero si son prácticamente inseparables. Hablar de la región alemana del valle del Mosela es relacionarlo automáticamente con la uva por excelencia de esa zona, la variedad Riesling. Y si a la suma de de las dos le agregamos el apellido Kerpen con sus 250 años de experiencia produciendo grande vinos, tendremos la conjunción perfecta para poder disfrutar de vinos inolvidables y difícilmente reproducibles en otra parte del mundo.
El valle del río Mosela se encuentra en el sudoeste alemán, Este río también baña partes de Luxemburgo y Francia. Alemania ha promocionado como una región productora de vino blanco de calidad desde el siglo XIX, actualmente ha desarrollado una fuerte industria turística alrededor de su reputación como un lugar idílico rural.
La existencia de vinos de uva Riesling está documentada por primera vez en 1435, en el inventario de bienes de los condes de Katzenelnbogen (un pequeño principado a orillas del Rin), quienes poseían "...seis barriles de riesslingen adquiridos a un viticultor de Rüsselsheim.
Weingut Kerpen no puede ser más Mosela. La casa familiar, en cuyos subterráneos y anexos se ubica la bodega, está en la orilla Norte del río Mosel a su paso por Wehlen. De hecho, apenas unos 100 metros al otro lado de este tranquilo río navegable, se encuentra uno de los más famosos pagos de Alemania, Wehlener Sonnenuhr (que, literalmente, significa “el reloj de sol de Wehlen”).
Y esta curiosidad no es porque si, ya que la historia de los Kerpen está indisolublemente unida a la de sus parcelas en este pago histórico, del que proceden sus mejores vinos. Como probablemente se imaginan, en Alemania los mejores viñedos del Mosela son aquellos con una orientación sur, que permiten la mejor insolación y, por tanto, que las uvas alcancen su madurez con regularidad. Por eso, en las mejores parcelas, las que tienen una orientación totalmente al sur, es habitual encontrar un reloj de sol que, como todo el mundo sabe, no es de demasiada utilidad si lo orientamos al norte.
Pero la orientación no lo es todo, por supuesto. Son necesarios además la conjunción de un terroir privilegiado a base de pizarras, la fuerte inclinación de las laderas (casi diríamos que pendientes más que laderas) que mejoran aún más la insolación y la perfecta aclimatación entre, suelo, clima y la variedad Riesling, probablemente la variedad blanca más apasionante del mundo.
La familia Kerpen está compuesta por Martin Kerpen, un alemán de dos metros con una sonrisa y un sentido del humor casi españoles, y su mujerCelia, así como por los futuros herederos de un rico patrimonio de seis hectáreas y media en ese paraje bucólico que es el valle del Mosela. Sus vinos son un firme reflejo del carácter de Martin. Limpios, francos y precisos, con un carácter que podríamos tildar de optimista.
Entre todos los caldos que elaboran, el Kerpen Riesling 2013 es ideal para iniciarse en este tipo de vinos de esta variedad. De color amarillo pajizo muy brillante y con ribetes dorados, desprende aromas de piel de cítricos y algo floral. El primer impacto en la boca parece dulce, pero rápidamente se equilibra con el punto de acidez típica de la variedad. Fácil de beber con solo 9,5 % de alcohol es ideal como aperitivo y para acompañar platos de comida asiática con un punto picante.
Por 10 € en tienda podéis comenzar a explorar el fabuloso mundo de los riesling alemanes.
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