No habrá un espacio unitario a la izquierda del PSOE en las próximas elecciones generales. La confluencia entre Podemos e Izquierda Unida, junto a otras fuerzas extraparlamentarias como Equo, se ha convertido es un espejismo tras el fracaso electoral de la candidatura Catalunya Sí que es Pot, integrada por estas tres formaciones. Los pasos dados hacia la unidad popular durante los dos últimos meses mediante el impulso de la plataforma Ahora en Común, que abogaba por replicar a nivel estatal las candidaturas municipalistas del 24-M, se han desandado en apenas dos días.
Izquierda Unida se planta y asume por fin, tras meses de encuentros, desencuentros y negociaciones con todo tipo de condiciones impuestas porPablo Iglesias, que la confluencia electoral con Podemos es imposible. Eldesastre electoral en Cataluña y la falta de acuerdo a escasas semanas de que se cierre el plazo legal para presentar las listas parece haber abierto los ojos aAlberto Garzón.
Desde Andalucía, una de las comunidades donde las negociaciones comenzaron el pasado verano con mejores perspectivas de acuerdo, la dirección de Izquierda Unida capitaneada por Antonio Maíllo, asume sin micrófonos que Podemos está ya prácticamente fuera de un acuerdo electoral. Habrá “listas de unidad popular” con un programa “claramente de izquierdas”, avanzan, y con Podemos por libre. Oficialmente, IU se aferra al discurso de que mantendrá su hoja de ruta sin variaciones, seguirá adelante con las negociaciones para cerrar listas de confluencia y se someterá a primarias en circunscripciones clave como Madrid. En conversaciones informales, el cuento cambia. Los dirigentes de IU asumen que el resultado de las elecciones en Cataluña ha sido un mazazo, aunque piden más tiempo para reflexionar y sacar conclusiones más sosegadas. Admiten que el diálogo fluido y casi diario que mantenían Alberto Garzón y Pablo Iglesias se dinamitó durante la campaña de las catalanas. “Pablo (Iglesias) está muy tocado”, señalan fuentes de IU.
El resultado de Catalunya Sí que es Pot, como cuarta fuerza política con 11 diputados, está muy por debajo de las expectativas de Pablo Iglesias, que contaba al arrancar la campaña con una segunda o tercera posición en el Parlamento catalán. El hecho de que se hayan perdido dos diputados respecto a las anteriores elecciones, en las que ICV concurrió en solitario, ha fortalecido la corriente que dentro de IU aboga por preservar las siglas y dejar de aguantar los empellones de Podemos. Mientras se desinfla el suflé de Iglesias, Garzón, que se había situado desde el principio de las negociaciones en una posición de debilidad, coge aire.
Sin huecos en las listas
Las encuestas hicieron saltar las alarmas en el ecuador de la campaña de las catalanas, y en la recta final, según dirigentes de IU, la convivencia dentro de la candidatura fue un infierno. Los tirones internos, errores como el nombre de la candidatura, donde aparecía el 'sí' en una polarizada campaña plebiscitaria con el independentismo como eje central, y, sobre todo, la “ambigüedad” en la que ha navegado la candidatura han llevado a la “confusión” y han sido letales, admiten desde IU.
Llegados a este punto, IU asegura que el acuerdo con Podemos es ya imposible. “Tras las catalanas hay una parte de la militancia de IU y de Podemos echada al monte y que exige que se rompan las negociaciones”, resumen gráficamente desde el entorno de Alberto Garzón. Si las elecciones fueran el 13 de diciembre, la fecha tope para registrar las candidaturas expira el 30 de octubre, aunque desde IU consideran que dos semanas son más que suficientes para aclarar el panorama electoral.
“La arrogancia también pasa factura”. La frase de un dirigente de IU, formación en la que ya se alude sin tapujos al ego de Pablo Iglesias como un problema grave para Podemos, expresa muy gráficamente el escenario actual. El secretario general de Podemos ha tomado además el mando en la elaboración de las listas, sin espacio para las direcciones regionales, por lo que los nombres de las candidaturas no se pueden negociar y se están imponiendo directamente desde Madrid, señalan fuentes de IU. En este sentido, la imposición de que el secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, lidere la lista por Sevilla, donde en las anteriores elecciones concurrió José Luis Centella, secretario general del PCE, añade todavía más dificultades. Alberto Garzón ha dejado claro que él en ningún caso irá por Málaga, oferta que le puso sobre la mesa Podemos, y que aspirará a ser candidato por Madrid tras someterse a las primarias de Ahora en Común. Garzón incluso ha animado a Iglesias a competir con él en unas primarias y ha dejado claro que se ve fuerte frente al secretario general de Podemos. “Al menos Garzón no despierta odios”, señala un dirigente de su partido.
De igual a igual
La correlación de fuerzas cambió la misma noche del 27-S, y ni Pablo Iglesias está dispuesto a modificar su hoja de ruta ni Alberto Garzón a tolerar las condiciones de la formación morada para la confluencia. El candidato de IU ha rechazado concurrir por Málaga, como se le ofrecía desde Podemos, y descarta también hacerlo en condición de independiente aunque sea en la lista por Madrid. Solo negociaría una confluencia con Podemos si es “de igual a igual”y nunca antes de ser ratificado como candidato a la presidencia mediante un proceso de primarias en Ahora en Común.
Pablo Iglesias rechaza por su parte un pacto con IU y solo está dispuesto a abrir sus listas a candidatos independientes. Su inclusión se negociaría provincia por provincia, descartando la lista en la capital: en Madrid nadie ha llamado de momento a su puerta, explicó Sergio Pascual la pasada semana. A día de hoy no ha variado esta situación, según fuentes del partido. Asimismo, “la papeleta del cambio en las generales llevará el logo y nombre de Podemos”, como reiteró el secretario general en plena resaca electoral del 27-S. Los guionistas de la confluencia entre las fuerzas estatales de izquierda han optado por cerrar el culebrón con una estructura circular.
En Izquierda Unida ya se alude sin tapujos al ego de Pablo Iglesias como un problema grave para Podemos
Ahora en Común sigue adelante con su intención de convocar primarias, a las que de momento solo han respondido Alberto Garzón, de forma afirmativa, y Pablo Iglesias, rechazando de plano su participación en este proceso. Otras fuerzas como Equo o los socialistas Decide en Común todavía no han oficializado su decisión, a pesar de que el lunes se cierra el plazo de inscripción para la lista en Madrid. Desde el comité electoral de la plataforma en Madrid inciden en que la voluntad pasa por encontrarse con Podemos, pero que si sus condiciones “son imposibles” y no es factible el acuerdo, como todo parece indicar, están dispuestos a presentar una candidatura propia a las elecciones. Un escenario que, entienden, “complicará el cambio político, pero cada uno deberá asumir sus responsabilidades”.
De lo que no hay tanta seguridad es sobre si los candidatos salientes de las primarias de Ahora en Común, como previsiblemente será el caso de Garzón, podrán presentarse con la marca de esta plataforma, que fue registrada como partido político por sus promotores. Este colectivo abandonó el pasado sábado el proyecto aduciendo que “el protagonismo ciudadano ha acabado por ser desplazado en provecho de las fuerzas políticas partidarias que, estas sí, se han sumado en gran número a la iniciativa, convirtiendo con frecuencia las asambleas de AeC en la arena de sus disputas internas”. Su marcha fue respaldada por otros participantes, algunos de ellos con el papel de enlace territorial.
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