De nuevo se consiguió parar la máxima tensión antes del comité federal. La ejecutiva federal propuso por acuerdo al máximo órgano de dirección del partido una nueva fecha para el 39º Congreso Federal: 8 de mayo, para la consulta a la militancia para la Secretaría General, y 20, 21 y 22 de mayo, el 39º Congreso Federal.
El calendario, por tanto, se adelanta un mes respecto a la propuesta que ayer lanzó el secretario de Organización y número dos de Pedro Sánchez, César Luena, a sus homólogos de toda España. Él les planteó que el referéndum a las bases fuera el 29 de mayo y el cónclave ordinario, el 17, 18 y 19 de junio. Pero eso suponía que no podría haber congreso antes de unas eventuales nuevas elecciones, en caso de que la investidura resulte fallida. Las federaciones críticas protestaron ayer y, de hecho, la reunión acabó sin acuerdo. Los principales barones deseaban unas fechas más cercanas: 24 de abril consulta y congreso a primeros de mayo. O, que en todo caso, que en el comité federal de este 30 de enero no se aprobara el calendario definitivo hasta ver despejada la cuestión de la gobernación del país.
Así llegaban las cosas a Ferraz esta mañana. Con disputa. Con el choque de siempre entre la dirección de Sánchez y los barones de mayor peso. Pero al final la bomba que podía haber contaminado el transcurso del comité federal se desactivó. Fue en la reunión de la ejecutiva, previa al comienzo del máximo órgano de decisión. En ella, se encontró una fórmula de acuerdo que satisficiera a todos: 8 de mayo consulta y del 20 al 22 el cónclave ordinario. Ni tan pronto como querían los críticos ni tan tarde como anhelaba Ferraz. Situado estratégicamente para que pueda caber antes de unas hipotéticas nuevas elecciones, que podrían caer en junio.
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