Los economistas en el Camino de Refugiados
Robert Shiller-Nóbel de Economía
NEW HAVEN - La crisis mundial de los refugiados de hoy recuerda el período inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Por una estimación contemporánea, había más de 40 millones de refugiados en Europa solamente. Estas "personas desplazadas", como se les llamaba en ese entonces, se vieron obligados a huir de sus hogares debido a la violencia, el traslado forzoso, la persecución y destrucción de la propiedad y la infraestructura.
La situación de posguerra extrema llevó a la creación en 1950 de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, que se esperaba que sólo sirven un mandato temporal, proteger a las personas desplazadas por tres años. Pero el problema nunca se fue. Por el contrario, el ACNUR no sólo está todavía con nosotros; está sonando una alarma.
En su 2015 informe de mitad de año, la agencia puso el número de personas desplazadas por la fuerza "" todo el mundo a 59,5 millones a finales de 2014, incluyendo 19.5 millones de desplazados a nivel internacional, lo que ellos definen como verdaderos refugiados. Algunos países - Afganistán, Azerbaiyán, Colombia, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Irak, Myanmar, Nigeria, Pakistán, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Ucrania - cada uno representaron más de medio millón de personas desplazadas por la fuerza a finales de 2014. El informe señala que el número total ciertamente había crecido sustancialmente desde entonces.
Por desgracia, el informe pone de relieve el carácter incompleto de nuestra comprensión del problema de los refugiados. De hecho, a lo largo de la historia, el destino de los refugiados que buscan asilo en otro país ha sido en gran parte sin estudiar. Los historiadores registran guerras, y mencionan las diásporas, pero rara vez muestran mucho interés en cómo surgieron las crisis de refugiados o se resolvieron.
En la medida que la historia la escriben los vencedores, que no es sorprendente. El conocimiento de que su país aterrorizó a una minoría hasta el punto de que sus miembros tuvieron que huir, o que una parte sustancial de los propios antepasados llegaron a la derrota y el pánico, no es exactamente una fuente inspiradora de la identidad nacional. Así que las historias, no escuchadas y no contadas, se pierden.
Es por eso que necesitamos más investigación sobre lo que puede y debe hacerse para los refugiados en el largo plazo. El ACNUR ha estado haciendo un trabajo importante en la protección de los refugiados, pero no puede hacer frente a sus necesidades por sí solo. Su presupuesto de $ 7000 millones en el año 2015 puede parecer grande, pero asciende a sólo alrededor de $ 100 por persona desplazada - no lo suficiente como para cubrir incluso los elementos esenciales como alimentos y refugio.
Como Presidente de la Asociación de Economía de América para el 2016, sentí la obligación moral de utilizar nuestra reunión anual a principios de este mes como un escenario en el que llamar la atención sobre los graves problemas económicos. Y la crisis de los refugiados, sea lo que sea, es un problema económico. Pero la escasez de trabajos que abordan se había presentado a la reunión. Así que decidí crear una sesión titulada Sesenta millones de refugiados, e invité a algunos de los más distinguidos estudiosos de nuestra disciplina en materia de migración. Les pedí que describir las dimensiones del problema de los refugiados en términos económicos, y proponer algunas políticas sensatas para hacerle frente.
Uno de los documentos, por Timothy J. Hatton, de la Universidad de Essex y la Universidad Nacional de Australia, examinaron los flujos de refugiados en todo el mundo, para ver lo que los impulsa. Hatton enfrenta un argumento popular contra la admisión de refugiados: que los solicitantes de asilo no son realmente desesperada, pero sólo están utilizando la crisis como pretexto para la admisión en un país más rico. Él encuentra que, contrariamente a algunas expectativas, los flujos de refugiados son impulsados en gran medida por el terror y abusos de derechos humanos políticos, no a las fuerzas económicas. La gente en el miedo por sus vidas corren al lugar seguro más cercano, no los más ricos.No hay escape del imperativo moral de ayudarlos.
Semih Tumen del Banco Central de Turquía presentó evidencia sobre el impacto de los 2,2 millones de refugiados sirios en el mercado laboral en la región fronteriza. El artículo de Tumen, también, adquiere un argumento frecuentemente utilizado para oponerse a la admisión de los refugiados: que los recién llegados tendrán empleos lugareños y bajar los salarios. Encontró que en el sector formal, puestos de trabajo para los lugareños en realidad aumentaron después de la llegada de refugiados, al parecer debido al efecto estimulante sobre la economía de la región. Si la investigación adicional respalda este hallazgo, los países en realidad podría acoger la afluencia de mano de obra.
Otro artículo, por Susan F. Martin, de la Universidad de Georgetown, describió la arbitrariedad de los procedimientos actuales de refugiados, pidiendo "marcos legales sobre la base de la necesidad de protección, en lugar de las causas desencadenantes de la migración." Pero la formulación de tales normas requiere un poco de cuidado pensamiento económico. Los autores de un sistema de refugiados deben tener en cuenta los efectos de incentivos las reglas 'de los propios migrantes y de los gobiernos de sus países de origen. Por ejemplo, nosotros no queremos que sea muy fácil para los tiranos para conducir las minorías no deseados fuera de su país.
Por último, Jeffrey D. Sachs, de la Universidad de Columbia se detalla un sistema nuevo e importante para la gestión de los refugiados. Sachs se ocupa de cómo tales normas de un sistema darán forma a las economías del mundo en el largo plazo. Él quiere un sistema de este tipo para evitar el fomento de una fuga de cerebros mediante la aplicación de un compromiso con la admisión de inmigrantes poco cualificados y desesperados, no sólo aquellos que son de gran utilidad para el país anfitrión. Por otra parte, la tasa de flujo debe ser regulada, y los economistas necesitan desarrollar una forma de asegurar la distribución equitativa de la carga entre los países.
Bajo las reglas de asilo al azar y arcaicas de hoy, los refugiados deben tomar riesgos enormes para llegar a la seguridad, y los costos y beneficios de ayudarlos se distribuyen caprichosamente. No tiene que ser así. Los economistas pueden ayudar mediante pruebas que se necesitan reglas e instituciones internacionales para reformar un sistema ineficiente y muchas veces inhumano.
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