Mariano Rajoy ampliará y reforzará su oferta de acuerdo de Gobierno constitucionalista que hace a Pedro Sánchez desde el 21 de diciembre con unos nuevos 'Pactos de la Moncloa' en los que cabrían todo tipo de reformas, incluidas las económicas, para garantizar la estabilidad política e institucional de España a largo plazo. Es lo que en la dirección del partido llaman "la oferta que el PSOE no podrá rechazar", porque incluirá parte de las contrarreformas judiciales y fiscales que los socialistas defienden.
En la dirección del PP empiezan a preparar a sus cuadros y bases con el mensaje de que la primera obligación del partido después de los resultados electorales del 20-D es salvar el marco constitucional y la unidad de España del "desastre" que supondría la formación de un Gobierno de izquierdas con añadidos de grupos separatistas como el que persigue Pedro Sánchez a toda costa. Para ello, los principales dirigentes transmiten la idea de que deben atraerse a los socialistas a la causa común, con la disposición a ceder en muchas cosas para pactar líneas y políticas concretas para toda la legislatura.
En concreto, en fuentes de los populares citan un acuerdo para negociar un programa común para su convalidación parlamentaria que constaría de siete puntos y en el que dan por hecho que también entraría el partido de Albert Rivera. En los citados medios consultados por El Confidencial, además de los aspectos ya esbozados por Rajoy en sus intervenciones, se habla de incluir una reforma general del sistema educativo, la revisión de lo que la izquierda llama 'ley mordaza' y algunos puntos más controvertidos de la política fiscal, para dar margen al PSOE de apuntarse tantos en defensa de sus bases electorales.
Sobre todo lo que afecta al ordenamiento del mercado laboral, las cesiones se reconocen más complicadas. Hay que buscar alguna fórmula para que los socialistas pudieran sostener que han conseguido cambiar la reforma, pero lo fundamental (coste del despido y flexibilidad en la negociación de convenios) no se puede tocar, porque sería contraproducente -dicen- para la recuperación económica y la creación de empleo, además de motivo de escándalo en las instituciones financieras y políticas, en Bruselas y Berlín. Dentro del PSOE,Jordi Sevilla consiguió durante unos días que Sánchez renunciara a la derogación total del actual marco legislativo laboral.
Evitar ser Grecia
Los Pactos de la Moncloa suscritos en octubre de 1977 entre casi todas las fuerzas políticas y agentes sociales por iniciativa de Adolfo Suárez sirvieron para garantizar la estabilidad económica y poner en marcha las reformas políticas más importantes que permitieron entrar después en la etapa constituyente. El empeño ahora de Mariano Rajoy es apuntalar la recuperación económica amenazada por la posibilidad de un Ejecutivo de extrema izquierda (PSOE, Podemos, IU más separatistas) en España al estilo de Syriza en Grecia, aunque sea a costa de admitir algunas de las medidas de contrarreforma y aumento del gasto que postulan los socialistas.
En el terreno más político, entre los siete puntos del guion para pactar, entraríala ley electoral con un sistema de doble vuelta en los comicios locales, como defendió el PSOE en su día, la financiación autonómica o la actualización del funcionamiento del Congreso y el Senado.
El entorno de Mariano Rajoy trata de buscar alguna fórmula para que los socialistas pudieran sostener que han conseguido cambiar la reforma laboral
Sobre la reforma constitucional que propugna Sánchez, el Partido Popular sigue a la espera de que el PSOE concrete algo más que los lugares comunes que repite y le invitarán otra vez a ello, pero siguen sin creerse que pretenda unaderogación de sus principios como sí busca Pablo Iglesias.
Los nuevos Pactos de la Moncloa (constitucionalistas, en defensa de la nación y para que España cumpla sus compromisos en la UE) que Rajoy quiere ofrecer al PSOE son la alternativa al plan contrario, el del Gobierno "progresista", que le hacen Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Para poner en marcha ese Ejecutivo también tendrían que pactar de alguna forma (sí o abstención) con Oriol Junqueras, Artur Mas o Íñigo Urkullu.
La formulación de esos nuevos acuerdos generales del centro derecha y socialdemócratas (dos tercios del Congreso) frente a populistas, comunistas y separatistas, será otro factor de presión del PP para que los socialistas hagan que Sánchez rectifique.
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