Sorprendió ayer el presidente de Rusia, Vladímir Putin, al criticar abiertamente el legado de Vladímir Lenin, el líder revolucionariobolchevique, fundador de la Unión Soviética. Es la segunda vez en pocos días en que el jefe del Kremlin habla en términos críticos sobre Lenin, una figura todavía venerada por parte de la sociedad rusa, especialmente por los comunistas. Aunque Putin se mostró cauto sobre la posibilidad de retirar el mausoleo con la momia de Lenin de la plaza Roja de Moscú, con sus palabras podría estar preparando a la sociedad rusa sobre una cuestión que desde el fin de la URSS el Kremlin siempre ha procurado evitar.
Putin denunció a Lenin y a su gobierno por la brutal ejecución del último emperador ruso, el zar Nicolás II, junto a su familia y sirvientes, por el asesinato de miles de sacerdotes y por colocar “una bomba de tiempo” al trazar dentro de la URSS fronteras administrativas que dividían a los pueblos.
Putin estaba ayer en Stávropol, en una reunión del movimiento pro-Kremlin Frente Popular Panruso. Allí desarrolló las ideas que ya expresó la semana pasada sobre la acción política y las ideas de Lenin.
El pasado 21 de enero, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Lenin, Putin presidió una reunión del Consejo Presidencial de Ciencia y Educación, en Moscú. El director del Instituto Kurchátov le pidió que comentara un poema de Borís Pasternak en el que el autor de Doctor Zhivago decía que Lenin quería asegurarse de que las ideas de todos fueran comunistas en lugar de actuar como un hombre de Estado.
“Gobernar con tus ideas como guía es correcto, pero sólo en el caso de que esa idea lleve a resultado correctos, no como ocurrió con Vladímir Ilich”, respondió Putin, citanto a Lenin por el patronímico. “Al final esa idea llevó a la ruina de la Unión Soviética”, añadió.
“Muchas de esas ideas, como la de dotar a las regiones de autonomía, colocaron una bomba atómica bajo el edificio del estado llamado Rusia, que más tarde explotó. Nosotros no necesitábamos una revolución global”, dijo Putin.
Cuando los comentarios del presidente ruso saltaron a las redes sociales rusas, el portavoz del Kremlin también expresó su opinión. “Todo el mundo, incluyendo el presidente tiene derecho a tener una opinión sobre el papel de uno u otro personaje histórico”, dijo Dimitri Peskov a la agencia Interfax, y pidió que no se tomasen sus palabras como una cuestión personal.
Las declaraciones de Putin sobre el papel de Lenin en la historia de Rusia han sido más negativas que en el pasado, y eso ha llamado la atención.
Ayer el mismo Putin reconocía sus simpatías por las ideas comunistas. “Si examinamos el código de los fundamentos del comunismo, recuerdan la Biblia. Las ideas son muy parecidas: libertad, igualdad, hermandad”, recordó el jefe del Estado ruso, subrayando que él no tenía ideas comunistas, pero que las miraba con respeto. Según el presidente ruso, él no tiró ni quemó el carné del Partido Comunista de la URSS, y todavía está en su casa.
Y cuando le preguntaron sobre qué hacer con la momia de Lenin, Vladímir Putin se manejó con pies de plomo. Señaló que esta cuestión hay que tratarla con cuidado, “para no dar ningún paso que divida a nuestra sociedad. Por el contrario, lo que debemos hacer es unirla”.
Un mausoleo con polémica
El último en pedir que se retire a Lenin del mausoleo de la plaza Roja y se le entierre ha sido el Partido Liberal Democrático, este mismo mes. El Partido Comunista siempre se ha opuesto. Una encuesta del Centro Levada del 2012 indicaba que el 53% de los rusos estaban a favor.
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