El pacto PP, PSOE y Ciudadanos se hace un hueco en el Congreso
En apenas 15 días los tres partidos han pactado los puestos de la Mesa del Congreso y la disposición de los diputados y los grupos en el hemiciclo.
Hemiciclo del Congreso de los Diputados
Gustavo García / 27-01-2016 • 09:05
La propuesta del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, de una gran coaliciónparece que se ha hecho, poco a poco y casi de puntillas, un hueco en el Congreso de los Diputados. En apenas 15 días PP, PSOE y Ciudadanos han pactado los puestos de la Mesa del Congreso y la disposición de los diputados y los grupos en el hemiciclo. Unas decisiones que ha criticado duramente Podemos.
A la espera de conocer el resultado de la segunda ronda de contactos que el Rey arranca hoy con los partidos tras el ‘no’ de Rajoy a la investidura, y más allá de las declaraciones públicas, lo que está quedando claro es que PP, PSOE y Ciudadanos empiezan a limar asperezas en el Parlamento. Así se puso de manifiesto ayer en la Mesa del Congreso.
Este órgano, en el que PP y Ciudadanos tienen mayoría, aprobó la nueva distribución de los escaños y los grupos. Y lo hizo con el apoyo de populares y de los diputados de la formación naranja. Incluso, la propuesta de Celia Villalobos de enviar a Podemos al ‘gallinero’ ha contado con el voto favorable de la vicepresidenta segunda de la Cámara, la socialista Micaela Navarro.
Mientras que, según fuentes parlamentarias, el presidente del Congreso, Patxi López, no votó para intentar mantener una posición institucional y en un intento de buscar otra solución con acuerdo en las próximas semanas, Navarro, que es la presidenta del PSOE, apoyó esta distribución.
Esto se suma al pacto hace dos semanas en torno al reparto de los puestos de la Mesa del Congreso. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, alcanzaron el pasado día 12 de enero un acuerdo para convertir a Patxi López en el presidente del Congreso, al que Mariano Rajoy se sumó y renunció a presentar batalla por el puesto. De esta manera, los populares se garantizaron tres puestos clave en la Mesa (dos vicepresidencias y una secretaría), mientras que socialistas, Ciudadanos y Podemos se quedaron con dos sillas cada uno.
En la práctica, un ‘acuerdo a tres’ en el que los de Rivera negociaron, por un lado, con el PSOE, y, por otro, con el PP y cuyo resultado ha sido que un socialista presida la Cámara baja y que haya mayoría conservadora en la Mesa.
El peor parado en ambos pactos ha sido Podemos. Pablo Iglesias rechazó unirse a este último acuerdo porque socialistas, populares y Ciudadanos se opusieron a su petición de tener cuatro grupos diferentes: el de Podemos y uno para cada una de las candidaturas presentadas en Galicia, Cataluña y Valencia. Algo que al final ‘tumbó’ la propia Mesa.
“Parece que PP, Ciudadanos y PSOE han acordado repartirse la Mesa del Congreso. Los 3 del búnker comienzan a cabalgar”, afirmó el líder de Podemos en su cuenta personal de Twitter sobre el mencionado acuerdo.
Y estas críticas se repetían ayer después de que los diputados de la formación morada, a pesar de ser el tercer partido más votado en las elecciones generales, quedaran relegados a las últimas filas. El portavoz de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, calificaba esta decisión de “cacicada”, ya que “manda a los diputados de cinco millones de personas que votaron por el cambio al gallinero”.
“Es un claro fraude a lo que votaron los españoles”, afirmaba Errejón, que señalaba que “los acuerdos de la gran coalición sirven para que las cosas no cambien y para que las instituciones se blinden contra el cambio”.
A la espera de conocer el resultado de la segunda ronda de contactos que el Rey arranca hoy con los partidos tras el ‘no’ de Rajoy a la investidura, y más allá de las declaraciones públicas, lo que está quedando claro es que PP, PSOE y Ciudadanos empiezan a limar asperezas en el Parlamento. Así se puso de manifiesto ayer en la Mesa del Congreso.
Este órgano, en el que PP y Ciudadanos tienen mayoría, aprobó la nueva distribución de los escaños y los grupos. Y lo hizo con el apoyo de populares y de los diputados de la formación naranja. Incluso, la propuesta de Celia Villalobos de enviar a Podemos al ‘gallinero’ ha contado con el voto favorable de la vicepresidenta segunda de la Cámara, la socialista Micaela Navarro.
Mientras que, según fuentes parlamentarias, el presidente del Congreso, Patxi López, no votó para intentar mantener una posición institucional y en un intento de buscar otra solución con acuerdo en las próximas semanas, Navarro, que es la presidenta del PSOE, apoyó esta distribución.
Esto se suma al pacto hace dos semanas en torno al reparto de los puestos de la Mesa del Congreso. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, alcanzaron el pasado día 12 de enero un acuerdo para convertir a Patxi López en el presidente del Congreso, al que Mariano Rajoy se sumó y renunció a presentar batalla por el puesto. De esta manera, los populares se garantizaron tres puestos clave en la Mesa (dos vicepresidencias y una secretaría), mientras que socialistas, Ciudadanos y Podemos se quedaron con dos sillas cada uno.
En la práctica, un ‘acuerdo a tres’ en el que los de Rivera negociaron, por un lado, con el PSOE, y, por otro, con el PP y cuyo resultado ha sido que un socialista presida la Cámara baja y que haya mayoría conservadora en la Mesa.
El peor parado en ambos pactos ha sido Podemos. Pablo Iglesias rechazó unirse a este último acuerdo porque socialistas, populares y Ciudadanos se opusieron a su petición de tener cuatro grupos diferentes: el de Podemos y uno para cada una de las candidaturas presentadas en Galicia, Cataluña y Valencia. Algo que al final ‘tumbó’ la propia Mesa.
“Parece que PP, Ciudadanos y PSOE han acordado repartirse la Mesa del Congreso. Los 3 del búnker comienzan a cabalgar”, afirmó el líder de Podemos en su cuenta personal de Twitter sobre el mencionado acuerdo.
Y estas críticas se repetían ayer después de que los diputados de la formación morada, a pesar de ser el tercer partido más votado en las elecciones generales, quedaran relegados a las últimas filas. El portavoz de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, calificaba esta decisión de “cacicada”, ya que “manda a los diputados de cinco millones de personas que votaron por el cambio al gallinero”.
“Es un claro fraude a lo que votaron los españoles”, afirmaba Errejón, que señalaba que “los acuerdos de la gran coalición sirven para que las cosas no cambien y para que las instituciones se blinden contra el cambio”.
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