El que hasta ahora era el principal protector internacional del régimen de Bashar Al Assad podría haberse cansado de él. Según publica este viernes el diario 'Financial Times', el coronel-general Igor Sergun, siguiendo órdenes de Vladimir Putin, habría viajado a Damasco a principios de mes para pedirle a Assad que renuncie al poder. Los detalles del encuentro, asegura el rotativo británico, le habrían sido proporcionados por dos oficiales de inteligencia occidentales. El Presidente sirio, no obstante, habría rechazado de plano la petición rusa.
De confirmarse, el deseo de Moscú de apartar a Bashar Al Assad del liderazgo en Siria podría obedecer a varias razones. La primera y más obvia es que su participación en un futuro gobierno sirio continúa siendo inaceptable para la mayoría de los grupos insurgentes, que sin embargo estarían dispuestos a negociar con otros sectores del régimen. El próximo lunes está prevista una nueva ronda de conversaciones de paz en Ginebra, en las que nadie espera grandes avances.
Al deseo ruso de acabar con el conflicto contribuye el coste económico que para Rusia está teniendo la intervención bélica en Siria y las sanciones occidentales: esta misma semana la cotización del rublo llegó a alcanzar un mínimo histórico de más de 80 respecto al dólar. Y aunque el Presidente ruso ha visto cómo su popularidad se disparaba a los pocos días de anunciar los bombardeos rusos en el conflicto sirio, también ha creado un incipiente movimiento de oposición al aventurerismo militar del Gobierno ruso.
“El señor Putin ha echado un vistazo bajo la boina del régimen sirio, y se ha encontrado con muchos más problemas de los que estaba pidiendo”, afirma uno de los oficiales de inteligencia citados por el 'Financial Times'.
El diario, además, indica que Moscú ya habría estado buscando un sustituto para Assad desde hace algún tiempo. El artículo cita a Joshua Landis, uno de los principales expertos del mundo sobre Siria, quien explica cómo Abdelaziz Al Kheir, un importante disidente alauí -la misma comunidad a la que pertenecen los Assad-, habría viajado a Moscú y Pekín en 2012, en posibles conversaciones exploratorias con las autoridades de esos países. “Parecía claro para todo el mundo que estaban chequeándole como un posible reemplazo alauí al régimen actual que pudiese tranquilizar a la comunidad alauí”, afirma Landis. Sin embargo, a su regreso a Damasco, Al Kheirdesapareció tras ser detenido en el aeropuerto por las autoridades sirias. “Un signo de que Assad no iba a permitir a Rusia elegir el próximo Presidente”, dice Landis.
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