Fallece el Comandante Robert, el asturiano que fue un estandarte de la resistencia antifascista

José Antonio Alonso Alcalde, nacido en El Entrego en 1919, muere en Francia, donde recibió los mayores honores de la República

El gran héroe de la resistencia antifascista, el asturiano José Antonio Alonso Alcalde, ha fallecido en Agen (Francia) a los 95 años de edad. Estandarte de la resistencia republicana española en Francia, había nacido en El Entrego en 1919 en un día emblemático, el 14 de abril, en el barrio de Fradera. Combatiente contra la ocupación nazi de Francia, entre la Resistencia era conocido como el Comandante Robert, un apodo que le acompañó hasta el final de sus días. Sus honores son inabarcables: Caballero y Oficial de Legión de Honor de Francia, Caballero de la Legión de la República Polaca, Medalla de Lealtad a la República Española, Roseta del Primer Orden Nacional francés o ciudadano de Honor de la ciudad francesa de Foix son algunas de las recibidas por Alonso Alcalde. El Ayuntamiento de Gijón le puso su nombre a un parque situado en el barrio de Contrueces.

A los cuatro años de edad, en 1923, tuvo que emigrar a Cataluña junto a su familia. Su padre, ferroviario, marchó en busca de trabajo. En Tarragona le sorprende el alzamiento y el comienzo de la Guerra Civil. A los 17 años se alista en las milicias republicanas que defendían la legalidad democrática y se afilia a las Juventudes Socialistas Unificadas. Participó en la batalla del Segre y en la campaña de Cataluña. Ante el derrumbe del frente de guerra republicano inicia junto a su batallón (era sargento de Estado Mayor) la retirada rumbo a Francia. Allí fueron retenidos en el campo de internamiento de Argeles sur Mer y Saint Cyprien. Poco después es destinado a las compañías de trabajo (Servicio de Trabajo Obligatorio) donde participa en la construcción de trincheras y carreteras en la Línea Maginot.

En 1942 se incorpora al XIV Cuerpo de Guerrilleros y al año siguiente, este entreguín, que militaba en el Partido Comunista es nombrado Jefe del Estado Mayor de la Tercera Brigada de Guerrilleros españoles en el sur de Francia. Su misión: realizar sabotajes y golpes de mano contra las tropas de ocupación nazi; unos 300 guerrilleros que lucharon contra la ocupación alemana hasta la liberación del país. En Saint-Étienne es detenido por la policía de Vichy tras sorprenderle con unas octavillas. Le suben a un autobús con otros compañeros, pero logra fugarse y evitar el campo de concentración nazi de Mauthausen. A partir de ahí, tras librarse de una muerte casi segura, Alonso (en la foto en el centro, con gorra, de pie) se integra en la Resistencia enviado por el partido comunista.

En el departamento de Ariège, en la región del Mediodía-Pirineos, vuelve a combatir y lo hace en una brigada compuesta por tan sólo siete guerrilleros españoles. Da un golpe en una pequeña caja postal de la ciudad de Lavelanet y regresa con un gran botín para entonces, 335.000 francos, que entrega a la organización.

Y no solo eso: el Comandante Robert se pone a la cabeza de la toma de la ciudad de Foix el 23 de agosto de 1944, y el posterior apresamiento de una columna de 1.350 soldados, entre los que había mongoles y turquestanos que se habían pasado a los alemanes. La guarnición alemana opta por rendirse tras cuatro horas de lucha. Además participa en los combates de Rimont-Prayols y Castelnau-Durban, con lo que se logra la liberación del departamento de Ariège.

El último capítulo militar de Alonso tuvo lugar en la frustrada invasión del valle de Arán (Cataluña) en 1944. Respondía así al deseo de un grupo de dirigentes exiliados que creían posible un movimiento como el que había liberado Francia. En esa zona se pretendía abrir una cabeza de puente que permitiera instalar el gobierno de la república en el exilio. De este modo pensaban que recibirían, por su protagonismo en la Segunda Guerra Mundial, la ayuda necesaria para derribar al régimen franquista. Al fracasar la operación, el Comandante Robert regresa a Francia donde permaneció exilado hasta la muerte de Franco.

Alonso Alcalde fue un defensor de la III República a la que aspiró desde la muerte del dictador. Muy activo en su reivindicación de la memoria republicana española en Francia y crítico con la legitimidad de la Transición, mostraba un creciente pesimismo lúcido sobre nuestra época.