La crisis hace perder a los jubilados casi el 7% de su poder adquisitivo
- La pensión media se sitúa en 14.182 euros, pero debería ser unos 14.700
- Desde 2009 se revalorizaron un 3% mientras los precios subieron el 9,8%
Es el colectivo al que más han cuidado los dos últimos Gobiernos y, sin embargo, la crisis también se ha cebado con ellos. Los jubilados pensionistas han cedido desde el año 2009 casi el 7% de su poder adquisitivo, merced a un incremento de sus prestaciones de apenas el 3% en estos siete años y un aumento de los precios del 9,8%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y teniendo en cuenta la inflación cero en que ha terminado el año 2015.
La pensión de jubilación media en España asciende actualmente a 14.182 euros anuales, tal y como desgranó recientemente el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Tomando como base esa cantidad, y teniendo en cuenta las revalorizaciones aplicadas en los últimos años por los ejecutivos de Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, un jubilado con esa prestación cobraba, a principios del año 2009, en torno a 13.761 euros, un 3% menos que actualmente. Esa cantidad, si se hubiera ido subiendo conforme al incremento de los precios, ascendería este mismo año a los 14.688 euros, 506 euros más alta que la cifra actual.
Después de legislatura y media de fuertes subidas en las prestaciones, el expresidente Rodríguez Zapatero se vio obligado en el año 2010 a anunciar una congelación de gran parte de las pensiones por la crisis de deuda y la necesidad de ajustar el déficit, que en nuestro país se había ido por encima del 11%. Fue el primer gran susto que recibieron los más mayores, en un año en el que además, y según el INE, los precios crecieron más del 3%.
Pero tras ese primer tijeretazo llegaron muchos más. De 2011 a 2012, justo en el periodo en el que Rajoy sucedió a Zapatero en La Moncloa, las prestaciones por jubilación apenas se revalorizaron un 1%, con el IPC subiendo el 2%. Después, y con el Ejecutivo del PP, las pensiones han ido revalorizándose un 0,25% anual; primero por Decreto y después por imperativo legal, cuando el Gobierno aprobó una nueva reforma del sistema para impedir que el gasto se disparara (se decidió limitar las futuras subidas al IPC más el 0,25%).
Así, los casi 5,7 millones de beneficiarios de pensiones por jubilación, según los datos del propio Ministerio de Empleo, llegaron exhaustos al año 2013. Solo desde entonces, merced a la recuperación económica, a la menor presión del déficit y a la inflación (negativa en 2014 y del 0 en 2015), los pensionistas han podido recuperar una mínima parte del poder adquisitivo perdido con la crisis.
Un problema acuciante
La pérdida de poder adquisitivo de estos años es solo un aviso de lo que puede estar por llegar. El gasto en pensiones supera ya los 135.000 millones de euros anuales para casi 10 millones de beneficiarios (sumando a los beneficiarios de pensiones no contributivas), y todo ello pese a las dos reformas que impulsaron Zapatero y Rajoy. La primera de ellas ha motivado que la edad de retiro haya aumentado ya hasta los 65,4 años, y la segunda ha limitado revalorizaciones más bruscas que las de los últimos años.
Nada ha logrado impedir que esa partida haya crecido en 23.000 millones anuales en apenas cinco años (en los Presupuestos para 2011 se destinaron 112.000 millones al pago de esas prestaciones). El brutal crecimiento de esa partida y la pérdida de reservas de la llamada hucha de las pensiones, ahora por debajo de los 40.000 millones, ha llevado incluso al Gobierno a plantear la posibilidad de que viudedad y orfandad se financien de otra manera. Un debate que se abrirá en la nueva legislatura y que se traducirá, casi con seguridad, en más impuestos... o mayor pérdida de poder adquisitivo.
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