El primer pacto de la XI Legislatura se consumó el pasado miércoles cuando PP, PSOE y Ciudadanos entregaron la Presidencia del Congreso de los Diputados aPatxi López. A cambio los populares recibieron tres asientos en el órgano de gobierno de la Cámara Baja y el equipo de Albert Rivera se hizo con dos secretarías cuando la artimética permitía incluso que no recibiera ninguna silla. Sólo el PP intentó que aquello actuara como la semilla de una futura alianza para la investidura. El jefe del Ejecutivo en funciones hizo un llamamiento a los partidos constitucionalistas refrendando su propuesta de gran coalición, como volvió a remachar Mariano Rajoy este sábado desde Zamora.
Los socialistas, sin salirse de su postura habitual, niegan enérgicamente esa posibilidad y Ciudadanos insiste en que el entendimiento en la Mesa del Parlamento no permite sacar "otras conclusiones" de cara al próximo Ejecutivo. Sin embargo, lo que sí pareció convertirse en una realidad, como reconocen fuentes socialistas, es la buena sintonía que en los últimos días se ha ido produciendo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera. O mejor dicho, entre ambas formaciones. Y eso que en campaña se hartó de reiterar que Ciudadanos era la "nueva derecha", homologable al PP, sus "Nuevas Generaciones".
Rivera y Sánchez se vieron por primera vez tras las elecciones generales del 20-D el pasado 8 de enero, y ya encauzaron el acuerdo para la Mesa. Dos días más tarde, el secretario general le trasladó formalmente la candidatura de Patxi López a la Presidencia. Y el lunes pasado, cuando ya se vislumbraba el entendimiento definitivo entre las dos fuerzas, Sánchez amplió su abanico de potenciales aliados, al citar de forma explícita a Ciudadanos. Busca el pacto con Albert Rivera y con Pablo Iglesias, proclamó. "Estamos obligados a entendernos y tenemos que entendernos las fuerzas del cambio. Es lo que estamos ofreciendo los socialistas tanto a la izquierda como a la nueva derecha que puede representar Ciudadanos. Tenemos puntos en común y nos une el cambio", ha reiterado en los últimos días.
El secretario general ha proclamado que quiere “entenderse“ con los dos nuevos partidos, porque los tres representan “el cambio“ en España
Sobre el papel, podría ser la combinación más sencilla: el 'sí' de los 69 diputados de Podemos y sus alianzas territoriales y también de IU y la abstención de Ciudadanos daría a Sánchez la investidura. Otra fórmula que la dirigencia del PSOE concibe como "más deseable" bascula en torno al 'sí' de los 40 diputados naranjas y la abstención de Iglesias y sus confluencias. Pero la aritmética, en este caso, sería más enrevesada, ya que para conseguir mayoría simple necesitaría el apoyo de IU, PNV, Coalición Canaria y alguna de las fuerzas independentistas (ERC, Democràcia i Llibertat y Bildu), contando con el rechazo del PP. Una tercera alternativa, que a Sánchez le provocaría seguros desgarros internos, es el respaldo de Podemos, IU y PNV y la abstención de al menos una de las formaciones soberanistas.
Asustados por el "circo"
Tras alcanzar el acuerdo para la Mesa, el líder y su equipo se afanaron en remachar que el pacto se había sellado con Rivera, y no con el PP, aunque no quiso adelantar si eso allanaba el entendimiento para la investidura. Pero cuando los diputados socialistas contemplaron el "circo" desplegado por la formación morada en la constitución del Congreso, muchos pensaron que sería complicado un acuerdo con Iglesias, y que sería "un camino a explorar" arrancar el apoyo de C's. Pero Sánchez no ha querido cerrarse ninguna puerta.Ni a izquierda ni a derecha. Con el único 'no' claro al PP.
También el partido nacido en Barcelona dio muestras de la misma sintonía hacia el PSOE. En plenas negociaciones por la composición de la Mesa, altos cargos de Ciudadanos reconocían ya que el perfil de Patxi López "encajaba" con el perfil institucional que ellos defendían para la presidencia y destacaron los "atributos y la trayectoria" del exlehendakari. La intervención de López el día en que se constituyeron las Cortes gustó en el seno del partido naranja, que compartió gran parte del mensaje del socialista, especialmente cuando destacó la necesidad de buscar "más lo que nos une y no lo que nos separa". Uno de los grandes ejes del ideario ciudadano.
De hecho, en la primera intervención de Rivera al día siguiente, el presidente de Ciudadanos no escatimó en menciones a López apelando al consenso y respaldando el contenido de su alegato. El líder naranja aprovechó además para distinguir el "PSOE con el que nos entendimos para la Mesa" y el PSOE "que va con Podemos y las mareas", lanzando un mensaje muy claro al jefe de Ferraz: "Nosotros nunca vamos a estar en eso". A pesar de que los dos partidos iban cada vez más encaminados hacia el buen entendimiento, como reconocen 'sottovoce' miembros de ambos, la luna de miel se rompió el jueves por la noche después de que el PSOE cediera dos senadores a ERC y otros dos CDC para que lograran un grupo propio.
C's no ha ocultado su simpatía con Patxi López y también saboreó el pacto de la Mesa. Pero la luna de miel se ha roto con lo que califica de “fraude de ley“
Aunque la cesión de parlamentarios en la Cámara Alta está considerada como tradición y se debe a la "cortesía parlamentaria" de los grandes partidos a los más pequeños, como explicó el portavoz socialista en el Senado, Óscar López, fuentes internas de Ciudadanos insisten en que el escenario político actual no es el de anteriores legislaturas y consideran un desacierto total la iniciativa de Sánchez. El diputado Miguel Gutiérrez, artífice en gran parte de los acuerdos alcanzados en la Mesa, llegó a tildar de "fraude de ley" la cesión y se mostró partidario de que estos movimientos sean prohibidos de cara al futuro para formar un grupo parlamentario.
Fractura con Podemos
Sin duda, los "vaivenes y bandazos" de Sánchez han alejado en gran parte al grupo naranja, según explican varios de sus miembros, que además acusan a la formación socialista de no ir en la linea de lo expresado el miércoles por Patxi López. "No entendemos cómo puede dar espacio a ERC, que ya ha advertido que quiere seguir adelante con la autodeterminación", señalan fuentes de C's. Y la decepción no sólo ha llegado al posible aliado del PSOE por la derecha. También su hipotético socio de la izquierda ve ya prácticamente inviable un acuerdo con los socialistas.
La formación morada también se siente decepcionada con el PSOE y le llama “veleta“, porque predica diálogo con la izquierda y luego pacta con la derecha
Los dirigentes de Podemos reconocen verse ahora "mucho más lejos" de los socialistas después del acuerdo logrado en la Mesa. "Primero Sánchez viaja a Portugal hablando de una futura alianza de izquierdas y después pacta con PP y Ciudadanos para darles la mayoría" [en el órgano de gobierno del Congreso], criticó el número dos de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón. A pesar de que Podemos había dicho hasta el momento "tener la mano tendida" para el PSOE con el objetivo de que los populares no se mantengan en La Moncloa, y sin marcar "ninguna línea roja", la realidad es que la fractura entre los dos partidos de la izquierda española es ya una realidad. Iglesias ha apuntalado la imagen del "trío del búnker" de PP-PSOE-C's, ha confesado sentirse "muy decepcionado" con Sánchez tras el pacto en la Mesa, que calificó incluso "de vergüenza". Palabras que Sánchez calificó de "pataleta" de "niño pequeño".
Iglesias ha protagonizado diversos gestos de distanciamiento. El último, este sábado, en acto elecoral en Lisboa con la candidata presidencial del Bloco, Marisa Matías. Dijo que "las posturas que dominan en el PSOE" son las de los "intransigentes que prefieren seguir pactando con la derecha", y cargó contra el secretario general por sus cambios: "Pedro Sánchez un día dice Portugal y cuando vuelve a España prefiere decir Alemania". Y puso en la coctelera el polémico traspaso de senadores: "El PSOE dijo que no se podía sentar a la mesa con las formaciones políticas que defendían la independencia de Cataluña" y después "ha permitido a estas formaciones que tengan grupos parlamentarios", cuando rechazó que Podemos se desdoblara en cuatro, así que lo que el líder del partido morado pide al PSOE es "coherencia", informa Europa Press. "Por desgracia, en nuestro país tenemos un Partido Socialista que aplica líneas rojas y que funciona como una veleta. Unos días dicen una cosa y otros días dicen otra", lamentó, comparándolo con el PS luso que sí ha pactado con el Bloco y con los comunistas.
"El tiempo de Mariano Rajoy"
Sánchez, pese a las patentes dificultades, no cejará en su empeño de intentar armar un Gobierno de izquierdas, como indican en su equipo. Aunque ahora es "el tiempo de Mariano Rajoy", reiteran, para subrayar que el foco debe situarse en los movimientos del PP. De hecho, el secretario de Organización, César Luena, pidió este sábado al presidente en funciones que "salga de la siesta" y explique su plan para España, y a la vez reafirmó su 'no' a los populares y su intención de liderar un Gobierno "reformista" y "progresista".
Ya antes de la campaña Sánchez tropezó con la advertencia interna de que no convenía apoyarse en dos muletas, a izquierda y derecha. Pero las matemáticas son las que son en el Parlamento salido del 20-D. En el círculo del secretario general son conscientes de que deben equillibrar entre Podemos y C's para poder atraerse a ambos, pero creen que lo conseguirán. "El PSOE ha conseguido cosas más difíciles aún en nuestra historia. Vamos a hacerlo bien", indica una dirigente de primer nivel de la ejecutiva federal. "Los dos emergentes se alejan tácticamente, aunque no sabemos aún qué pasará porque es muy pronto. Podemos no quiere cargar con la culpa de dejar gobernar al PP, y C's no quiere elecciones ni muerto. El PNV puede apoyar y algunos de los independentistas pueden querer aproximarse para dar una solución al problema catalán. Nosotros no queremos sus votos, pero a ellos les puede interesar", añade una integrante de la dirección.
Algunos dirigentes de la ejecutiva ven “más deseable“ un entendimiento con Ciudadanos, aunque la aritmética es en principio más complicada
Ferraz preserva el optimismo y pide, en todo caso, ir "partido a partido", como le gusta repetir a Sánchez. Pero el escepticismo sí crece en las federaciones, que siguen viendo que la única salida posible son unas nuevas elecciones. Los barones críticos recelan del secretario general y de sus futuras maniobras para amarrar un pacto de Gobierno. Y se han agitado de nuevo tras el préstamo de los senadores a ERC y DiL, del que no fueron informados previamente.
"La aritmética puede llegarnos, pero eso no es política. Tendríamos que hacertantos cambalaches que podemos acabar con el rostro en el asfalto. Estirar el chicle no sirve para nada", indican fuentes cercanas al presidente del Principado, Javier Fernández, que recuerdan que ya era "imposible" poner de acuerdo a IU y UPyD en la anterior legislatura, "así que si hay más socios es un carajal". En los territorios anticipan que el diálogo con Podemos será más complicado ahora, porque se les ha irritado doblemente, con el acuerdo de la Mesa y con el préstamo de senadores. "Al tener que buscar el pacto a izquierda y derecha -analizan desde el entorno del president valenciano, Ximo Puig-, no consigues nunca achicar el agua y te pones a dar vueltas. ¿Pero qué le importa eso al marinero que no tiene rumbo? Pedro está desnortado".
¿Es posible sumar a Podemos y C's?
Un veterano, muy buen conocedor de las tripas del partido, porque ha estado en la sala de máquinas del partido, del Gobierno y del Congreso, está convencido de que la suma es imposible, porque C's, pese a temer la repetición de los comicios, no puede apoyar a quien es "su antagonista". "Comparten la lucha por la corrupción con Podemos, pero no coinciden en nada más, ni en la política económica ni en la social. Ahora bien, Pedro debe intentar el acuerdo con todas sus fuerzas", agrega. "Ambos son agua y aceite. No pueden sumar nunca. Sería la muerte para los dos", analiza un importante barón.
Los barones recelan de las maniobras de Sánchez y creen más posible ir a elecciones. El líder insiste en que lo intentará y que serán otros los que digan 'no'
La estrategia del líder socialista es clara. Que se vaya quemando Rajoy, que luego entrará en escena él mismo, y si hay que ir a nuevas generales, que sean los demás los que digan 'no', los que asuman el coste. La única garantía de que el PSOE no se hunda más. "Yo intentaré hacer un Gobierno progresista e Iglesias tendrá que responder 'sí' o 'no'", dijo el jueves.
La dirección federal, por tanto, insiste en que hay una salida plausible que debe aprovecharse, que aunque los dos emergentes sean formaciones antagónicas, han de darse cuenta de que "la regeneración democrática y la agenda social no pueden esperar", y con esa intención Sánchez presentó el pasado jueves en el Congreso una batería de 17 iniciativas con la que pretendía medirse con sus potenciales socios y al mismo tiempo situar el foco en las políticas, para demostrar que en ellas los tres no están tan lejos. Sin embargo, los barones temen que el acuerdo venga más por el flanco del independentismo catalán. "Después de estos días de ruido interno, ha aflorado el verdadero debate, el cómo nos relacionamos con los soberanistas. Si no hemos podido explicar la cesión de senadores, ¿cómo vamos a explicar que recibimos el apoyo de aquellos que quieren romper España? Es imposible sumar sin desvirtuar el proyecto", manifiesta un barón de mucho peso a El Confidencial.
Una vía que puede facilitar el entendimiento con Podemos es que cuaje unacuerdo del PSC con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, impulsora de En Comú Podem. Pero aún queda mucho camino todavía por recorrer, advierten, hasta el debate de investidura de Sánchez. "Cuanto más difíciles parecen las cosas, más cercano está todo", apostillan en Ferraz. Con la confianza de que el diálogo y el pavor a unas nuevas elecciones, que no son pista segura para nadie, afiance el camino de Sánchez a La Moncloa.
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