El dividendo de Telefónica en el punto de mira: los analistas avisan que peligra el objetivo de 2016
La teleco tiene como objetivo repetir con una retribución al accionista de 0,75 euros por título
- El Brexit y el nivel de endeudamiento dificultan mantener esta meta con el dividendo
- Álvarez-Pallete confirmó el objetivo, pero según Bloomberg estaría dispuesto a una rebaja
- Las acciones de Telefónica se han visto presionadas en los últimos tiempos con el Brexit, Latam, la deuda...
Telefónica está en una encrucijada con su dividendo. Cumplir la promesa realizada a los accionistas, o rebajarlo para apuntalar su balance y reducir su nivel de endeudamiento, asegurando así mantener sus notas crediticias por parte de las agencias de rating. La teleco vive un momento delicado, con presión para sus acciones por la debilidad económica de Latinoamérica, la venta fallida de O2 y la incertidumbre que deja el Brexit, y su nivel de apalancamiento. Los títulos de la empresa presidida por José María Álvarez-Pallete se dejan un 15% en el acumulado del año, con un descenso algo mayor que el del Ibex 35. Este martes cae en torno a un 0,3% en la apertura.
Los accionistas de Telefónica llevan tiempo sin tranquilidad. La blue chip española, tras dos años de subida en bolsa, se dejó más de un 7% el pasado año. Entonces el principal riesgo era Latinoamérica, ante la desaceleración de la región en general, y la recesión de Brasil en particular, donde obtiene casi la mitad de sus ingresos, lo que supone un riesgo que se agudizó cuando Brasil perdió el grado de inversión por parte de las agencias de rating y que aún se mantiene. "Es muy posible un recorte del dividendo, y se venderá como fortaleza para potenciar el futuro de las cuentas de Telefónica. Creo que le saldrá bien", explica a Bolsamanía el analista Ramón Morell, de ETX Capital.
Pero este año el protagonismo en cuando a presión sobre las acciones se refiere está en Reino Unido, ante la posibilidad de que hubiera un Brexit, algo que finalmente se materializó el 23 de junio en el referéndum. La exposición de Telefónica al país es alta a través de su filial O2, uno de los grandes operadores británicos de telecomunicaciones que fue adquirido por la firma española en 2006. Este año, Bruselas vetó el acuerdo al que había llegado con el grupo chino CK Hutchison Holdings para su venta por 12.500 millones de libras, justificando el bloqueo en asegurar la competencia en el mercado de Reino Unido.
A esto hay que sumar el grado de endeudamiento del grupo presidido desde abril por Álvarez-Pallete en sustitución de César Alierta tras 15 años al frente. La deuda neta financiera se sitúa en 50.213 millones de euros a marzo de 2016, con un incremento respecto a diciembre en 292 millones de euros, y un ratio de endeudamiento (deuda neta sobre OIBDA -resultado operativo antes de amortizaciones-) que se sitúa en 3,02 veces. Si se hubiera concretado la venta de O2, habría bajado a 2,52 veces.
Así lo reflejaban los resultados trimestrales, que mostraban también un beneficio entre enero y marzo de 775 millones de euros, con un descenso respecto a los tres primeros meses del año anterior del 56,9%. Cifras afectadas "por la depreciación de los tipos de cambio", afirmaba la teleco. Es decir, la exposición a Reino Unido y a Brasil, con la evolución respectivamente de la libra y el real, mermaron los resultados de la firma española.
"Vamos a tener más presión en el futuro inmediato sobre las acciones, ya que hay incertidumbre en torno a las economías de Latinoamérica y en Reino Unido no sabemos cómo se va a desarrollar el Brexit", opina Ramón Morell. No obstante, "a medio plazo, seguramente a lo largo de la segunda mitad del año, este ambiente se irá despejando y es previsible un repunte de los títulos de Telefónica. Creemos que es un valor para comprar", agrega el experto.
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