Otro aldabonazo más en la lista de quejas que se acumulan estos últimos días en torno al ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, convertido en el cortafuegos del denominado 'caso Soria'. No es el primero y, con toda seguridad, no será el último de los altos cargos de un Gobierno que se dejan tentar por la posibilidad de escribir y publicar una versión edulcorada de su gestión al frente de una cartera ministerial. Pero la oportunidad del momento elegido, con él aún en el cargo y cuando todavía resuena el eco del debate político en torno al exministro de Industria, no parece el más acertado. Ni lo entienden en el banco azul del Gobierno ni en buena parte de las filas del PP.
Y es precisamente ese don de la oportunidad, con sus críticas a la reacción del PP cuando estalló el escándalo de las 'tarjetas black', unido a esas medallas muy personales en el terreno de la gestión económica que se atribuye el propio De Guindos lo que más ha sorprendido en buena parte del equipo económico del Gobierno. Oficialmente, no se van a cargar las tintas contra él pero, 'sottovoce', la perplejidad es manifiesta. "Debería haber esperado a dejar de ser ministro para publicarlo", reconocen en estos círculos vinculados al equipo económico. Círculos que, en buena parte, consideran que Guindos ha tratado siempre de ensalzarse de forma individualista en los logros conseguidos por el Gobierno en materia económica y olvidando que se trata de un mérito colectivo de varios ministerios. Una forma de defender su trabajo que ven refrendada ahora con la publicación de este texto. Sea como fuere, la presentación oficial está convocada para el próximo miércoles y, en ella, Guindos estará arropado por Mariano Rajoy, la figura en la que se escuda a lo largo del libro para ejecutar con firmeza algunas de sus decisiones.
A Guindos le han precedido en la publicación de sus memorias expresidentes como Zapatero y Aznar y otros exministros como Pedro Solbes ('Recuerdos', editorial Deusto) o José Bono ('Diario de un ministro', Planeta). Ninguno de ellos, sin embargo, se atrevió a presentarlo estando todavía en posesión del coche oficial y en plena ejecución del cargo, aunque sea en funciones. El único precedente es, quizá, el de García Margallo, pero su libro ('Todos los cielos conducen a España', Planeta), publicado en 2015, solo era una recopilación de cartas abiertas sin ninguna confidencia de las interioridades del Consejo de Ministros. Por eso, sorprende, dentro y fuera del Gobierno, que Guindos no haya puesto objeciones a la fecha escogidapor la editorial ni haya maniobrado para postergar la presentación tras el incendio Soria de los últimos días, en los que se ha convertido en el blanco de todas las críticas internas en el PP por la gestión del fallido nombramiento.
La idea, sin embargo, hay que atribuírsela a Ramón Perelló, director editorial de Ediciones Península y responsable final del encargo hecho al ministro. Se la propuso, por primera vez, pocos días antes de que De Guindos fuera elegido ministro. Antes de la Navidad de 2011 y tras la presentación del libro 'El declive de los dioses', deMariano Guindal, en la que Guindos, ya entonces en todas las quinielas, participó. “Desde entonces he sido bastante insistente a través de su directora de Comunicación, Concha Martín”, aclara.
Y esa insistencia dio resultado: en verano del año pasado, Guindos comenzó a trabajar en un texto que entregó a la editorial a principios de este verano. Desde entonces, sabía que su lanzamiento al mercado sería para estas fechas, con él aún en funciones y en el Gobierno. “Si alguien tiene la culpa de eso, soy yo”, aclara Perelló. “En nuestro país hay muy poca costumbre de políticos que escriban y que lo hagan en activo. Es una obsesión mía que lo hagan estando en activo y que den cuenta a sus lectores desde la primera línea de la política y de su puño y letra”.
Probablemente, Guindos haya accedido con el mismo convencimiento con el que quiere explicar en el Congreso, aunque hubiera sido en el pleno, que la designación de Soria para un puesto directivo en el Banco Mundial se hizo “bien”. Por más que esa actitud de enfrentarse a portagayola a sus adversarios políticos pueda terminar corneando no a él sino a quienes se juegan su futuro en las urnas dentro de solo dos semanas, Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Alonso.
“La gente es mayor y cada uno hace lo que quiere en esta vida”, responde a este diario el portavoz del PP, Rafael Hernando, al ser preguntando sobre la oportunidad escogida por Guindos. Otras voces dentro del PP lo ven, desde fuera y con distancia, como un mero ajuste de cuentas. “Es un ajuste de cuentas de Guindos con su examigo Rato en el que el ministro se reivindica a sí mismo. Él siempre ha dicho que se quería ir pero últimamente celebraba la posibilidad de lograr una vicepresidencia. Por lo que se ve, tenemos un Gobierno menguante en el que unos se matan contra otros”, explica otra voz del partido.
Para otros compañeros, lo revelado ahora públicamente por Guindos no le causa sorpresa ninguna ya que lo ha repetido, en privado, por activa y por pasiva. “Cualquiera que haya tenido trato con él, esto no le puede sorprender. Siempre ha dicho que le tuvo que echar dos pares de narices al tema de las 'tarjetas black' porque en su momento el partido no tenía la sensibilidad con este tema que hay ahora”.
Sea como fuere, la polémica generada ha servido para que Península ya haya ordenado una segunda edición del libro cuando faltan aún cuatro días para su puesta a la venta. Además, el título ya se ha colocado entre los más más vendidos –en preventa– de Amazon/Política.
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