domingo, 18 de diciembre de 2016

Manualillos de Inversión ( 1 )

¿Interesa tener ahora en cartera valores del sector petrolero?


Tras muchos meses mareando la perdiz, los países de la OPEP han acordado reducir el bombeo de petróleo y algunos productores de crudo que no son miembros del cártel se han unido a ese pacto, con el objetivo, quizás, no de incrementar la cotización, sino sólo de evitar su caída y propiciar su estabilización. Los expertos de Bank of America Merrill Lynch hablan de que la guerra de precios ha terminado, ésa que empezó con algunos países, entre ellos Arabia Saudí, buscando una caída del barril tal que pusiera difícil la supervivencia de los productores con costes más elevados, entre ellos, los más modernos, los del 'shale oil' americano. El precio del petróleo llegó a perder los 25 dólares el barril a principios de año. A partir de entonces comenzó a especularse con un acuerdo que pusiera freno al desplome, porque incluso las finanzas de los países que lo habían buscado estaban sufriendo. 
Con el último acuerdo, tras los muchos fallidos a lo largo del año, habrá cuotas individuales de producción y un comité independiente de vigilancia, según explican desde Bank of America Merrill Lynch. En total, la OPEP retira del mercado 1,2 millones de barriles diarios y los países no-OPEP, otros 600.000. En este escenario, los expertos de Bank of America Merrill Lynch sitúan su objetivo para el barril de Brent en los 61 dólares y para el West Texas, en los 59 dólares para el año que viene. 
¿Un mayor tirón del crudo?
Los recortes de producción, según los cálculos de la Agencia Internacional de la Energía, pueden llevar al mercado global de crudo a entrar en déficit en la primera mitad de 2017, lo que debería tirar más de los precios. Aunque hay razones para el escepticismo, como las que plantea Daniel Lacalle, de Tressis. Por ejemplo, que los países de la OPEP tengan una media de incumplimiento de sus pactos de más del 50% en los últimos años. También, que la producción de crudo en Estados Unidos se esté recuperando muy rápido pudiendo llegar a los 10 millones de barriles diarios desde los actuales ocho millones, que vienen de los niveles más bajos, poco por encima de los siete millones. 
Con estos factores sobre la mesa, Lacalle cree que los últimos acuerdos ayudan a poner un suelo al precio del petróleo, pero poco más. Y de la misma opinión es Nitesh Shah, analista de ETF Securities, que comenta que el incentivo de saltarse el acuerdo siempre está presente, por lo que estima que el optimismo que reinó en el mercado después de conocerse el acuerdo fue excesivo y que no debe sorprender que en las últimas sesiones haya habido recortes. 
Así las cosas, Lacalle ve al barril estabilizado en un rango entre los 45 y los 55 o 60 dólares, con una base importante en el nivel más bajo de la horquilla, puesto que ahí se reduce el bombeo de los productores más caros. Aunque, según señala Víctor Peiro, de GVC Gaesco Beka, también tendría un techo importante, puesto que, a partir de los 50 o los 55 dólares empieza a haber más inversión para incrementar la producción por parte de quienes necesitan niveles más altos para ser eficientes. 
Para Joaquín Robles, de XTB, las perspectivas apuntan que el barril de crudo se mantendrá entre los 50 y los 60 dólares, aunque condicionado a que los miembros de la OPEP y los no miembros adheridos al pacto sean capaces de mantener sus compromisos. Si los incumplen, los países productores de crudo perderían credibilidad y el precio del barril podría bajar hasta los 46 dólares. 
Hay otro factor de que depende la evolución de los precios, según Robles: el comportamiento de los productores que no se han adherido al acuerdo y que podrían aprovechar la situación para aumentar su producción, en clara referencia, como Lacalle, y también los expertos de ETF Securities, a Estados Unidos. Precisamente por el posible comportamiento de Estados Unidos, Norbert Ruecker, de Julius Baer, espera que el precio del crudo se revierta hacia la zona de los 50 dólares el barril. «Mantenemos nuestra visión neutral, pero incrementaríamos la cautela si el sentimiento alcista persiste y empuja a los precios del crudo hacia los 60 dólares el barril»,comenta Ruecker. 
¿Invertir en petroleras?
Pero, si el acuerdo de los países productores de crudo ha logrado poner un suelo a la cotización del barril, ¿es conveniente tener en cartera valores petroleros? En la tabla sobre estas líneas, vemos que en el último año, este tipo de compañías ha tenido un buen comportamiento en Bolsa y también, aunque con alguna excepción, las compañías que prestan servicios petroleros. ¿Siguen siendo atractivas? Los expertos de Norbolsa siguen siendo positivos con el sector con vistas a 2017 y apuntan: «Esperamos que las compañías recojan los frutos de la reestructuración que han realizado en los últimos años en un entorno de precios más favorable». Además, con la exposición a las petroleras, buscan protección a los riesgos geopolíticos que podría recrudecer la política exterior de Donald Trump. Los expertos de Citi también están positivos con el sector petrolero, fundamentalmente con las grandes, debido a sus valoraciones atractivas (un precio del barril en los cincuenta y pocos dólares está descontado en los precios), así como por la mejora de su generación de caja libre y la prioridad por la retribución al accionista. En línea con estos argumentos, Víctor Peiro añade que el sector petrolero es una buena opción, porque está generando caja y ha reducido inversiones y costes. Mientras tanto, Joaquín Robles apunta que estas empresas pueden tener margen de subida, puesto que en ellas siguen cotizando dudas sobre el cumplimiento del acuerdo de recorte de producción y su eficacia. 
¿Qué valores?
¿Qué compañías en concreto gustan a los analistas? A los expertos de Norbolsa, Total y Repsol. También a Víctor Peiro le gustan estas dos compañías. La primera, por su mayor exposición al precio del crudo, debido a que está más enfocada a la exploración y a la producción. La segunda, por su generación de caja y por la reducción de sus costes de producción, además de por su paulatina venta de activos no estratégicos. A favor de la española también se pronuncia Jesús de Blas, de Bankoa Credit Agricole, debido a que con un barril por encima de los 45 dólares, ha demostrado su capacidad de generar beneficios. 
Lola Jaquotot, de Gesconsult, comenta que en cartera tienen a Repsol, pese a que un 35% de su beneficio bruto de explotación viene del refino y de su producción, gran parte es gas natural. Ahora se queda con Total y también con Eni. El negocio de la italiana, como el de la francesa, está más directamente enfocado a la producción de crudo y, por eso, se ve más beneficiada por la subida del precio del petróleo. 
Los expertos de Citi coinciden en su apuesta por Eni. Argumentan que cotiza con mucho descuento y anticipan para 2017 una fuerte mejora de su operativa. También les gusta Statoil, que fue una de las principales apuestas del banco para 2016 y sigue siéndolo también para 2017. 
Daniel Lacalle comenta que invertir en petroleras es malo, fundamentalmente porque las grandes compañías lo han hecho mal con petróleo al alza. Bien es verdad que ahora mismo aconseja ser tácticos, aprovechando los repuntes que puedan experimentar los precios. Pero no en cualquier compañía. Así, aconseja empresas ligadas a la exploración y la producción en Estados Unidos, como Range Resources, Cabot Oil & Gas o Anadarko, pero también compañías que prestan servicios a la industria de hidrocarburos, como Halliburton, Schlumberger o KBR. 
Para Víctor Peiro, es mejor jugar la subida del precio del crudo con petroleras que con compañías de servicios, pero reconoce que también ha apostado por Técnicas Reunidas. Lola Jaquotot también invirtió en Tubos Reunidos, que, además de favorecerse por la subida del crudo, también lo hace de la apuesta de la nueva administración estadounidense por el petróleo, dado que esta compañía obtiene el 33% de sus ingresos en Estados Unidos. Para Joaquín Robles, lo bueno de las compañías de servicios es que están más ligadas al ciclo económico, y ahora pueden verse favorecidas por el impulso al crecimiento que puede proporcionar Trump, así como que se hayan disipado las dudas sobre la situación de China.

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