El Eco-Los hogares españoles parecen haber dejado atrás la crisis. Aunque las cifras de consumo aún están en torno a un 5% por debajo de los máximos marcados antes de la crisis, ahora mismo crece al doble de lo que crece la Renta Bruta Disponible. Según Funcas, el consumo está aumentando a un ritmo interanual del 2,7% de media en los últimos doce meses mientras que la renta lo hace a un ritmo del 1,5% en términos reales.
Según el INE, acumula 16 trimestres consecutivos al alza y se situó el pasado trimestre por encima de los 100.000 millones de euros por primera vez desde 2010.
Por ello, mientras que al principio de la recuperación las familias se valían del aumento de su renta para cubrir el incremento del consumo. La creación de empleo y los bajos niveles de inflación permitían hacerlo. Pero ahora la inflación se sitúa en cotas más altas y la renta sólo crece porque lo hace el empleo, así que el incremento del consumo hay que financiarlo.
El consumo de las familias se moderará
Según el artículo de Diana Posada y Daniel Fuentes en Cuadernos de Información Económica (Funcas), "el incremento de la renta de los hogares se han sustentado, fundamentalmente, en la intensa creación de empleo y en la mejora de la actividad económica". Por ello, lo lógico sería que su ritmo de crecimiento se moderase en los próximos meses.
Los autores explican que hasta ahora el crecimiento del consumo por encima de la renta se debe en parte a que existe una "demanda embalsada" que se evidencia en el "incremento del consumo de bienes duraderos desde el inicio de la recuperación". En esta ocasión, y a diferencia de años anteriores, el incremento de la renta iba unido a un mayor consumo y también a un mayor ahorro, pero en los últimos trimestres "el incremento de la renta no está siendo compatible con un repunte del ahorro".
De esta forma, la tasa de ahorro de los españoles, que ya es la más baja de la eurozona, ha caído hasta situarse en mínimos desde el año 2008. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se situó en el 6,5% de su renta bruta disponible.
Según los autores, esto se debe a tres factores fundamentalmente. En primer lugar, los tipos de interés en mínimos históricos desincentivan el mantenimiento de depósitos, el instrumento más habitual para mantener el ahorro por parte de los hogares españoles.
Además, esta etapa de bajos tipos ha facilitado el desapalancamiento de las familias, cuyo nivel de endeudamiento se ha reducido hasta los 713.000 millones de euros, aproximadamente el mismo que había hace una década. Por ello, "las necesidades de desapalancamiento de las familias son cada vez menores y también lo es la necesidad de ahorrar para hacer frente a los pagos de la deuda".
Por último, los bajos tipos de interés han estimulado el nuevo endeudamiento para financiar parte del gasto familiar. Así, "las nuevas operaciones de crédito al consumo crecieron un 28% en 2016", aunque están lejos del nivel previo a la crisis. En volumen, el importe prestado creció un 14%, hasta los 27.354 millones de euros, empujado por la buena marcha de las ventas de automóviles.
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