El Confi-Tres banderas de España, Alemania e Italia adornaban la puesta en escena organizada ayer jueves por Florentino Pérez, acompañado por Marcelino Fernández Verdes y Giovani Castelucci, para celebrar el acuerdo triangular para comprar Abertis. El presidente de ACS presumió del golpe de efecto que evita la guerra de opas, con un giro de guión que hace del rival italiano “un grupo amigo” y de la disputa un pacto “sensato y sereno”. Además, esta vez sí, la fórmula que aglutina todas las sensibilidades en juego, también las políticas, cuenta con la bendición gubernamental, explicitada por el propio Álvaro Nadal.
Aunque la comparecencia fue breve, escueta y sin detalles relevantes, poco más que un 'photocall', Florentino Pérez tuvo que hacer un esfuerzo por desmarcarse de la operación Enel-Acciona para quedarse con Endesa hace ya diez años. “Se trata de un proyecto a largo plazo y hecho con la ilusión de que dure toda la vida”, recalcó el presidente de ACS, añadiendo segundos después que “la vida es como es”, una coletilla críptica que da pie a recordar el mítico “never, never, never”que declaró en su día a la BBC para negar que el galáctico David Beckham fuera a recalar en el Real Madrid.
Además de evitar la guerra de opas, el pacto ACS-Atlantia ha eliminado el veto político de la operación. Es más, el titular de Energía se ha referido al acuerdo sobre Abertis como una operación “correcta y lógica”. Este desbloqueo mantiene algún paralelismo con el que propició la participación de Acciona para que una eléctrica extranjera, en aquel caso la italiana Enel, se hiciera con el control (compartido) de Endesa. Su acción en comandita culminó en octubre de 2007, pero su cohabitación no duró los tres años pactados: en febrero de 2009 Entrecanales vendió su parte con plusvalías millonarias.
Desde el primer momento, Nadal quiso evitar que la operación original entre Abertis (Criteria) y Atlantia reprodujera aquella situación: una multinacional española vinculada a actividades reguladas cae en manos italianas. La estructura del acuerdo, con un reparto accionarial casi al 50%, con sede en España, aunque con primer ejecutivo de Italia, sirve para que desde Moncloa pueda defenderse la tesis de que la compañía no se trocea y se queda en España. Sin embargo, desde ese mismo instante, en el mercado sobrevuela la incógnita respecto al tiempo que durará esta alianza de conveniencia.
En realidad, hay pocas dudas sobre los intereses compartidos que nacen entre Florentino Pérez y los Benetton a partir de esta operación. La familia italiana ha comprado al empresario español el 24,1% de su filial alemana Hochtief, compañía a la que el propio Castellucci se refirió ayer como “la mejor constructora del mundo”. Sin embargo, muy pocos terminan de creerse que el futuro de Abertis seguirá como hasta ahora, por mucho que el líder de ACS insistiera en repetir que “no vamos a despiezar la compañía ni a repartirnos sus activos”. Pero como “la vida es como es”, quién sabe lo que puede pasar.
El encaje de bolillos ha sido perfecto, más allá del papel de la CNMV. La operación tiene aún que cerrar su estructura financiera, que resultará más ventajosa de lo que pudo ser antes, y la composición del consejo de administración. Sin duda alguna, el quién es quién en ese nuevo 'board' que ayer tampoco quisieron concretar dará una verdadera dimensión del sudoku institucional llevado a cabo para que todas las partes, incluida Criteria, transigiera con esta solución para Abertis. Todo está construido para poder defender que ni se muda de país ni se trocea, sólo se transforma.
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