El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se las prometía muy felices el pasado miércoles cuando acabó el debate sobre el futuro del sistema público de pensiones. Los periódicos se hacían eco de su promesa de subir las prestaciones mínimas y las de viudedad y de la rebaja del IRPF a los mayores que aprobaría en los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, este sábado se encontró con la verdadera realidad que viven los jubilados. Los mayores no cayeron en el 'juego de trileros' del presidente, que ya había prometido meses antes la reducción del IRPF y que está obligado a subir la pensión de viudedad por una ley aprobada por el PSOE en 2011.
El discurso del presidente, lejos de calmar los ánimos, los encendió más. Los jubilados lamentan que lo único que hizo Rajoy fue presumir de su política. "Ni hace autocrítica ni nos pide perdón por quitarnos lo que es nuestro", lamentaba uno de los manifestantes en Madrid. En los últimos días, el presidente ha repetido hasta la saciedad que desde que él está en Moncloa, "siempre suben las pensiones", pero los jubilados están ya hartos de esos juegos matemáticos. "Una subida del 0,25% cuando los huevos, el pan y la luz suben más de un 1% no es una subida, es un recorte", lamentaba un grupo de ancianas en la Puerta del Sol de Madrid ayer por la mañana. Se preparaban para un día intenso, con dos manifestaciones, por la mañana y por la tarde. Y con buen ánimo pese a la nieve.
Las movilizaciones, convocadas por los sindicatos CCOO y UGT y la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones Públicas (MERP), fueron masivas en más de cien ciudades españolas. Los mayores se lanzaron a la calle en un movimiento de protesta contra las políticas del Gobierno como no se había visto desde el 'no a la guerra' contra el Ejecutivo de José María Aznar. "Aunque no lo quiera, hoy nos va a oír, eso seguro", afirmaba orgulloso uno de los manifestantes. Por ejemplo, en Valladolid y Málaga salieron a la calle más de 35.000 personas, en Barcelona salieron más de 30.000, en Santander fueron cerca de 25.000 personas, en Murcia fueron más de 10.000 personas (según las estimaciones de los sindicatos). Al margen del baile de cifras, los resultados son evidentes: el enfado con el Gobierno por su política del sistema público de pensiones es evidente y pone en una situación muy delicada al presidente.
Un discurso con una retahíla de datos económicos y una promesa de que las pensiones seguirán subiendo ya no es suficiente para los jubilados. Para ellos solo hay dos hechos: que siguen perdiendo poder adquisitivo y que la hucha de las pensiones (como se conoce popularmente al Fondo de Reserva de la Seguridad Social) ya está agotada y empieza a generar deuda. Contra esos hechos no puede haber palabras y buenas intenciones que calmen a los mayores.
Una subida del 0,25% cuando los huevos, el pan y la luz suben más de un 1% no es una subida, es un recorte
"Nosotros levantamos este país, nos lo deben", explicaba uno de los manifestantes que no comprende que si ahora va mejor la economía y los beneficios empresariales están creciendo tan rápido, por qué no hay dinero para mantener el poder adquisitivo de los mayores. "Ya no podemos trabajar, pero sí podemos hacer mucho ruido, y también votar", sentenciaba.
La gestión de las pensiones puede restar muchos votos al Gobierno y por eso Rajoy decidió volver a salir para tranquilizar los ánimos. "Prometimos que la única partida que no se iba a tocar era la de las pensiones, mantuvimos el sistema, y las subimos. Es verdad que muy poco, pero vamos a perseverar. Mientras yo esté en el Gobierno subirán seguro", explicó. El mismo discurso del miércoles, sin cambios, por lo que consiguió el mismo resultado. Por la tarde, los jubilados madrileños volvieron a lanzarse a las calles.
Son estos jubilados a quienes intenta seducir la oposición con mensajes irresistibles. PSOE, Podemos y ahora también Ciudadanosprometen a los mayores que mantendrán su poder adquisitivo en el corto, medio y largo plazo. El último en unirse a este mensaje ha sido Ciudadanos, que intenta robar votos al PP allí donde sea posible. Su secretario general, José Manuel Villegas, aseguró ayer a todos los jubilados que "peleará" por mejorar su situación en los próximos Presupuestos Generales del Estado con una subida de las pensiones y una rebaja fiscal. Eso para después añadir que "las pensiones tienen que dejar de ser un arma arrojadiza para ganar un puñado de votos".
Ya no podemos trabajar, pero sí podemos hacer mucho ruido, y también votar
También quiso participar en la foto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien sigue haciendo del problema de las pensiones el centro de su discurso. Para el líder socialista, Rajoy está "tratando de privatizar" la recuperación de la economía y se resiste a "garantizar unas buenas pensiones". Sánchez ha querido dejar claro que su papel en la manifestación es "acompañar a los sindicatos" para "apoyar en la calle lo que es de justicia, unas pensiones dignas". Otro líder que aprovechó las movilizaciones de los pensionistas fue Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. Iglesias aseguró que lo que España tiene que hacer es "echar a un Gobierno de corruptos que prefiere rescatar autopistas, bancos y hacer amnistías fiscales antes que actualizar las pensiones".
Los partidos seguirán utilizando las pensiones para hacer oposición al Gobierno y los jubilados anuncian que no se rendirán. "Cada día somos más, tenemos más fuerzas y estamos más convencidos", explicaba ayer por la mañana uno de los manifestantes, "si hemos salido a la calle hoy con la nieve, lo haremos también con el buen tiempo, hasta que el Gobierno rectifique". En esta situación, el año puede hacerse muy largo para Rajoy. Y ahora ya sabe que sus discursos grandilocuentes ya no 'cuelan' en la calle.
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