«O hay dinamismo empresarial o los jóvenes se irán de Asturias»
Manuel Pimentel. Exministro de Trabajo«Estamos en un momento de moderado optimismo en España. Lo normal es que las empresas ganen más y creen algún empleo»
Manuel Pimentel (1961, Sevilla), que fue ministro de Trabajo con Aznar y secretario general del PP andaluz, anunció en 2003 su baja del PP en desacuerdo con la política ante la guerra de Irak. Hoy es «feliz» escribiendo, con su editorial Almuzara, y ofreciendo conferencias, como la que dará mañana en Avilés, en la clausura de la asamblea general de Femetal. Hablará sobre 'El papel de los agentes sociales en el desarrollo económico'.
-¿Qué mensaje quiere que cale entre los empresarios asturianos?
-Analizaré primero la situación económica, que es buena en términos generales con alguna incertidumbre y algunos riesgos y hablaré del talento del empresario para negociar, no solo con clientes y proveedores sino también en el ámbito laboral y en la gestión del conflicto.
-¿Hace falta dar un curso a los empresarios para que aprendan a negociar?
-Hay una parte darwiniana, porque el empresario que sobrevive es el que ha aprendido a negociar y a gestionar conflictos 'per se'. La experiencia es el mejor máster. Más que un curso siempre es bueno compartir experiencias, reflexionar, estudiar las dinámicas... Eso siempre enriquece.
-La patronal asturiana se ha ofrecido a liderar la estrategia económica en Asturias ante la falta de un proyecto político. ¿Qué opina?
-Desconozco esas declaraciones, pero creo que en una economía de mercado competitiva, muy exigente y en una comunidad como la asturiana, que corre un riesgo cierto de que los jóvenes emigren, o se tiene mucho dinamismo empresarial con factores de vanguardia, de innovación y de estímulo, o el riesgo es que no se pueda mantener el ritmo económico de otras regiones. Asturias tiene que esforzarse porque si los jóvenes se van todo será mucho más difícil.
-¿Pero entonces está de acuerdo con que los empresarios asturianos tomen la iniciativa para evitarlo?
-Bueno, los empresarios lo que tienen que hacer es negocios, crear riqueza y empleo y tienen que tener interlocución con la Administración y los sindicatos para hacer valer sus propuestas y demandas. A los gobernantes les tocará gobernar y a los empresarios sugerir y defender también ante los posibles abusos del poder.
-Decía al inicio que la economía española tiene algunos nubarrones.
-Sí, tenemos un déficit alto y una deuda pública alta todavía. Los tipos subirán el próximo año y eso hará que los presupuestos sufran mucho. En estos momentos, cualquier alegría presupuestaria si no va acompañada de su correspondiente ingreso acrecentaría la deuda y eso nos castigaría muchísimo. El mayor riesgo de inestabilidad lo ha provocado la llegada de Trump, que está poniendo en cuestión tratados de libre comercio, con el nacionalismo económico y la vuelta a los aranceles. Este tema me preocupa mucho.
-Un panorama desalentador.
-Pero también hablaré en Avilés sobre la necesidad de esforzarse por atraer talento a las empresas. Las nuevas tecnologías, la innovación y recursos humanos nos va a someter a todos a un gran esfuerzo. En esta economía la actividad se desplaza muy rápido de un sitio a otro; o estás en primera fila o habrá otro que te sustituya. Estas tensiones hay que verlas desde un punto de vista positivo y no negativo.
-La formación es clave para adaptarse a los nuevos tiempos...
-Hace falta formación, pero también mentalización de los propios empresarios, de los trabajadores y de las administraciones. Es que la economía va muy rápida y yo veo comunidades de la cornisa cantábrica, no solo Asturias, donde el problema demográfico es importante, y si no hay un esfuerzo grande por dinamizar la zona habrá otros focos más atractivos. Es un problema muy serio. Nadie va a esperar a nadie.
-¿Alguna previsión económica?
-La conclusión es que ahora mismo el momento es de moderado optimismo. Lo normal es que, a día de hoy, las empresas ganen más y creen algún empleo. A raíz de la crisis, España se ha convertido en una exportadora neta por primera vez en la historia y las empresas crecen y deben menos dinero que hace diez años.
-¿Sigue teniendo algún lazo con la política? ¿Volvería?
-No volvería. La política fue bonita mientras duró. La viví con mucha intensidad y me apliqué lo que pude pero hoy soy feliz en el mundo de la empresa, de los libros, de la editorial...
-De los tres candidatos del PP ¿quién le gusta más o le disgusta menos?
-No voy a hablar de personas, pero creo que esta es una gran oportunidad para el PP. Esperemos que sepa gestionar estas primarias. Lo necesitaba para reanimarse.
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