Tensión a cinco meses de las urnas
La cita dispara los desencuentros entre los socios de gobierno y paraliza a la oposición
Conviene no olvidarlo: las 'Nuevas casas del Ayuntamiento', diseñadas por el arquitecto cántabro Juan de Naveda, se levantan sobre los restos de la antigua muralla de la ciudad. El arco que se abre a Cimadevilla no es sino la antigua puerta de la fortaleza. Sobre las ruinas del muro defensivo, se levanta desde hace 395 años la casa que gobierna la ciudad. El edificio, ampliado treinta años después, sigue en pie y seguirá cuando en mayo esta Corporación vacíe los despachos. El 2018 que se acaba ha estado marcado por las dos cuestiones: por la guerra dentro de la muralla y por otear desde las alturas de la fortaleza el ejército de votos que se acerca. También por cierto ejercicio de realismo. Se acabaron las grandes promesas -¿alguien ha vuelto a oir hablar de los dos o tres pabellones ACB para el Oviedo Baloncesto o de curar quesos y producir miel en el Naranco?-, esas quedarán para el programa electoral. Un concejal del equipo de gobierno lo resume así: «Hacemos lo que podemos con lo que hay». Otro, más cansado, amenaza medio en serio medio en broma con «hablar con el alcalde y dejar las delegaciones», atosigado entre la gestión municipal y los ritmos electorales. «Con lo que sabemos ahora, haríamos las cosas de otra manera», concede una tercera integrante de la junta de gobierno.
Son tres voces de las tres que forman el equipo de gobierno. Las tres comparten el «cansancio» de «luchar en dos frentes», expone el primero, para ilustrar «lo jodido que es hacer cualquier cosa en este Ayuntamiento» y a la vez competir por el mismo espacio electoral con tus socios. El análisis puede resultar acertado. Encontrarse con que el Auditorio no cumple las medidas de seguridad y verse abocado a su cierre y seguir más de un año y medio después sin proyecto para arreglarlo, es un ejemplo. Leer las cosas grabadas al comisario principal de la Policía Localpor la UDEF, otro. Uno más, intentar quitar del callejero el nombre del General Yagüe, 'El carnicero de Badajoz'. Los tres asuntos han salido regular, han sido fuente de tensiones y malas caras con los funcionarios y entre los socios de gobierno, pero son ya agua pasada. Lo importante ahora está a cinco meses vista, aunque lo inmediato está a semanas, con la confección de las listas electorales para las que solo hay confirmado un nombre, el del alcalde, Wenceslao López.
Como no hay mal que por bien no venga, a la oposición tampoco le está sentando bien la proximidad electoral. La incertidumbre en las filas de populares y naranjas han dado aire al equipo de gobierno cuando mayores eran las dificultades internas entre los socios del tripartito. Mario Arias podría ser el cabeza de cartel del PP, con más nombres en Ciudadanos y muchos ojos en Vox tras los comicios andaluces.
365 de gobierno
En este ambiente y súmesele el nacional, aguantar un año ha sido milagroso. PSOE, Somos e IU lo han logrado. Incluso les ha quedado algo de tiempo para gobernar y hacer cosas. No muchas, porque aprobar un presupuesto en déficit no es buena idea. Las alarmas saltaron en Hacienda y las cuentas quedaron atrapadas hasta junio. En parte, por la enésima mina que le estalla a este gobierno local a cuenta de las cosas que hacían los anteriores: 18 millones de euros por el Palacio de Congresos.
En un calco de lo que sucedió el año anterior con la sentencia de Villa Magdalena (esos casi 34 millones), el Ayuntamiento pasó el trago a costa de las inversiones, sin recortes y aumentando la dotación de los servicios públicos y ayudas. Todo en orden, pero tras años sin obras, son muchos para un ayuntamiento. Los números del paro en el sector de la construcción solo han empezado a mejorar ligeramente este año gracias al tirón del sector privado.
Esa es la otra noticia del año. Las grúas han vuelto. Más de quinientas viviendas libres visadas lleva el Ayuntamiento después de un esfuerzo de meses para lograr desatascar un servicio que estaba igual de atascado antes, pero frente al que los promotores no hacía cola porque estaban mucho más ocupado intentando no quebrar que en construir pisos que la gente no podía pagar. En tres años, la tasa de paro ha caído del 19,5 al 15,6%, pero aún quedan mucho para el 9% de 2008.
Política social
Con esas cifras en mente, el Ayuntamiento volvió (y quiere seguir haciéndolo en 2019, si el acuerdo de presupuestos llega al papel) a incrementar ayudas sociales, el servicio de ayuda a domicilio o becas de comedor y libros. Son cosas que no hacen ruido, hasta que fallan y unos cientos de familias se quedan sin un dinero con el que hacía números.
A cambio, la SOF tiene nuevo presidente, Felipe Díaz de Miranda, y San Mateo salió adelante sin ella. El buen tiempo hizo que se notasen menos los sobreprecios que hubo de pagar la FMC por los conciertos, un año más, tal vez el último, en la plaza de la Catedral.
El comisario principal fue destituido a raíz de la 'operación Enredadera', que salpicó de sospechas decenas de contratos municipales que la Intervención rechazó revisar en un desplante sin precedentes al gobierno local que así se lo había solicitado. El desafío -la junta de gobierno «no es competente» para dar órdenes de este tipo- quedó sin respuesta. «Hacemos lo que podemos con lo que hay». Cinco meses hasta pasar de nuevo por las urnas.
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