La Fed sube los tipos pero bajará el ritmo en 2019
La Reserva Federal de EEUU elevó este miércoles las tasas oficiales un cuarto de punto, a un rango de entre el 2,25% y el 2,5%. Wall Street, que cotizó en positivo durante buena parte de la sesión, dio un giro de 180 grados y cerró con caídas de entre el 1,5% y el 2,1% en sus principales índices.
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos cumplió con lo que esperaba el mercado, lo que supone un alivio tras los recientes cambios en el mensaje del equipo que lidera Jerome Powell.
El banco central de Estados Unidos acordó elevar los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta dejarlos en una horquilla de entre el 2,25% y el 2,5%, la mayor desde marzo de 2008. Se trata del cuarto incremento del año y del noveno desde que Janet Yellen, expresidenta de la Fed, trató de poner fin hace justo tres años a la era de dinero gratis.
El endurecimiento de los tipos se ha acelerado desde entonces, especialmente, desde que Powell tomó las riendas de la Fed a comienzos de año designado por el presidente estadounidense, Donald Trump. El organismo ha tomado la decisión de volver a subir las tasas apoyado en un crecimiento económico que podría superar el 3% en 2018, la cifra más alta desde 2005, y en un mercado laboral que disfruta de casi pleno empleo, con una cifra de paro menor del 4%.
Las previsiones para los próximos años que la Fed desveló ayer también son optimistas, pero anticipan una ralentización en el crecimiento y, en consecuencia, en el ritmo de subida de tipos. En las proyecciones de septiembre, la mayoría de miembros del banco central apostaba por hasta cuatro incrementos en 2019.
Ahora, sin embargo, 11 de los 17 representantes del organismo que decide la política monetaria apuestan por solo dos subidas, frente a los 7 de 16 de hace tres meses. Apenas 6 gobernadores consideran que la Fed debería subir los tipos tres veces o más, por debajo de los 9 de septiembre.
Dos alzas en 2019
Con dos alzas el año que viene, los tipos de interés de Estados Unidos quedarían fijados en hasta el 3%. El mes pasado, Powell señaló que las tasas se encuentran actualmente muy cerca del nivel considerado neutral, que supone que no estimula la economía, pero tampoco la frena.
La decisión de subir las tasas por cuarta vez en el año se tomó por unanimidad, lo que borra las discrepancias que han aflorado en los últimos meses, con miembros de la Fed que apuestan por seguir subiendo tipos y otros que optan por la cautela.
En el escenario macroeconómico, las perspectivas de la Fed apuntan a un crecimiento del PIB en Estados Unidos del 3% este año y del 2,3% en 2019, por debajo de las previsiones de hace tres meses, que fijaban un incremento del 3,1% y el 2,5%, respectivamente.
Por su parte, la tasa de desempleo se situará en el 3,7%% en 2018 y en el 3,5% en 2019, sin cambios respecto a las anteriores estimaciones. La inflación permanecerá en el entorno del 2%. La estabilidad de esta magnitud es una de las razones que justifican una pausa en el ritmo de subida de tipos.
La decisión de la Fed de subir tipos subraya la independencia de una de las instituciones más influyentes y respetadas de Estados Unidos. Trump ha intensificado durante los últimos días los ataques contra los planes de la Reserva Federal de seguir encareciendo las tasas. A la vista del resultado de la última reunión del año del organismo, las críticas del presidente no se han tomado en consideración.
Caídas en Wall Street
Wall Street reaccionó ayer con importantes descensos a los mensajes de la Fed y sus principales índices, que durante buena parte de la sesión se movieron en positivo, cerraron con caídas de entre el 1,5% y el 2,1%.
En concreto, el Dow Jones de Industriales retrocedió un 1,49% y acumula un descenso del 5,6% en el año. El S&P 500 perdió un 1,5%, mientras que el Nasdaq sufrió un recorte del 2,1%.
Aunque el alza de tipos anunciada estaba en gran medida descontada y la Fed lanzó el mensaje de que bajará el ritmo de subida en 2019, la perspectiva de que al menos habrá dos aumentos de tipos el año que viene no fue bien recibida por el mercado, en el que día a día crece el temor a una desaceleración de la economía mundial.
La última señal de alarma ha procedido de Japón, donde las exportaciones se han estancado prácticamente en noviembre, con un aumento interanual del 0,1% frente al 1,8% que esperaban los expertos.
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