La brecha entre barrios ricos y pobres se dispara en las ciudades españolas
La renta media de los barrios más ricos ha crecido entre 2013 y 2016, los años del despegue económico de España, más del doble que la de los códigos postales más modestos.
La distancia entre el acomodado barrio de Muntaner y el popular El Raval, en Barcelona, no ha variado en estos años. Apenas tres kilómetros de caminata que se resuelven en poco más de 40 minutos andando a buen ritmo. La diferencia en términos de renta, en cambio, es mucho mayor y se ha agrandado durante los años de la recuperación económica.
Entre 2013 y 2016, la renta media bruta de los vecinos de Muntaner avanzó más de un 20%, hasta los 89.312 euros, mientras que los ingresos de los habitantes de El Raval, con 22.073 euros de renta anual, permanecieron estancados, con una ligera variación del 0,7%, según los datos publicados por la Agencia Tributaria.
Lo mismo sucede en Madrid. Mientras que la renta de un vecino de Palomeras, en el distrito de Vallecas, apenas avanzó un 0,1% entre 2013 y 2016, la de un habitante del barrio de Chamartín lo hizo un 25,5%. Si esto se traslada a euros, un residente en Palomera incrementó sus ingresos en esos años en 18 euros, por los 14.214 euros de su homólogo en Chamartín.
La misma tónica se repite en el resto de grandes ciudades españolas. En Valencia y Sevilla, los ingresos de los barrios más ricos crecieron cinco veces más que los de las zonas más humildes (ver gráfico adjunto). La tendencia es clara, la desigualdad en las cuatro mayores ciudades del país se ha incrementado tras la crisis y ha ensanchado la brecha entre ricos y pobres.
Ricos más ricos
Un fenómeno que se extiende por el resto de grandes municipios españoles. De norte a sur y de este a oeste. Los datos analizados por EXPANSIÓN muestran que entre 2013 y 2016 los barrios más pudientes se enriquecieron más del doble que los más modestos en las urbes de más de 200.000 habitantes o con más de 100.000 declaraciones de IRPF.
Los ingresos de los códigos postales con una renta anual declarada de más de 50.000 euros crecieron, de media, un 12,4%, mientras que en los barrios más pobres el avance fue del 5%. La brecha económica también es patente en las clases medias. Los barrios con rentas declaradas de entre 20.000 y 30.000 euros vieron crecer sus ingresos un 3,9%, mientras que los que ganan entre 40.000 y 50.000 euros al año lo hicieron un 11,7%.
El análisis se ha realizado en base a los datos de la renta de los residentes de 537 códigos postales de 33 municipios españoles, que ha hecho públicos por primera vez el Ministerio de Hacienda. Esta estadística, recogida a partir de las declaraciones de IRPF de 2013 a 2016, permite realizar la radiografía más detallada hasta la fecha de la desigualdad entre barrios y cómo ha evolucionado en el tiempo.
Los datos de Hacienda no incluyen los municipios de Navarra y del País Vasco al contar con su propio régimen fiscal. Además, para los municipios de Las Rozas y Getafe no hay información disponible de 2013.
Eje norte-sur
Lo que estos datos ponen de manifiesto es que hoy en España, quizá más que nunca, la desigualdad va por barrios. La renta en las cuatro principales ciudades se distribuye en dos ejes: norte-sur y centro-periferia.
En el caso de Madrid, que cuenta con el código postal más rico de España -La Moraleja, en Alcobendas-, cuatro de los cinco barrios cuyos ingresos más han crecido entre 2013 y 2016 se encuentran en la zona norte (Chamartín, Salamanca, Nueva España y Castellana) y dentro de la M30. Por contra, los cinco códigos postales que menos riqueza han generado en este periodo (Villaverde, Pavones, Usera, Entrevías y Palomeras) están en el sur y fuera del perímetro de la arteria madrileña.
En lo que respecta a Barcelona, la frontera entre los códigos postales más ricos y los más pobres lo marca la Diagonal. Al norte de esta vía se sitúan cuatro de los barrios que más se han enriquecido entre 2013 y 2016: Muntaner (+20,1%), Vallvidrera (+19,4%), Sant Gervasi (19,4%) y Pedralbes (5,3%). Estos códigos postales sumaron una renta media anual de 78.659 euros en 2016. En el lado opuesto están La Guineueta (+4,4%), La Vermeda (+3,8%), La Prosperitat (3,7%), Valbona (2,2%) y El Raval (0,7%).
Todos, salvo El Raval, se encuentran en la periferia de la ciudad condal. De hecho, este código postal destaca porque tiene una renta baja (22.073 euros), pero se encuentra en el centro de Barcelona y es limítrofe con otros barrios muchos más ricos.
En Valencia, la historia se repite. En su caso, las rentas se distribuyen claramente entre centro y periferia. Los barrios en los que más han crecido los ingresos, como el próspero Pla de Remei (+24,8%) o El Centro (+18,3%), más que triplican los de códigos postales de la periferia como Nazaret (+6,6%) o Benicalap (5,3%).
Esta tendencia por la que la población más rica se concentra en unos pocos barrios, normalmente en las zonas céntricas de las ciudades, es peligrosa en opinión de José Fernández Albertos, investigador en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC. "Si condenamos a unos grupos a vivir en zonas donde las oportunidades laborales y de progreso son menores la brecha va a seguir aumentado", asegura.
A su juicio, estos patrones de desigualdad van a ser difíciles de revertir y, de no actuar, pueden acabar segregando a ciertas comunidades en función de su lugar de residencia. "Si una persona se ve obligada a vivir lejos de las zonas con más oportunidades laborales, mejores conexiones de transporte y más servicios públicos, es evidente que esto va afectar a sus oportunidades", señala este doctor en Ciencias Políticas por Harvard.
Origen de las rentas
Para entender de dónde viene la desigualdad entre barrios, separados en muchos casos por apenas unas calles, la economista Clara Martínez-Toledano, miembro del Laboratorio sobre la Desigualdad Global, coordinado por el francés Thomas Piketty, recomienda prestar atención al origen de la renta.
"El hecho de que en códigos postales pobres la renta no haya crecido se debe a que los ingresos de estas personas dependen mayoritariamente de las rentas del trabajo, que se han estancado como consecuencia de la devaluación salarial y el elevado desempleo", explica por teléfono. Y añade: "Esto crea una segregación a nivel de barrio muy difícil de superar".
Por contra, las personas que cuentan con rentas del capital (como productos financieros o bienes inmuebles) se han aprovechado de que estos activos sí que han aumentado su valor con la crisis económica.
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