Los pueblos asturianos pierden vida. Y cada vez lo hacen a un ritmo mayor. El éxodo hacia núcleos urbanos en busca de mayores servicios y oportunidades, unido al envejecimiento de la población está vaciando la zona rural. La despoblación de las áreas más pequeñas es un mal que afecta desde hace años a la región y que golpea aún con más fuerza a las Cuencas Mineras. Asturias tiene 880 pueblos donde no viven ni un solo vecino. En algunos casos, llevan décadas vacíos, sin recibir un solo morador, sumidos en una especie de letargo a la espera de recuperar la actividad de antaño. Otros, han acabado en la lista de pueblos abandonados tras luchar durante años para evitarlo. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) dibujan un mapa donde la zona rural es cada vez más pequeña. Y el futuro no es muy prometedor. Hay 321 pueblos en la cuerda floja, que sobreviven con apenas un habitante. Y ya son más de 3.000 los núcleos que no tienen más de 10 habitantes.
El despoblamiento rural es un ejemplo más de la recesión en la que se ha visto envuelta la región desde hace décadas. Junto a la crisis demográfica (está cada vez más cerca de bajar del millón de habitantes), el éxodo juvenil y las malas proyecciones que hay a largo plazo, Asturias suma un nuevo revés. En apenas dos años añade 180 pueblos que han quedado sin vecinos, y alcanza un nuevo récord, superando por primera vez la barrera de los 800. Ha sido un goteo constante que comenzó hace décadas y que en la última, la que se inició en 2010, ha cogido un ritmo más ligero. Hoy en día casi cerca de la mitad de los núcleos deshabitados están en las Cuencas Mineras. Las comarcas del Caudal y del Nalón concentran el 41%. De ellas, la mayor parte afectan a la zona rural de Mieres donde, según la última estadística, hay 135 pueblos completamente vacíos. Es el área rural más despoblada de Asturias. Un dato que pone una vez más sobre el mapa la sangría demográfica que sufre la zona. Mieres ha perdido 6.000 habitantes en la última década. Y hace 20 años superaba los 50.000 pobladores. De hecho, es el concejo donde más ha crecido la despoblación rural. Hace doce años sumaba 80 pueblos sin vida.
En el municipio de Aller ya son 54 los núcleos sin vecinos y más de una veintena en la que solo tienen un único morador. Una situación muy similar a la que vive San Martín del Rey Aurelio que suma medio centenar. Le siguen muy de cerca Langreo, Lena y Laviana. De hecho, la situación de Langreo no dista mucho de la de Mieres. Ha perdido 6.000 vecinos en diez años y está muy lejos de alcanzar sus mejores años. Actualmente, en el concejo no residen más de 40.000 personas y su zona rural se está desinflando.
La despoblación, presente en casi toda la región
La despoblación rural golpea prácticamente a toda la región. En mayor o menor medida, salvo raras excepciones, no hay municipio asturiano que no tenga un pueblo abandonado. Es el caso, por ejemplo, de Yermes y Tameza, el concejo con menos vecinos de toda Asturias (residen 140 personas) que, sin embargo, mantiene toda su zona rural habitada.El área central concentra la mayor parte de su población en las grandes urbes. Tal es así que, municipios como Oviedo, Gijón, Siero o Avilés conocen lo que es el éxodo rural. El concejo ovetense suma ya más de una veintena de pueblos sin moradores, casi tantos como el de Siero. Le siguen, por este orden, Avilés (tiene 7) y Gijón, con dos.
Las alas comarcales de la región tampoco escapan a la despoblación rural. Allande, en el suroccidente asturiano supera la treintena de pueblos vacíos, Cangas del Narcea llega a la docena y tiene además cerca de diez que se mantienen con vida con un solo habitante. En la zona oriental, mientras el concejo de Llanes solo tiene un núcleo vacío, Ribadesella suma siete, los mismos que Cangas de Onís entre los que ya no vive nadie y los que se mantienen con un vecino. Y, mientras Peñamellera Baja sí tiene pueblos con cero moradores (concretamente seis), Peñamellera Alta al menos, este último año, los tiene todos poblados.
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