Las aldeas abandonadas,
los nuevos ‘coworkings’
Empiezan a surgir en el entorno rural este tipo de iniciativas
Madrid
Los pueblos españoles se vacían y el drama del despoblamiento rural se acentúa. Sin embargo, algunas pequeñas aldeas y casas abandonadas consiguen llamar la atención de inversores y potenciales compradores que buscan en estos espacios diferentes usos y alternativas. La mayoría compra para montar un negocio agrícola, ganadero o turístico. Otros lo hacen con fines recreativos y de ocio, como ocurrió el pasado año con la aldea que recomendó comprar la actriz estadounidense Gwyneth Paltrow como regalo de Navidad, adquirida por un matrimonio jubilado de holandeses en una operación gestionada por la inmobiliaria Aldeas Abandonadas Real Estate.
La misma empresa es la que cerró, hace algo más de dos años, la transacción de otra aldea gallega, en el norte de Lugo, a algo más de 10 kilómetros de la costa. Pero esta vez con un fin muy diferente. Y fue un holandés residente en Berlín, Dennis Schep, académico e investigador en reconocidos centros como la European Graduate School de Suiza o The Public School of Berlin, quien adquirió por 175.000 euros este pequeño pueblo deshabitado, desde hace más de 40 años, para crear en él un lugar de trabajo para intelectuales y perfiles humanistas, artísticos y culturales. Una especie de coworking rural para este tipo de profesionales que nace sin ningún ánimo de lucro. “Es un sitio en el que poder crear y compartir espacios, ideas y proyectos. Y todo se hace de forma diferente a como sucede en la ciudad. Hay menos ruido, menos distracciones y menos contaminación, en todos los sentidos”.
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